Consejos de autocuidado para aprovechar las horas muertas de un vuelo, según los expertos
Ese lapso de tiempo mientras llegas a tú destino es ideal para dedicarlo al cuidado (por dentro y por fuera) de uno mismo
Mujer en un vuelo | Unespash
El cuidado de la salud mental a menudo se subestima, a pesar de ser fundamental. En un mundo lleno de estrés y presiones, es fácil descuidar los hábitos que realmente promueven el bienestar genuino e incluso en vacaciones cuando hay más tiempo.
Cuando alguien incorpora prácticas como el diálogo interno positivo, la resiliencia, el ejercicio y un buen descanso, fortalece su bienestar físico y psicológico.
Estas herramientas ayudan a manejar mejor el estrés y los desafíos diarios de la vida. Y es que es un enfoque integral que si se cuida puede ser muy beneficioso para la salud.
Aprovecha cualquier momento, ¡hasta un vuelo!
La falta de tiempo hace que se deje de lado todos esos rituales que se saben que a largo plazo son beneficiosos para el bienestar. Por lo que a parte de priorizarlos, hay que aprovechar cualquier tiempo muerto para esos mimos que tanto hacen falta a día de hoy.
Cuando se está en un avión, el espacio limitado permite enfocar esos pensamientos únicamente en disfrutar del destino final. Si el viaje incluye sol y playa, la única preocupación es volver con un buen bronceado adicional.
Se entra en lo que se podría llamar «modo avión», donde los quehaceres pendientes parecen lejanos, las preocupaciones se vuelven insignificantes y se abre una ventana de tiempo perfecta para el autocuidado. Desde Psicoline ofrecen consejos para aprovechar el tiempo durante un vuelo.
Levántate cada cierto tiempo
Se comprende que los viajes largos pueden representar un desafío y tener efectos físicos. Por ello, se recomienda levantarse y caminar de vez en cuando, incluso si es solo para ir al baño.
Esto contribuye a proteger y cuidar el cuerpo, y constituye otra manera de practicar el autocuidado durante el vuelo.
Mindfulness
Se trata de vivir de manera consciente, lo que implica dirigir la atención plenamente hacia algo específico. Esta práctica ayuda a liberarse de los pensamientos y a estar presente en el momento.
Esta técnica se puede llevar a cabo con actividades simples, como prestar atención a la música en el avión, enfocarse en la textura de un objeto o disfrutar del sabor de una bebida o comida.
Consiste en dedicar toda la atención a lo que se está experimentando con los sentidos. Además de hacerlo durante un vuelo se recomienda practicar esto en la vida diaria para familiarizarse con la atención plena.
Llevar contigo elementos que te ayuden a relajarte
Cada persona tiene sus propios pasatiempos que le permiten desconectar del mundo exterior y conectarse consigo mismo, desde una lista de spotify hasta sumergirse en un bien libro.
Según los expertos en bienestar, es recomendable reflexionar sobre aquellas actividades que más se disfrutan y tenerlas a mano durante el vuelo para hacerlo más placentero.
Escribe
La escritura es una herramienta poderosa que no solo ayuda a dar forma a ideas, sino también a expresar y comprender mejor los sentimientos.
Durante el vuelo, disponer de tiempo tranquilo puede ser una oportunidad ideal para poner en palabras las experiencias vividas durante el viaje, desde los momentos más emotivos hasta los detalles más significativos.
Además, reflexionar sobre los destinos que se desean visitar en el futuro puede generar ilusión y motivación para futuras aventuras.
Esta práctica no solo permite conectar con uno mismo en un espacio de introspección, sino que también sirve como un registro tangible de las vivencias y emociones, creando una especie de diario de viaje personal que puede ser revivido y compartido en el futuro.
Practica ejercicios de relajación
Se puede comenzar con ejercicios de respiración profunda, inhalando por la nariz y exhalando por la boca para calmar la mente. La relajación muscular progresiva permite tensar y luego relajar cada grupo muscular para liberar la tensión acumulada.
La visualización guiada transporta a un lugar tranquilo en la mente, mientras que la atención plena ayuda a observar los pensamientos y emociones sin juzgarlos.
Experimentar cualquiera de estas técnicas durante un vuelo es una forma de aprovechar el tiempo para dedicarse a uno mismo.
