Este es el mineral que debemos tomar para tener la piel sana y envejecer mejor
Una alimentación adecuada no solo nutre el cuerpo, sino que también tiene un impacto directo con la apariencia de la piel
Minerales | Unespash
El cuidado de la piel y el proceso de envejecimiento saludable son preocupaciones universales. En este contexto, existe un mineral fundamental cuya ingesta puede marcar una diferencia significativa: su papel en la salud cutánea y en el proceso de envejecimiento es notable.
¿Qué mineral ayuda a prever el envejecimiento?
Según un artículo de Vogue Patricia Ogilvie, dermatóloga y fundadora de la clínica Skinconcept en Munich, quien también forma parte del consejo científico de Dior sobre Age Reverse, destaca la relevancia del zinc tanto en tratamientos tópicos como en la dieta y suplementación.
Durante una presentación internacional de la marca, Ogilvie enfatizó que el zinc mejora significativamente la capacidad de cicatrización de la piel.
Este proceso, crucial para mantener una piel sana y joven, tiende a debilitarse con la edad. La comparación entre cómo cicatriza la piel de un bebé o un niño en comparación con la de un adulto subraya la importancia de este mineral en la prevención del envejecimiento cutáneo.
Más allá de simplemente atenuar arrugas o manchas, el objetivo principal es fortalecer la piel para que pueda autorrepararse eficazmente frente a diversas agresiones ambientales.
La exposición a la contaminación, los rayos ultravioleta del sol y la deshidratación extrema son algunos de los desafíos a los que la piel se enfrenta diariamente.
Por ello el zinc se convierte en un aliado indispensable, fortaleciendo las defensas naturales de la piel y asegurando su capacidad para recuperarse y mantenerse saludable frente a estos factores adversos.
El consejo de Ogilvie destaca la importancia de integrar el zinc no solo en productos cosméticos, sino también en la dieta y suplementos, subrayando su papel crucial en la promoción de una piel resistente y vibrante a lo largo de los años.
¿Cómo cuidar la piel en verano?
Cuidar la piel durante el verano es crucial para mantenerla saludable y protegida de los efectos dañinos del sol y otros elementos ambientales.
- Protector Solar: es fundamental aplicar protector solar de amplio espectro con SPF 30 o superior todos los días, incluso en días nublados. Reaplica cada dos horas y después de nadar o sudar para proteger la piel de los daños causados por los rayos UV. Según la Academia Americana de Dermatología (AAD), el uso diario de protector solar reduce el riesgo de cáncer de piel y ayuda a prevenir el envejecimiento prematuro.
- Hidratación: mantén la piel bien hidratada bebiendo mucha agua y usando lociones o cremas hidratantes que ayuden a mantener la barrera de humedad de la piel. Opta por productos que contengan ingredientes como ácido hialurónico y glicerina, que ayudan a retener la humedad en la piel.
- Ropa protectora: usa ropa ligera, pero que cubra bien la piel, como camisas de manga larga y sombreros de ala ancha para proteger la piel del sol directo.
- Evitar las horas pico de sol: intenta limitar la exposición al sol durante las horas pico, generalmente entre las 10 a.m. y las 4 p.m., cuando los rayos UV son más intensos.
- Cuidado post-sol: después de la exposición al sol, utiliza productos calmantes como geles o lociones con aloe vera para ayudar a calmar la piel irritada.
¿Por qué es importante la alimentación para la piel?
Una alimentación adecuada no solo nutre el cuerpo desde adentro, sino que también tiene un impacto directo en la salud y apariencia de la piel, proporcionando los nutrientes necesarios para mantenerla radiante, flexible y protegida contra los efectos del envejecimiento y los factores ambientales.
- Nutrientes esenciales: una dieta equilibrada proporciona vitaminas, minerales y antioxidantes que son esenciales para mantener la estructura, función y apariencia saludable de la piel.
- Hidratación: alimentos ricos en agua, como frutas y verduras, ayudan a mantener la piel hidratada desde el interior, promoviendo una piel más suave y elástica.
- Protección contra daños: antioxidantes como las vitaminas C y E ayudan a proteger la piel del daño causado por los radicales libres, que pueden acelerar el envejecimiento y contribuir a condiciones como las arrugas y la pérdida de elasticidad.
- Regeneración celular: nutrientes como las proteínas, ácidos grasos esenciales y vitaminas del complejo B son necesarios para la renovación celular y la reparación de tejidos, apoyando la salud y vitalidad de la piel.
- Inflamación: una dieta rica en grasas saturadas y azúcares puede contribuir a la inflamación sistémica, que puede manifestarse en la piel como acné, enrojecimiento y otras condiciones dermatológicas.
