Entendiendo el astigmatismo: qué es, qué diferencias existen y cómo identificarlo
Aunque no tenga la prevalencia de la miopía o de la presbicia, es una condición que no debemos dejar de lado
Los problemas de la vista afectan a millones de personas en todo el mundo. Entre los más comunes se encuentran la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo. Estos problemas pueden afectar significativamente la calidad de vida, dificultando tareas cotidianas como leer, conducir o reconocer rostros.
El uso prolongado de pantallas y otros hábitos modernos pueden agravar problemas visuales existentes o contribuir al desarrollo de nuevos, incluido el astigmatismo. La exposición constante a dispositivos electrónicos puede causar fatiga visual y estrés en la córnea, lo que podría influir en la aparición o empeoramiento del astigmatismo. Sobre todo, cuando se empieza a utilizar este tipo de aparatos desde muy pequeños. Algo que advierten desde la Clínica Oftalmológica Martínez de Carneros.
No obstante, reciba menos atenciones que la miopía, por ejemplo, una condición en la que los objetos cercanos se ven claramente, pero los lejanos aparecen borrosos. Esto ocurre porque la luz que entra en el ojo se enfoca antes de llegar a la retina. Por otro lado, la hipermetropía es lo opuesto; los objetos lejanos se ven claramente, pero los cercanos están borrosos debido a que la luz se enfoca detrás de la retina. En este caso, la hipermetropía tiene una menor prevalencia que la miopía.
El astigmatismo, a diferencia de la miopía y la hipermetropía, no afecta solo la distancia a la que se ven los objetos, sino que causa una visión distorsionada en todas las distancias. Esta condición puede ocurrir simultáneamente con miopía o hipermetropía, complicando aún más la visión. Además, hay indicios científicos que avalan que el astigmatismo empeora con la edad. Del mismo modo, conviene comprender su prevalencia. Según el Instituto Oftalmológico Fernández – Vega, el astigmatismo se da en el 25% de los españoles, siendo el tercer problema ocular más recurrente tras miopía y presbicia.
Astigmatismo: qué es y por qué aparece
El astigmatismo es un defecto refractivo que se produce cuando la córnea o el cristalino tienen una curvatura irregular. En lugar de ser redondos como una pelota, tienen una forma más similar a la de un balón de rugby. Esta irregularidad hace que la luz se enfoque en múltiples puntos de la retina, provocando visión borrosa o distorsionada. Las causas del astigmatismo pueden ser hereditarias, es decir, muchas personas nacen con esta condición. Sin embargo, también puede desarrollarse después de una cirugía ocular, una lesión en el ojo o debido a enfermedades como el queratocono. No obstante, no son estos los principales factores del desarrollo del astigmatismo. Además, conviene comprender que hay varios tipos distintos.
Sin embargo, a pesar de que haya varias clasificaciones, la más elemental es la que habla del astigmatismo regular y del irregular. El astigmatismo regular se caracteriza por una curvatura desigual de la córnea en una dirección específica, mientras que el astigmatismo irregular implica una curvatura desigual en múltiples direcciones. Este último es más difícil de corregir y a menudo requiere lentes de contacto especiales o cirugía. De cualquier modo, insistimos en que hay varios en función de curvas, simetrías, composición o el número de dioptrías. Algo que explican en la Asociación Española de Optometristas Unidos.
Cómo se corrige el astigmatismo y cuándo debe preocuparnos
El astigmatismo se corrige con gafas, lentes de contacto o cirugía. Las gafas y lentes de contacto para astigmatismo están diseñadas para compensar la curvatura irregular de la córnea, permitiendo que la luz se enfoque correctamente en la retina. Las lentes de contacto tóricas son una opción popular para quienes prefieren no usar gafas.
No obstante, la cirugía refractiva, como la LASIK, puede ser una opción. Este procedimiento utiliza un láser para remodelar la córnea y corregir la curvatura irregular. Además, es importante buscar atención médica si se experimentan síntomas de astigmatismo, como visión borrosa, dolores de cabeza frecuentes o fatiga visual. Como es habitual en este tipo de patologías, en condiciones de baja luminosidad se acrecienta. Algo que indican desde Clínica Baviera, para que también descartemos la miopía nocturna, de la que hemos hablado anteriormente en THE OBJECTIVE.
De hecho, es importante que se descarten otros defectos de refracción o incluso la presbicia. Un examen ocular completo puede determinar la presencia y la gravedad del astigmatismo y guiar en la elección del tratamiento adecuado. Del mismo modo, no se debe dar por supuesto que el astigmatismo es una condición sine qua non del envejecimiento, pues no lo es. Su aparición con el paso de los años aumenta, pero no debe darse por sentado que hemos de vivir con ella en malas condiciones. Gafas, lentes de contacto o cirugía pueden ser los caminos para que estos borrones no se cuelen en nuestra vida.