Estas son las tres infusiones reparadoras: curan los constipados e inflamaciones
En verano con el aire acondicionado es muy común estar constipados
Por todos son conocidas las propiedades de ciertas plantas que se toman en forma de infusión. Sin embargo, todavía existe mucho confusión sobre los beneficios que puede provocar en nuestro organismo estas infusiones elaboradas con plantas naturales. Existen infusiones relajantes, para calmar los dolores de estómago, para eliminar líquidos, drenantes, para mejorar la circulación, para subir la tensión si estás alicaído, depurativas o reparadoras. Dentro de estas últimas, destacan tres tipos distintos de infusiones: el jengibre, el ortosifón y el roiibos.
Estas tres infusiones no se ingieren solas, sino que para aumentar sus beneficios y que causen esa función de curación de los constipados e inflamaciones, que sufre nuestro organismo durante los meses más fríos del año, se mezclan con otra serie de hierbas aromáticas, que aportan aroma, mejoran su sabor y se suman a las propiedades curativas de los tres ingredientes principales el jengibre (cuyo sabor no suele ser agradable al paladar), el ortosifón y el roiibos.
Infusiones reparadoras
1. El jengibre
El jengibre es un producto cuyo consumo a pesar de estar muy extendido y ser popular en los países asiáticos por sus múltiples propiedades. Hasta hace algunos años en España su uso no se ha generalizado. Aunque incluso así, por su sabor fuerte todavía son muchos los que rechazan esta planta que tiene innumerables propiedades, todas ellas con múltiples beneficios para nuestro organismo.
Y es que, el principal beneficio positivo del jengibre para nuestro organismo si se consume triturado es el alivio de la inflamación. De ahí, que sea una infusión popular entre los cantantes, ya que la utilizan para suavizar las cuerdas vocales y calmar la garganta después de largas jornadas de concierto utilizando la voz. Pero esta planta por sí misma, no tiene la capacidad antiinflamatoria suficiente como para que sus efectos sean notables en nuestro organismo. Por eso, cuando se toma en infusión, se acompaña de otras hierbas con el fin de incrementar sus propiedades, añadirle otras nuevas y mejorar su sabor y su aroma.
Las plantas que hay que añadirle a una infusión de jengibre para que ésta aumente sus propiedades antiinflamatorias son: la cúrcuma triturada que combate los radicales libres y la canela Ceylan que mejora la circulación. La mezcla de estas dos plantas con el jengibre da lugar a una poderosa combinación antiinflamaotria y antioxidante que promueve la salud general.
2. El ortosifón
El ortosifón es un planta cuyo nombre no conozcas o te resulte muy extraño sino eres un gran consumidor de las infusiones. Pero esta hierba tiene propiedades altamente beneficiosas que ayudan a la desintoxicación del cuerpo. Para incrementar sus propiedades desintoxicantes el ortosifón se bebe acompañado de otras dos infusiones: una de menta piperita y otra de regaliz triturado. Ésta última además, le aporta un sabor dulzón.
Esta infusión también mejora la función renal y favorece la eliminación de toxinas, puesto que lleva hinojo y cola de caballo dos de las hierbas más consumidas durante la menopausia. Como tiene diuréticos naturales como la ortiga verde y el diente de león la digestión mejora y contribuye a la salud del hígado, ya que su consumo provoca una limpieza profunda en el organismo.
3. Infusiones relajantes o refrescantes
Calmar los nervios es importante, por eso si combinas en una misma infusión lavanda, valeriana, flor de azahar y rooibos, te relajarás, calmarás y dormirás antes, ya que tendrás un sueño reparador y más profundo. Esta infusión combate el estrés y la ansiedad, ya que aporta tranquilidad y ayuda a reducir los niveles de cortisol.
Si eres de los que en verano te da pereza beber mucho agua para hidratarte, te recomiendo hacer una infusión de manzana, flor azul de aciano y pétalos de girasol.
Origen de las infusiones
El origen de las infusiones se remonta a siglos atrás en diversas culturas alrededor del mundo. Las infusiones, son la bebida que se obtiene al mojar hojas, flores, frutos o raíces de plantas en agua caliente. Y éstas, han sido desde siempre valoradas tanto por sus propiedades medicinales como por su sabor. Hoy en día, las infusiones siguen siendo apreciadas en todo el mundo, no solo por sus beneficios para la salud, sino también por su capacidad de proporcionar relax.
En la antigua China, alrededor del 2737 a.C., el emperador Shen Nong descubrió accidentalmente el té, una de las infusiones más antiguas y populares. Mientras hervía agua bajo un árbol de té silvestre, algunas hojas cayeron en el recipiente, creando una bebida aromática y refrescante que pronto se convirtió en una parte esencial de la cultura china.
Simultáneamente, en el antiguo Egipto y Mesopotamia, se consumían infusiones de hierbas con fines terapéuticos y ceremoniales. Hierbas como la menta y la manzanilla eran populares por sus efectos calmantes y digestivos. Por otro lado, en la India, el Ayurveda, un sistema tradicional de medicina, promovía el uso de infusiones de hierbas como el jengibre y la cúrcuma para equilibrar el cuerpo y la mente.
Mientras que en Europa, las infusiones ganaron popularidad en la Edad Media, gracias a los monasterios que cultivaban y estudiaban plantas medicinales. Los exploradores y comerciantes trajeron nuevas variedades de infusiones de Asia y América, enriqueciendo la cultura de este tipo de bebidas.