El síntoma físico que experimentas cuando tienes ansiedad o estrés, según Marian Rojas
La psiquiatra aclara que cuando una persona está en modo de supervivencia hace que el cuerpo produce más cortisol
Con la llegada de septiembre y el regreso a la rutina laboral, es común que el proceso de adaptación genere malestar.
Este fenómeno, conocido como el síndrome post-vacacional, puede manifestarse en forma de dolor físico. Y es que según especialistas en salud mental, este malestar suele estar vinculado a la ansiedad y el estrés que provoca la vuelta a las responsabilidades laborales, especialmente tras un periodo de descanso.
¿Qué síntomas son los más comunes?
El cambio repentino en los horarios, las nuevas exigencias del entorno laboral y la presión por retomar las actividades con el mismo ritmo pueden desencadenar síntomas tanto físicos como psicológicos.
Además, este proceso de ajuste puede impactar de forma diferente dependiendo de la capacidad de cada persona para manejar el estrés, lo que resalta la importancia de implementar medidas para facilitar una transición más suave.
Según la psiquiatra Marian Rojas, en una entrevista en Fin de Semana, explicó que las enfermedades psicosomáticas son reales, es decir, existe una conexión entre el dolor físico y problemas emocionales o mentales, como el estrés o la ansiedad.
Dolores de cabeza, estómago, o inflamaciones pueden ser señales claras de que el cuerpo está respondiendo a una sobrecarga emocional.
Estas manifestaciones físicas, que pueden parecer aisladas, en realidad reflejan el impacto directo que el estrés tiene sobre el cuerpo, poniendo en evidencia la estrecha relación entre la mente y el cuerpo.
¿Por qué ocurre esto?
Rojas comentó que durante muchos años, los médicos buscaban exclusivamente causas físicas para los dolores, sin explorar más allá del cuerpo.
En sus estudios de medicina, el estrés y las causas psicológicas se mencionaban como una posible explicación, pero solo cuando todas las demás causas habían sido descartadas.
Rojas relató que cuando empezó a trabajar en el hospital, notaba que a menudo los pacientes describían dolores físicos y ella indagaba sobre su estado emocional, algo que en su momento no era común.
Fue después de que Harvard publicara un estudio que indicaba que el 80% de las consultas en Atención Primaria estaban relacionadas con emociones reprimidas y estrés, cuando empezó a investigar más profundamente.
El cortisol, una hormona relacionada con el estrés, juega un papel clave. Rojas aclaró que cuando una persona está constantemente en modo de supervivencia, ya sea por miedo al futuro, problemas emocionales o económicos, el cuerpo produce más cortisol, lo que puede causar inflamación y otros síntomas físicos.
¿Cómo evitar el estrés por la vuelta a la rutina?
Evitar el estrés por la vuelta a la rutina puede lograrse adoptando una serie de hábitos saludables que ayudan a reducir la ansiedad y facilitar la transición.
- Planificar con antelación: organizar tus actividades antes de regresar al trabajo o a los estudios permite evitar la sensación de agobio. Tener un calendario o lista de tareas ayuda a priorizar y evitar el caos del primer día.
- Volver de manera gradual: si es posible, retoma las actividades de manera progresiva. No intentes recuperar todo el tiempo perdido en un solo día, establece un ritmo que te permita adaptarte poco a poco.
- Mantener una rutina equilibrada: combina tus responsabilidades laborales con momentos de descanso, ocio y ejercicio físico. Mantener un balance entre trabajo y vida personal es clave para evitar el agotamiento.
- Dormir adecuadamente: el sueño es fundamental para el bienestar físico y mental. Intenta restablecer una rutina de sueño regular para garantizar el descanso adecuado y evitar el cansancio.
- Realizar ejercicio físico: la actividad física regular ayuda a liberar tensiones y reducir el estrés. Incluso algo tan sencillo como una caminata diaria puede mejorar tu estado de ánimo.
- Practicar técnicas de relajación: yoga, meditación o la respiración profunda pueden ser herramientas útiles para mantener la calma y gestionar mejor la ansiedad.
- Establecer metas realistas: no te sobrecargues de trabajo en los primeros días. Fija objetivos alcanzables y ve progresando paso a paso.
- Cuidar la alimentación: una dieta equilibrada y rica en nutrientes favorece un buen estado mental y físico, ayudando a manejar mejor el estrés.
- Mantener una actitud positiva: cambiar la perspectiva frente al regreso a la rutina puede hacer una gran diferencia. Ver esta vuelta como una oportunidad para organizarse mejor o implementar nuevas estrategias puede ayudarte a encarar la situación con mayor optimismo.
- Hablar de lo que sientes: compartir tus preocupaciones o emociones con amigos, familiares o colegas puede aliviar la sensación de sobrecarga y ayudar a poner las cosas en perspectiva.