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Qué es el síndrome de Houdini (y cómo la falta de compromiso se manifiesta en tus relaciones)

Alude a una forma de escapar, aunque oficialmente no es un trastorno, de obligaciones laborales o personales

Qué es el síndrome de Houdini (y cómo la falta de compromiso se manifiesta en tus relaciones)

Una pareja peleada. | ©Freepik.

En la vida cotidiana, algunas personas tienden a desertar de sus obligaciones. Algo que sucede tanto en las relaciones de pareja como en la amistad o incluso en el ámbito laboral. Este comportamiento, que se ha vuelto cada vez más común, se caracteriza por la ausencia repentina y sin explicación. Curiosamente por quienes, en un principio, parecían plenamente comprometidos con sus responsabilidades. A este fenómeno se le ha bautizado como síndrome de Houdini, en alusión al famoso escapista y mago de origen húngaro, Harry Houdini, conocido por su habilidad para desaparecer de las situaciones más complicadas.

El síndrome de Houdini no solo se manifiesta en la ruptura repentina de una relación amorosa o en la desaparición de un proyecto laboral importante. También es perceptible en las relaciones de amistad, donde una de las partes se desvincula sin previo aviso. Este tipo de comportamiento genera confusión, angustia y, en muchos casos, un profundo sentimiento de abandono en quienes lo experimentan desde el otro lado. Al igual que Houdini se liberaba de cadenas y cajas cerradas, quienes presentan este síndrome parecen tener la capacidad de liberarse de cualquier responsabilidad emocional o social, sin previo aviso.

En la sociedad actual, donde el ritmo de vida acelerado y la dependencia de las redes sociales han transformado la manera en que nos relacionamos, el síndrome de Houdini parece ser más frecuente que nunca. Las plataformas digitales permiten que las personas desaparezcan del radar con un simple clic, dejando a sus parejas, amigos o colegas sin respuestas ni explicaciones. Este tipo de comportamiento se ha vuelto cada vez más común, y a menudo deja profundas heridas emocionales en quienes lo padecen. En una época en la que la inmediatez y la superficialidad dominan las interacciones, el «arte de desaparecer» parece haberse consolidado.

Qué es realmente el síndrome de Houdini

A pesar de su nombre, el síndrome de Houdini no es un síndrome oficial reconocido por la psiquiatría, como explican desde la UNAM. En realidad, se trata de una forma de definir un comportamiento. Por tanto no está extendida como definición clínica, pero ha cobrado popularidad debido a su frecuencia en las relaciones interpersonales. El síndrome de Houdini se caracteriza por la tendencia de algunas personas a mostrar bajos niveles de compromiso. Ello las lleva a desaparecer repentinamente de una relación, ya sea de pareja, amistad o incluso en el entorno laboral, sin previo aviso. Algo que avala también este estudio publicado en 2023 para Telematics and Informatics sobre el ghosting en las relaciones de parejas y de amistad.

Este comportamiento suele estar relacionado con ciertos rasgos de personalidad, como el narcisismo. Las personas con rasgos narcisistas tienden a evitar situaciones que puedan comprometer su independencia o bienestar personal, por lo que, cuando sienten que una relación o situación está exigiendo más de lo que están dispuestas a dar, optan por «escapar» de manera repentina. Este mecanismo de evasión les permite protegerse emocionalmente, aunque el impacto sobre los demás sea devastador. Además, esta tendencia a evitar el compromiso se ve reforzada por la falta de empatía característica de los narcisistas, que minimizan o ignoran el daño que pueden causar al desaparecer sin explicación.

El ghosting: un fenómeno no novedoso, pero al alza

El síndrome de Houdini también puede vincularse con una tendencia cada vez más común en los entornos digitales: el ghosting. El ghosting es una forma de ruptura o desaparición en la que una persona, de un momento a otro, deja de responder a los mensajes, llamadas o cualquier tipo de contacto con otra persona, sin ofrecer una razón o advertencia.

Aunque el ghosting suele asociarse principalmente con las relaciones de pareja, este fenómeno también puede ocurrir en el ámbito laboral o de amistad. Ambas actitudes, el ghosting y el síndrome de Houdini, son manifestaciones de una falta de compromiso y de una incapacidad para enfrentar las consecuencias emocionales de una relación, lo que lleva a una desaparición abrupta. Del ghosting, además, hay una notable literatura científica desarrollada en los últimos años.

Las fases del síndrome de Houdini dentro de una relación

El síndrome de Houdini, cuando se manifiesta en una relación de pareja, suele seguir un patrón que se puede dividir en tres fases principales: el enamoramiento, las dudas y la desaparición. La primera fase, la del enamoramiento, es quizás la más intensa y confusa. En esta etapa, la persona con tendencia a desaparecer muestra un alto nivel de implicación emocional, llegando a parecer profundamente comprometida con la relación.

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Sin tipificar oficialmente como síndrome, esta forma de intervenir en las relaciones personales se vincula a un poco interés por el compromiso. ©Freepik.

En esta fase, la persona que luego desaparecerá puede mostrarse muy cariñosa, atenta e interesada, lo que genera expectativas y confianza en su pareja. El vínculo parece sólido y lleno de promesas para el futuro, pero todo está destinado a cambiar. Algo que también se vincula con el fenómeno del breadcrumbing, relacionado con esas ‘miguitas de pan’ sentimentales para que el otro regrese.

La incipiente ruptura: las dos siguientes fases

La segunda fase, la de las dudas, es menos visible, pero no por ello menos importante. En esta etapa, la persona que sufre el síndrome de Houdini comienza a experimentar un conflicto interno. A menudo, surge una sensación de incomodidad ante las expectativas de la relación. Esto motiva a la persona a cuestionar si realmente está dispuesta a comprometerse. Durante esta fase, la persona puede mostrarse distante, con menos interés en la relación o incluso con señales contradictorias, como desaparecer temporalmente o ser menos comunicativa. Este alejamiento es el preludio de lo que vendrá después.

La tercera y última fase es la desaparición definitiva. Sin previo aviso, la persona desaparece por completo de la vida de su pareja. Corta as todo tipo de comunicación y dejando a la otra persona en la incertidumbre. Esta fase es la más dolorosa para quien la sufre, ya que se enfrenta a un abandono repentino sin ninguna explicación. La ruptura es tajante y desconcertante, y la persona que desaparece evita cualquier tipo de confrontación o explicación. Al igual que Houdini en sus famosos trucos de escapismo, la persona con este comportamiento se va sin dejar rastro, dejando atrás una relación que, en apariencia, tenía futuro.

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