Por qué el peso puede cambiar de un día para otro: estas son las razones y cómo evitarlo
A veces, por elementos muy nimios, la báscula nos puede dar un susto de un día para otro sin causas aparentes
Un hombre sujetando una báscula. | ©Freepik
El peso corporal se ha convertido en una preocupación central para muchas personas en la sociedad actual. La presión por alcanzar un peso ideal o mantener una figura específica a menudo lleva a que la báscula se convierta en un juez temido. Perder peso no es solo una cuestión de estética, sino que en ocasiones puede transformarse en una batalla interna y una fuente constante de frustración. La obsesión por lo que indica la báscula puede hacer que el momento de subirse a ella sea una experiencia llena de tensión.
Es habitual que, de un día para otro, el número que marca la báscula cambie considerablemente. Este fenómeno desconcierta a muchas personas, especialmente a aquellas que están haciendo un esfuerzo consciente por controlar su alimentación y ejercicio. ¿Cómo es posible que, sin grandes cambios aparentes en la rutina, el peso varíe tanto? Incluso, como hemos hablado alguna vez en THE OBJECTIVE, en personas que están buscando aumentar su peso.
Esta fluctuación puede ser especialmente ingrata, llevando a pensar que todos los esfuerzos no están dando los resultados esperados al adelgazar. Sin embargo, la realidad es que el peso corporal está sujeto a múltiples factores que pueden afectar de forma significativa. La buena noticia es que no necesariamente definitiva, pero sí que los resultados en la báscula de un día a otro pueden variar.
Para muchos, enfrentarse a estos cambios sin una explicación clara puede generar ansiedad. Sin embargo, es fundamental entender que estas fluctuaciones en el peso son normales y que pueden deberse a factores temporales. Estos cambios no necesariamente reflejan una ganancia o pérdida de grasa. Algunos pueden estar relacionados con cuestiones como la retención de líquidos, el tránsito intestinal o el ciclo hormonal.
Las razones por las que tu peso puede cambiar de un día para otro
Existen varias razones por las que el peso de una persona puede cambiar significativamente de un día para otro. Insistimos, además, sin que esto signifique un cambio real en la composición corporal. Uno de los factores más comunes es la ingesta masiva de alimentos, especialmente aquellos ricos en sal y carbohidratos. Cuando consumimos alimentos con alto contenido de sal, el cuerpo retiene más líquidos para equilibrar los niveles de sodio en sangre, lo que puede reflejarse en un aumento temporal del peso. Lo mismo ocurre con los carbohidratos, que almacenan agua en el cuerpo al ser convertidos en glucógeno.
Otro factor importante es el tránsito intestinal. Si no has evacuado adecuadamente, el peso reflejado en la báscula puede ser más alto debido a la acumulación de residuos en el sistema digestivo. Este fenómeno puede generar confusión, ya que el peso extra no se debe a grasa, sino a la comida que aún no ha sido procesada completamente por el organismo. Por ello, es recomendable no obsesionarse con el número en la báscula tras días en los que se ha notado una digestión lenta o irregular.
Además, las fluctuaciones hormonales también juegan un papel clave, especialmente en las mujeres. Durante el ciclo menstrual, es común que muchas experimenten retención de líquidos y cambios en el apetito, lo que puede llevar a una ligera subida de peso temporal. Estos cambios hormonales afectan la distribución de líquidos en el cuerpo, lo que puede dar la sensación de hinchazón y aumento de peso sin que haya un cambio significativo en la grasa corporal. En todos estos casos, es importante recordar que estos cambios en el peso suelen ser temporales y no indican necesariamente una alteración en la composición corporal. No obstante, como explican desde MSD Manuals, también hay que comprobar que se tratase de edemas.
Cómo pesarte correctamente para controlar tu peso
Para controlar de forma eficaz el peso corporal, es esencial seguir una rutina adecuada de pesado. El primer consejo importante es que siempre se debe realizar la medición bajo condiciones similares para evitar resultados variables que no reflejan cambios reales. Lo ideal es pesarse desnudo o utilizando la misma ropa cada vez, para que el peso de las prendas no influya en los resultados. También es recomendable hacerlo después de haber evacuado, ya que el peso de los residuos digestivos puede alterar el resultado.
Otro aspecto fundamental es el momento adecuado del día que elegimos para hacerlo. Los expertos coinciden en que la mejor hora para hacerlo es por la mañana, justo después de levantarse y antes de ingerir cualquier alimento o bebida. Esto garantiza que las fluctuaciones relacionadas con la ingesta de alimentos y líquidos no afecten el resultado. Si decides pesarte en otro momento del día, el número puede variar considerablemente debido a la comida o el agua que hayas consumido.
Por último, aunque la tentación de subirse a la báscula todos los días puede ser grande, lo más recomendable es hacerlo una vez a la semana. Pesarse con demasiada frecuencia puede llevar a obsesionarse con fluctuaciones normales que no reflejan cambios reales en la grasa corporal.
El cuerpo necesita tiempo para mostrar los resultados de los cambios en la dieta o el ejercicio, por lo que un pesaje semanal, realizado en las mismas condiciones, permitirá obtener una imagen más precisa de la evolución del peso. En resumen, establecer una rutina de pesado constante y evitar la obsesión diaria con la báscula son claves para mantener un control saludable del peso sin caer en la frustración de las fluctuaciones temporales.
