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¿Qué es el síndrome de Tarzán y por qué rompe parejas?

Entender de qué se trata y cómo impacta las relaciones puede ser clave para evitar problemas emocionales y aprender

¿Qué es el síndrome de Tarzán y por qué rompe parejas?

Una pareja con problemas | Canva

En el mundo de las relaciones amorosas, existen patrones de comportamiento que pueden pasar desapercibidos, pero que influyen profundamente en la estabilidad de una pareja.

Uno de estos fenómenos tiene un nombre curioso, inspirado en un personaje de ficción, y refleja una tendencia que afecta a más personas de lo que imaginamos.

Entender de qué se trata y cómo impacta las relaciones puede ser clave para evitar problemas emocionales y aprender a construir vínculos más saludables.

¿Qué es el síndrome de Tarzán?

Este fenómeno toma su nombre del célebre personaje de ficción Tarzán, quien nunca soltaba una liana hasta asegurarse de tener otra a la mano.

De manera similar, quienes padecen este síndrome saltan de una relación a otra sin darle tiempo a su corazón de sanar. En lugar de enfrentar el duelo emocional que conlleva una ruptura, buscan llenar ese vacío con una nueva relación, lo que les impide procesar adecuadamente la pérdida.

Este patrón no se limita únicamente al ámbito de las relaciones amorosas, también se puede observar en el ámbito laboral, con personas que cambian de trabajo en busca de una satisfacción que no encuentran en su vida profesional.

Sin embargo, es en el ámbito sentimental donde este comportamiento tiene mayores consecuencias, tanto para el individuo como para sus nuevas parejas.

Un clavo saca otro clavo

Los expertos denominan a estas relaciones, relaciones liana, ya que reflejan una falta de tiempo para cerrar el ciclo anterior.

Según la psicóloga Lara Ferreiro en un artículo de El Confidencial, este comportamiento se asemeja al conocido dicho un clavo saca otro clavo, que alude a la creencia de que comenzar una nueva relación puede ayudar a superar la anterior.

Sin embargo, saltar de una relación a otra sin reflexionar ni aprender de las experiencias pasadas puede ser perjudicial, ya que impide el crecimiento personal y perpetúa patrones de comportamiento disfuncionales.

El efecto anestésico que provoca entrar en una nueva relación rápidamente evita que la persona analice los errores cometidos y enfrente sus emociones.

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A largo plazo, esto dificulta el autoconocimiento y puede generar una dependencia emocional que afecta tanto a la identidad individual como a la calidad de las relaciones futuras.

¿Por qué surge el síndrome de Tarzán?

El miedo a la soledad y la dificultad para lidiar con el vacío emocional son las principales razones detrás de este comportamiento.

Muchas personas han construido su identidad en torno a su relación de pareja y, al enfrentar una ruptura, se sienten desprovistas de su estabilidad emocional.

Esta falta de conexión con uno mismo les lleva a buscar rápidamente otra relación para evitar el dolor del duelo.

El problema es que este ciclo repetitivo de relaciones de transición solo acumula duelos no resueltos, lo que puede desembocar en una vida emocionalmente insatisfactoria.

Al no tomarse el tiempo para sanar, estas personas tienden a repetir los mismos errores y a involucrarse en relaciones que, al igual que las anteriores, carecen de profundidad y solidez.

¿Qué consecuencias tiene esto?

El constante salto de una relación a otra tiene efectos devastadores en la salud mental. Y es que las personas que padecen el síndrome de Tarzán a menudo experimentan ansiedad, depresión y una baja autoestima, ya que dependen de sus parejas para validar su valor personal.

Esta dependencia emocional y la falta de introspección llevan a una insatisfacción continua en sus relaciones, lo que perpetúa el ciclo de rupturas.

La importancia de cerrar ciclos

Cerrar el ciclo emocional tras una ruptura es fundamental para evitar caer en el síndrome de Tarzán. El periodo de duelo permite a las personas reflexionar sobre lo ocurrido, aprender de sus errores y fortalecer su identidad personal.

Solo después de haber sanado es posible involucrarse en una nueva relación sin arrastrar problemas del pasado.

Afrontar el dolor de una ruptura es difícil, pero necesario para el crecimiento personal. Saltarse este proceso no solo afecta a la persona, sino también a las nuevas parejas, quienes suelen ser usadas como una vía para evitar el duelo.

Tomarse el tiempo para sanar y aprender a estar solo es clave para desarrollar una autoestima sólida y construir relaciones más profundas y auténticas en el futuro.

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