'Slow Mornings': la técnica para empezar el día con calma y mejorar tu bienestar
Al evitar la rapidez, podemos disfrutar de pequeños momentos de autocuidado, que a su vez mejoran el bienestar
¿Alguna vez has sentido que la manera en la que transcurre tu día depende de los primeros minutos después de despertarte? Esto tiene su explicación: empezar el día de manera acelerada y sin detenerse a reflexionar puede añadir estrés innecesario y afectar tanto tu estado ánimo como tu productividad.
En contraste, las slow mornings o mañanas lentas, proponen un enfoque pausado y reflexivo desde el momento en que abres los ojos.
Esta práctica se ha convertido en una tendencia de bienestar que beneficia directamente al sistema nervioso, ayudándote a encontrar calma y equilibrio mental en un mundo que suele estar lleno de prisas.
¿Qué es una ‘slow morning’?
Las slow mornings buscan romper el ciclo de estrés matutino al incorporar actividades que permiten tomar el control de los primeros momentos del día.
Este enfoque implica empezar con tranquilidad, utilizando la atención plena para conectar con tus emociones, pensamientos y necesidades, lo que facilita una mayor estabilidad emocional y mental.
Al evitar la rapidez, podemos disfrutar de pequeños momentos de autocuidado, que a su vez permiten enfrentar mejor las situaciones del día sin caer en el estrés crónico.
¿Por qué es beneficioso?
La vida acelerada no solo agota físicamente, sino también mental y emocionalmente. De hecho, quienes suelen iniciar el día apresuradamente tienen mayor probabilidad de experimentar altos niveles de ansiedad, fatiga y dificultades para concentrarse.
Las mañanas lentas, en cambio, preparan al cuerpo y a la mente para afrontar el día de forma saludable y consciente, minimizando el impacto de los factores estresantes y promoviendo un mayor bienestar.
¿Cómo implementar una ‘slow morning’ en tu rutina?
A largo plazo, incorporar slow mornings a tu rutina puede mejorar tu bienestar de manera integral. No solo estarás reduciendo el impacto negativo del estrés, sino que también verás mejoras en tu concentración, creatividad y hasta en la calidad de tu sueño.
Cuando adoptas una actitud pausada y reflexiva, es más fácil tener claridad sobre tus decisiones y disfrutar de cada momento, lo cual fortalece el equilibrio entre el trabajo y el descanso.
1. Dedicate un tiempo
Es importante que reserves entre 10 y 15 minutos en los que te enfoques exclusivamente en ti. Si es necesario, despiértate un poco antes para lograr estos momentos de tranquilidad sin sentirte presionado por el reloj.
Durante este tiempo, elige una actividad que te permita desconectar de las responsabilidades y conectar contigo mismo, como la meditación, la lectura, o simplemente disfrutar de un desayuno pausado.
2. Despierta sin prisa
Idealmente, intenta despertar con la luz natural del sol, ya que este factor ayuda a regular los ciclos de sueño y promueve una mejor disposición emocional al comenzar el día.
Si necesitas un despertador, apágalo sin prisas y, en lugar de levantarte de inmediato, tómate unos momentos para estirarte lentamente y respirar profundamente. La idea es activar tu cuerpo con suavidad y de manera consciente.
3. Practica la atención plena en cada paso
Empieza el día con un enfoque mindfulness. Al levantarte, intenta estar consciente de cada paso, desde la textura del suelo hasta los sonidos y aromas de la mañana.
Puedes abrir la ventana, respirar el aire fresco, o simplemente observar los detalles a tu alrededor. Esta práctica ayuda a reducir el estrés y aporta una perspectiva positiva antes de comenzar tus actividades.
4. Desayuna con calma
Evita comer de pie mientras revisas las redes sociales. Siéntate tranquilamente y enfócate en disfrutar cada bocado de tu desayuno.
Opta por alimentos nutritivos que te proporcionen energía, y aprovecha este momento para saborear tu café o té mientras planeas el día sin distracciones. Esto contribuye no solo a tu bienestar físico, sino también a tu claridad mental y enfoque.
5. Incorpora ejercicios de respiración
Realizar ejercicios de respiración al comienzo del día es una excelente manera de relajarse. Un ejercicio sencillo es la técnica 5-5-5: inhala profundamente por la nariz durante 5 segundos, retén el aire durante otros 5 y luego exhala lentamente durante 5 segundos. Este tipo de respiración ayuda a reducir el ritmo cardíaco y a iniciar el día en un estado de calma.
6. Enfócate en tus pensamientos positivos
Antes de comenzar oficialmente el día, tómate unos minutos para repasar tus objetivos o recordarte pensamientos que te inspiren.
Establecer tus prioridades con optimismo te ayudará a mantener una actitud positiva frente a los desafíos. Puedes también escribir en un diario, plasmar ideas o metas, lo cual refuerza tu intención de tomar el día con serenidad y propósito.