El verdadero peligro de tener grasa visceral y tres claves para combatirla
Según estudios científicos, esta grasa no es solo un depósito de energía, sino que funciona como un órgano endocrino
Aunque frecuentemente se subestima, y se ve más bien como un problema estético, la grasa visceral puede tener serias repercusiones para la salud, afectando varios sistemas del cuerpo, pero la buena noticia es que es posible reducir su acumulación y mejorar nuestro bienestar general a través de ciertos ajustes clave en el estilo de vida.
¿Qué tipo de grasa es?
La grasa visceral, esa que se acumula alrededor de los órganos internos, es mucho más peligrosa de lo que solemos pensar. Si bien la grasa subcutánea (la que podemos tocar bajo la piel) ha sido el centro de muchas preocupaciones, la grasa visceral tiene un impacto aún más negativo en nuestra salud, ya que no solo afecta nuestra apariencia, sino que altera nuestra biología de manera profunda y peligrosa.
Según estudios científicos, la grasa visceral no es solo un depósito de energía, sino que funciona como un órgano endocrino, es decir, produce hormonas y sustancias inflamatorias que alteran directamente el metabolismo.
¿Cómo de peligrosa es la grasa visceral?
Este tipo de grasa tiene efectos devastadores sobre el cuerpo. Entre las consecuencias más graves, se incluyen:
- Aumento de la presión arterial: la grasa visceral eleva la presión arterial, lo que aumenta el riesgo de hipertensión y otros problemas cardiovasculares.
- Diabetes tipo 2: al interferir con la capacidad del cuerpo para manejar el azúcar en sangre, la grasa visceral contribuye al desarrollo de la diabetes tipo 2.
- Colesterol y triglicéridos altos: contribuye a un aumento de los niveles de colesterol malo (LDL) y triglicéridos, lo que incrementa el riesgo de enfermedades cardíacas.
- Riesgo de enfermedades neurodegenerativas: estrechamente vinculada a trastornos como el Alzheimer y el Parkinson, la grasa visceral también se ha relacionado con un aumento en la inflamación cerebral.
- Cáncer: existen estudios que sugieren que la grasa visceral también puede aumentar el riesgo de ciertos tipos de cáncer, como el de colon y el de mama, debido a la inflamación crónica y a las sustancias químicas que libera.
¿Cómo combatir la grasa visceral?
Lo más importante es que la grasa visceral no es invencible. Con algunos cambios en el estilo de vida, puedes reducir significativamente su presencia y, con ello, mejorar tu salud.
1. Alimentación saludable
La clave está en eliminar los alimentos que promueven la acumulación de grasa visceral. Esto incluye azúcares refinados, harinas procesadas y ultraprocesados como bollería industrial y carnes procesadas.
En su lugar, aumenta el consumo de alimentos antiinflamatorios y ricos en grasas saludables, como nueces, aguacates y aceite de oliva. Además, consumir más fibra, frutas y verduras frescas contribuirá a la reducción de la grasa abdominal.
2. Ejercicio regular
El ejercicio es esencial para reducir la grasa visceral. No se trata de hacer rutinas extremas, sino de mantenerse activo. Realizar al menos 150 minutos de ejercicio cardiovascular y de fuerza a la semana, combinados con actividades que favorezcan la resistencia, te ayudará a reducir la grasa visceral, mejorar la circulación y mantener un peso saludable. La clave es encontrar una actividad que disfrutes y puedas realizar de manera constante.
3. Manejo del estrés
El estrés crónico aumenta los niveles de cortisol, una hormona que favorece la acumulación de grasa en el abdomen. Para reducir los efectos nocivos del cortisol, es importante practicar técnicas de relajación como la respiración profunda (el suspiro fisiológico) y asegurarte de descansar al menos siete horas cada noche. El sueño reparador es crucial para mantener el equilibrio hormonal y evitar la acumulación de grasa visceral.
El poder de la prevención
Prevenir la grasa visceral empieza por ser consciente de los riesgos que conlleva y entender lo esencial que es tomar decisiones informadas sobre nuestra salud.
La grasa visceral, esa que se acumula alrededor de nuestros órganos internos, no solo afecta nuestra estética, sino que tiene un impacto profundo y peligroso en nuestra salud.
Tomar conciencia de la importancia de prevenir la grasa visceral implica comprometerse con hábitos saludables a largo plazo. Las decisiones que tomes hoy en cuanto a tu alimentación, actividad física y bienestar emocional son las que determinarán tu salud en el futuro.
A medida que más personas se informan sobre los efectos negativos sobre este tipo de grasa, se vuelve cada vez más claro que prevenirla no es solo una cuestión de estética, sino de salud integral.
El verdadero cambio radica en ser proactivos y educarnos sobre las implicaciones de la grasa visceral. Al integrar decisiones saludables y conscientes en nuestro día a día, no solo prevenimos enfermedades, sino que mejoramos nuestra calidad de vida y bienestar general. La clave está en tomar control de lo que podemos cambiar: nuestras elecciones.