Ozempic y sus efectos secundarios: un estudio avala que puede ir más allá de perder peso
Convertido en fármaco de moda, puede que sus ventajas vayan mucho más allá del adelgazamiento

Una caja de Ozempic. | ©Europa Press.
En los últimos años, Occidente ha vivido una auténtica fiebre por los medicamentos basados en el GLP-1, que han revolucionado el mercado del adelgazamiento. Entre ellos, Ozempic y Wegovy han sido presentados como el nuevo El Dorado para quienes buscan perder peso de manera efectiva. Sin embargo, más allá de su función principal, nuevos estudios han empezado a desvelar efectos secundarios de Ozempic inesperados, pero positivos. Lo que comenzó como un tratamiento dirigido a la diabetes tipo 2 ha evolucionado en un medicamento para combatir la obesidad, lo que ha catapultado a su fabricante, Novo Nordisk, al podio de las farmacéuticas de mayor crecimiento mundial, como ya te contamos en THE OBJECTIVE.
El uso de Ozempic ha trascendido su propósito inicial, generando un auge mediático y científico que lo posiciona como una herramienta clave en la lucha contra la obesidad. La demanda ha crecido exponencialmente, impulsada por historias de éxito en pérdida de peso. Sin embargo, este éxito también ha generado debates sobre su uso fuera de las indicaciones originales y las consecuencias que podría conllevar.
Lo interesante es que muchos de los efectos secundarios que inicialmente se temían han comenzado a ser reevaluados por su potencial beneficio. Datos que recoge ahora una investigación publicada en Nature Medicine donde se comparan los datos de dos millones de pacientes de una base de datos, analizando aquellos que han comenzado tratamientos con semaglutida frente a los que no.
Con este contexto, el estudio ha abierto una nueva línea de investigación: ¿podría Ozempic convertirse en algo más que un medicamento contra la obesidad? Esta pregunta está empezando a perfilarse como el epicentro de nuevas investigaciones médicas, que buscan determinar si los efectos secundarios del fármaco podrían extenderse a tratamientos para otras patologías. Según el estudio, hasta 42 patologías frecuentes –incluido el Alzhéimer o determinadas enfermedades cardiovasculares– presentarían un menor riesgo de desarrollo en pacientes que utilicen semaglutida.
De aliado contra la diabetes a enemigo de la obesidad
Ozempic, cuyo principio activo es la semaglutida, nació como un medicamento destinado a controlar los niveles de glucosa en sangre en personas con diabetes tipo 2. Su funcionamiento se basa en imitar la acción del GLP-1, una hormona que regula la producción de insulina y reduce el apetito. Esto último resultó ser una ventaja inesperada que lo posicionó como un potente agente para la pérdida de peso.
El cambio de enfoque se dio cuando pacientes diabéticos que usaban Ozempic comenzaron a experimentar una notable reducción de peso, lo que llevó a los investigadores a explorar su aplicación en personas con obesidad sin diabetes. Los resultados no tardaron en llegar, demostrando su eficacia en el control del apetito y la reducción de grasa corporal. Esto marcó un antes y un después en la percepción del fármaco.
El boom de Ozempic ha provocado que su popularidad crezca más rápido que la capacidad de producción, generando incluso problemas de desabastecimiento. Al mismo tiempo, ha surgido una base científica que apunta a que sus efectos secundarios podrían ir más allá de la pérdida de peso, abriendo nuevas posibilidades terapéuticas que podrían revolucionar la medicina moderna.
Cuáles son los efectos secundarios de Ozempic
A medida que se expande el uso de Ozempic, también lo hace el conocimiento sobre sus efectos secundarios. Más allá de los típicos problemas digestivos como náuseas o diarrea, investigaciones recientes han detectado posibles beneficios en diversas áreas de la salud. Por ejemplo, algunos estudios sugieren que podría tener un impacto positivo en la salud cardiovascular, ayudando a reducir el riesgo de enfermedades del corazón.
Además, hay indicios de que Ozempic podría influir en el tratamiento de adicciones como el alcoholismo, así como en el control de la hipertensión arterial. Investigaciones preliminares también exploran su posible rol en la prevención del alzhéimer y en ciertos tipos de cáncer. Aunque estos descubrimientos son prometedores, todavía se encuentran en fases tempranas y requerirán estudios adicionales para confirmar su eficacia. Al menos, como se desprende del estudio publicado en Nature Medicine, utilizando como grupo de control a los veteranos del ejército de Estados Unidos.
Sin embargo, no todo es positivo. Los efectos secundarios también incluyen un aumento de patologías relacionadas con el sistema digestivo en algunos pacientes. Este hecho subraya la importancia de continuar investigando el impacto a largo plazo de medicamentos como Ozempic. Si bien las expectativas son altas, queda por ver si podría convertirse en un «fármaco total», capaz de abordar múltiples problemas de salud de manera integral.