Este es el día de la semana que más bajón anímico nos da, según un estudio
Aunque las probabilidades parezcan iguales, los resultados de la encuesta fueron demoledores para un día en concreto

Un hombre con un bajo estado de ánimo. | Freepik
A lo largo de la semana, es natural experimentar fluctuaciones en nuestro estado de ánimo. Aunque podríamos pensar que cualquier día tiene el potencial de ser el mejor o el peor en términos anímicos, investigaciones recientes han arrojado luz sobre cuál es el día más desafiante para la mayoría de las personas.
Un estudio británico, liderado por el University College London, analizó datos de casi 50.000 adultos durante dos años, recopilando cerca de un millón de respuestas sobre bienestar emocional. Los participantes evaluaron su felicidad, satisfacción vital, sensación de propósito y niveles de soledad. Esos resultados posteriormente se han publicado en la BMJ Mental Health y los hallazgos revelaron ciertas sorpresas como, por ejemplo, que los niveles de felicidad y satisfacción son más altos los lunes, viernes y martes, mientras que los domingos se registran los índices más bajos.
Este descenso anímico los domingos puede parecer sorprendente, ya que tradicionalmente se considera un día de descanso y ocio. Sin embargo, los datos sugieren que, a medida que el domingo avanza, muchas personas experimentan una disminución en su bienestar emocional. Este fenómeno, a menudo denominado «neurosis del domingo» o «síndrome del domingo por la tarde», se caracteriza por una sensación de vacío o ansiedad que emerge al final del fin de semana.
Es interesante notar que, aunque el lunes ha sido históricamente etiquetado como el día más temido de la semana, estudios recientes indican lo contrario. La anticipación de las responsabilidades semanales y la transición del ocio al trabajo parecen influir significativamente. Por eso, el estado de ánimo del domingo lo hace el más desafiante para muchos.
Por qué el domingo es el día que sentimos más bajón
Diversas razones contribuyen a que el domingo se perciba como el día más bajo en términos anímicos. Una de las principales es la transición del fin de semana, asociado al ocio y la desconexión, hacia la semana laboral, llena de obligaciones y responsabilidades. Este cambio puede generar una sensación de anticipación negativa o ansiedad ante la vuelta a la rutina.
Además, el domingo suele ser un día de menor actividad social en comparación con el viernes o el sábado. Después de dos días de interacción y entretenimiento, la reducción de estímulos sociales puede llevar a una sensación de soledad o vacío. Esta disminución en la actividad puede hacer que las personas se enfrenten a sí mismas y a sus pensamientos, lo que, en ausencia de distracciones, puede resultar incómodo para algunos.
El psiquiatra austríaco Viktor Frankl introdujo el concepto de neurosis de domingo en su obra El hombre en busca de sentido. Frankl describió este fenómeno como una especie de depresión que afecta a las personas conscientes de la falta de contenido en sus vidas. Especialmente cuando el ajetreo de la semana se detiene y se enfrentan a su vacío interno. Según Frankl, al cesar las actividades rutinarias, muchos se dan cuenta de la falta de propósito o significado en sus vidas. Situación que derivaría en una sensación de vacío existencial.
Por qué también hay un momento del día en que sentimos más bajón
No solo el día de la semana influye en nuestro estado de ánimo. También hay momentos específicos del día en los que es más probable experimentar un bajón anímico. Las encuestas mencionadas anteriormente confirman que las noches, especialmente alrededor de la medianoche, son los momentos en que las personas reportan los niveles más bajos de bienestar. Algo parecido a lo que ya te contamos en THE OBJECTIVE sobre la ansiedad nocturna.

El cansancio acumulado a lo largo del día juega un papel crucial en esta disminución del ánimo. A medida que avanza el día, la energía física y mental disminuye, lo que puede hacer que las tareas cotidianas se sientan más pesadas y que las preocupaciones se magnifiquen. Este agotamiento puede reducir la capacidad de afrontamiento, haciendo que las dificultades parezcan más abrumadoras de lo que realmente son.
Los ritmos circadianos, que regulan nuestro ciclo sueño-vigilia, también influyen en estas variaciones anímicas. Biológicamente, experimentamos fluctuaciones en la producción de hormonas que afectan nuestro estado de ánimo. Por ejemplo, los niveles de cortisol, una hormona relacionada con el estrés, suelen ser más altos por la mañana, lo que nos ayuda a estar alertas y activos. A medida que el día avanza, estos niveles disminuyen, lo que puede contribuir a una sensación de decaimiento por la noche.
Además, la reducción de la luz natural al final del día puede afectar la secreción de melatonina, la hormona que regula el sueño, lo que influye en nuestro estado de ánimo y niveles de energía. La combinación de estos factores biológicos y ambientales puede explicar por qué las noches son momentos propensos a experimentar un bajón anímico.