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¿Funcionan las dietas personalizadas? Esto dicen los expertos sobre las pruebas de ADN

¿Son estas soluciones realmente efectivas o es solo una tendencia más en el mundo de la salud y el bienestar?

¿Funcionan las dietas personalizadas? Esto dicen los expertos sobre las pruebas de ADN

Pruebas de ADN | Canva

Hace casi 20 años, en 2003, se completó la secuenciación del genoma humano, un logro que marcó un hito en la ciencia y abrió nuevas puertas a la medicina personalizada. Este avance permitió conocer en detalle la composición genética de los seres humanos, identificando millones de variaciones que definen nuestras características físicas y predisposiciones a enfermedades. Desde entonces, la medicina ha experimentado una revolución, con el estudio del ADN permitiendo no solo diagnósticos más precisos, sino también el desarrollo de tratamientos personalizados basados en la genética de cada paciente.

Según un artículo de O Globo, uno de los campos más prometedores en este contexto es el de las pruebas genéticas aplicadas a la nutrición. Empresas que ofrecen pruebas genéticas para crear dietas personalizadas a partir de los resultados obtenidos están proliferando. Estas pruebas, según sus promotores, podrían optimizar la absorción de nutrientes, ayudar en la pérdida de peso, e incluso prevenir enfermedades. Sin embargo, a pesar de su popularidad y accesibilidad creciente, muchos expertos alertan sobre la falta de evidencia científica que respalde estas afirmaciones.

¿Qué son las pruebas genéticas y cómo funcionan?

Las pruebas genéticas permiten analizar variaciones en el ADN de una persona. En muchos casos, se enfocan en lo que se conoce como polimorfismos genéticos, pequeñas alteraciones en la secuencia de los genes que son comunes en la población y no necesariamente tienen un impacto clínico. Sin embargo, algunas empresas utilizan estos datos para sugerir dietas personalizadas, basándose en la idea de que ciertas variaciones genéticas pueden influir en cómo metabolizamos los alimentos.

Por ejemplo, algunas pruebas prometen identificar si una persona tiene una predisposición genética a una mayor eficiencia en la metabolización de ciertos nutrientes, lo que, en teoría, permitiría crear dietas que mejoren la absorción de vitaminas o minimicen el riesgo de enfermedades como la obesidad o la diabetes. Sin embargo, los estudios científicos realizados hasta la fecha han mostrado que no hay suficiente evidencia para demostrar que personalizar la dieta basada en la genética tenga beneficios significativos para la salud a largo plazo.

La ciencia que estudia la relación entre genes y alimentación

La nutrigenómica, el campo que estudia la interacción entre los genes y la alimentación, ha generado un gran interés en los últimos años. No obstante, muchos de los beneficios que se promocionan no están respaldados por la ciencia. Si bien es cierto que existen algunas enfermedades metabólicas raras que pueden requerir dietas muy específicas basadas en las características genéticas de una persona, como la fenilcetonuria, donde el paciente no puede metabolizar la fenilalanina, la mayoría de los estudios científicos no encuentran una relación clara entre los genes y los hábitos alimenticios en personas saludables.

El concepto de que los genes pueden dictar la mejor dieta para un individuo está lejos de ser una realidad comprobada. Los genes, aunque juegan un papel importante en la salud general, no son los únicos factores que afectan nuestro bienestar. El ambiente, el estilo de vida y la actividad física también tienen un impacto considerable en nuestra salud, y la idea de que una dieta personalizada basada únicamente en el ADN podría prevenir enfermedades como la obesidad o el colesterol alto carece de una base sólida.

El efecto placebo y la mejoría observada

Uno de los factores que pueden explicar la mejora observada en algunas personas que siguen dietas personalizadas basadas en pruebas genéticas es el efecto placebo. Este fenómeno ocurre cuando las personas experimentan mejoras en su salud simplemente porque creen que están haciendo algo positivo, incluso si no existe una base científica para ello.

Cuando una persona paga por un test genético y sigue las recomendaciones de un nutricionista, es probable que también haga cambios positivos en su dieta, como comer más frutas y verduras o reducir el consumo de alimentos procesados. Estos cambios en la alimentación pueden resultar en mejoras en la salud, pero no necesariamente están relacionadas con los resultados del test genético, sino con un mejor comportamiento alimentario en general.

¿Qué dicen los expertos sobre los test genéticos y las dietas?

A pesar del atractivo de los test genéticos para la creación de dietas personalizadas, los especialistas en genética médica y nutrición advierten que estos análisis deben ser solicitados únicamente por médicos capacitados y siempre dentro de un contexto clínico.

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Una alimentación saludable.

Además, los profesionales subrayan la importancia de un consejo genético adecuado antes de realizar cualquier prueba genética, y también después de obtener los resultados, para interpretar correctamente la información y tomar decisiones informadas sobre la salud.

La clave está en un enfoque integral

Aunque los avances en la genómica y la nutrigenómica ofrecen muchas posibilidades en el futuro de la medicina personalizada, es fundamental adoptar un enfoque integral de la salud. Las dietas personalizadas basadas en el ADN pueden no ser la solución definitiva para la prevención de enfermedades o el control de peso. En su lugar, los hábitos saludables, como una dieta equilibrada, ejercicio regular y un manejo adecuado del estrés, siguen siendo los pilares fundamentales para mantener una buena salud.

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