Descubrimos la técnica secreta que está arrasando para eliminar el estrés y la ansiedad
Si sientes que los métodos tradicionales no te funcionan, esta práctica podría ser la solución

Marta Plannells y Juan D’Angelo | Cedida
En un mundo cada vez más acelerado, donde el estrés y las preocupaciones cotidianas parecen apoderarse de nuestra salud mental y física, la respiración consciente se presenta como una herramienta poderosa para recuperar el equilibrio. En España, dos pioneros en este campo, Marta Plannells y Juan D’Angelo, han fundado The Breath Act, la primera escuela en el país que fusiona respiración consciente, neurociencia y sonido, para mejorar el bienestar integral de las personas.
¿Qué es la respiración consciente?
Según Plannells y D’Angelo, la respiración consciente es el acto de prestar atención a cómo respiramos y utilizar este proceso de manera estratégica para influir en nuestro estado físico y mental. Aunque respiramos de manera automática, tomar control de nuestra respiración con la intención de modificarla puede cambiar significativamente cómo nos sentimos en cuestión de minutos. Desde una perspectiva científica, la respiración afecta directamente al sistema nervioso autónomo.
Las respiraciones rápidas y superficiales activan el sistema simpático, el cual nos pone en “modo lucha o huida”. Por el contrario, las respiraciones profundas y controladas activan el sistema parasimpático, responsable de la relajación y recuperación del cuerpo. Este enfoque en la respiración no solo ayuda a reducir el estrés, sino que también mejora la oxigenación celular y optimiza funciones vitales como el ritmo cardíaco y la presión arterial.
Los tipos de respiración
Cada técnica tiene efectos específicos, y es posible utilizarla según el objetivo que se desee alcanzar: calmar, energizar, liberar o mejorar la concentración.
- Respiración diafragmática: utiliza el músculo del diafragma, favoreciendo una mejor oxigenación y activando el sistema nervioso parasimpático, lo que genera mayor relajación.
- Respiración torácica o superficial: esta respiración, que solemos utilizar en momentos de estrés, activa el sistema simpático, aumentando la frecuencia cardíaca y el nivel de tensión.
- Respiración nasal vs. bucal: la respiración nasal es más beneficiosa, ya que filtra y regula la entrada de aire. Sin embargo, la respiración bucal, utilizada de forma controlada, puede ser útil para liberar emociones reprimidas.
- Respiración rítmica: técnicas como la 4-7-8 (inhalar durante 4 segundos, mantener durante 7 y exhalar en 8) ayudan a reducir el estrés y mejorar la calidad del sueño.
- Hiperventilación controlada: esta técnica, utilizada en The Breath Act, desbloquea estados emocionales reprimidos y genera una transformación profunda a nivel biológico y mental.
La necesidad de respirar conscientemente
En un contexto cotidiano de estrés y ansiedad, la mayoría de las personas no respiran de manera óptima. El respirar rápidamente y de forma superficial, sobre todo cuando estamos sobrecargados de tareas o preocupaciones, envía señales erróneas al cerebro, lo que activa el sistema de respuesta al estrés, causando tensión muscular, fatiga y dificultades para concentrarse. Por ello, Plannells y D’Angelo insisten en la importancia de respirar conscientemente. Al controlar nuestra respiración, como al realizar inhalaciones profundas y exhalaciones prolongadas, le enviamos un mensaje al cerebro de que estamos en calma. Esta práctica no solo resulta útil para manejar el estrés, sino también para mejorar nuestro rendimiento en situaciones de presión, como una reunión importante o durante la práctica de ejercicio físico.

Cómo es esta herramienta
La respiración consciente es particularmente eficaz en el manejo del estrés, ya que es la única función fisiológica que puede modificar directamente el estado del sistema nervioso de manera inmediata. Cuando respiramos de forma lenta y profunda, activamos el sistema parasimpático, lo que reduce la producción de cortisol, la hormona del estrés, y favorece un estado de relajación. Según los fundadores de The Breath Act, su enfoque basado en neurociencia aplicada permite transformar el estrés en energía productiva. Con la práctica, la respiración consciente no solo disminuye la ansiedad en el momento, sino que también cambia la forma en que el cerebro responde ante situaciones desafiantes.