Las cinco claves para no caer en el desgaste laboral, según los expertos
Aplicando estas reglas, podrás mantener tu bienestar mientras sigues cumpliendo con tus responsabilidades

Agotamiento laboral | Canva
El mundo laboral puede ser desafiante y, en muchas ocasiones, exigente hasta el punto de afectar nuestro bienestar. Mantener un equilibrio entre el trabajo y la vida personal es clave para evitar el agotamiento y sostener un rendimiento saludable a largo plazo. Para lograrlo, existen estrategias fundamentales que pueden marcar la diferencia.
Lo que debes priorizar para no caer en el ‘burnout’
El burnout, o agotamiento laboral, es un problema cada vez más común en el mundo moderno, especialmente en un entorno donde la productividad y la disponibilidad constante suelen ser prioridades. Este síndrome no solo afecta el desempeño en el trabajo, sino que también puede tener un impacto significativo en la salud física y mental de quienes lo padecen. Se manifiesta a través de síntomas como cansancio extremo, falta de motivación, dificultad para concentrarse, irritabilidad y estrés crónico, lo que puede derivar en problemas de ansiedad o depresión si no se aborda a tiempo.
Afortunadamente, existen estrategias efectivas para evitar llegar a este estado de agotamiento. La clave está en identificar hábitos saludables que permitan establecer límites y promover un equilibrio entre las exigencias laborales y el bienestar personal. Según la cuenta de Instagram @eurekka.es, especializada en terapia y bienestar emocional, los expertos han identificado cinco reglas fundamentales para prevenir el desgaste laboral y mantener una relación más saludable con el trabajo. Aplicarlas en el día a día puede marcar una gran diferencia en nuestra calidad de vida y bienestar general.
1. Tu tiempo libre no necesita ser merecido
Uno de los errores más comunes es pensar que el tiempo libre es un privilegio que solo se obtiene después de haber cumplido con todas las responsabilidades laborales. Sin embargo, el descanso no es un lujo, sino una necesidad. Es fundamental recordar que tu tiempo libre te pertenece y puedes disfrutarlo sin sentir culpa, incluso si aún queda trabajo por hacer. Postergar constantemente el descanso en favor de la productividad solo te llevará al agotamiento. Establece momentos específicos para el descanso y respétalos. Desconéctate del trabajo sin sentir que debes ganarte el derecho a relajarte.
2. No aceptes más tareas de las que puedes manejar
La sobrecarga de trabajo es una de las principales causas del burnout. Muchas veces, por querer demostrar compromiso o por miedo a decir que no, aceptamos más tareas de las que realmente podemos manejar con calidad. Esto puede llevar a un círculo vicioso en el que el estrés y la fatiga afectan tu desempeño, resultando en un trabajo mediocre que no satisface ni a ti ni a los demás. Aprende a decir no y establece límites claros. Evalúa objetivamente tu capacidad antes de comprometerte con nuevas responsabilidades.
3. Ten horarios claros, incluso si trabajas desde casa
En la era del teletrabajo, la línea entre la vida laboral y personal se ha vuelto borrosa. Esto puede hacer que las jornadas laborales se alarguen sin que nos demos cuenta, afectando nuestra salud y bienestar. Tener horarios de trabajo bien definidos es clave para evitar este problema. Define un horario fijo para empezar y terminar tu jornada. Usa alarmas o recordatorios para asegurarte de respetarlo y evita responder correos o mensajes fuera de ese horario.

4. Reserva tiempo para un hobby que te recargue de energía
El trabajo consume energía mental y emocional. Si solo te enfocas en cumplir con tus tareas laborales y no en actividades que te llenen de energía, inevitablemente terminarás agotado. Un hobby es una excelente manera de recargar tu vitalidad y contrarrestar el desgaste del día a día. Dedica al menos unas horas a la semana a una actividad que disfrutes y te relaje, ya sea hacer ejercicio, leer, pintar o cualquier otra cosa que te haga sentir bien.
5. Pide ayuda cuando la necesites
A veces creemos que debemos ser autosuficientes y manejar todo por nuestra cuenta, pero la realidad es que nadie puede con todo solo. Si una tarea se vuelve abrumadora, pedir ayuda no es signo de debilidad, sino de inteligencia emocional y madurez. Si sientes que no puedes con una carga de trabajo, busca apoyo en compañeros, superiores o incluso en un profesional. Delegar y compartir responsabilidades es clave para mantener el equilibrio.