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Mar Gómez: cómo el clima impacta nuestra salud física y mental de forma sorprendente

Una charla para ver como la meteorología no solo predice lluvias, sino que también explica estados de ánimo

Mar Gómez: cómo el clima impacta nuestra salud física y mental de forma sorprendente

La doctora en Ciencias Físicas Mar Gómez | Cedida

La atmósfera no solo condiciona nuestras decisiones cotidianas, sino que también penetra, casi silenciosamente, en los entresijos de nuestra salud física y mental. Así lo defendió la doctora en Ciencias Físicas Mar Gómez en la cuarta conferencia del ciclo Aula Andrés Laguna, Ciencia, Medicina y Humanismo, celebrada en la Real Academia de San Quirce bajo el patrocinio de la Fundación Lilly. Con un auditorio repleto, la meteoróloga y jefa del Departamento Meteorológico de eltiempo.es desgranó en su charla ¿Cómo nos afecta el tiempo? Una revisión histórica y científica sobre el impacto de los fenómenos meteorológicos en el bienestar humano. Un vínculo que ya intrigaba a figuras de la Antigua Grecia como Hipócrates y Heródoto. «El tiempo lo determina absolutamente todo […] pero, sobre todo, influye notablemente en nuestra salud física y mental», afirmó Gómez, abriendo así una reflexión que entrelaza meteorología, medicina y sociedad.

La presión atmosférica y sus huellas invisibles

Uno de los ejes de su exposición fue la presión atmosférica, a menudo olvidada en los discursos sobre salud. Gómez explicó cómo las borrascas y sus bajas presiones están relacionadas con un empeoramiento de enfermedades como la artritis, la artrosis o las migrañas. «Cuando la presión disminuye, los tejidos del cuerpo se expanden, generando una presión interna que agrava estas condiciones», detalló, en alusión a un fenómeno tan cotidiano como científicamente comprobado desde hace siglos. Recordó incluso un experimento de 1654 en el que se demostró que ni la fuerza combinada de 16 caballos podía separar dos semiesferas selladas al vacío, aludiendo al inmenso poder de la atmósfera.

Meteorosensibilidad: cuando el cuerpo siente el clima

Durante la conferencia se introdujo el término meteorosensibilidad, concepto que engloba a las personas cuyos síntomas físicos o emocionales se intensifican ante cambios climáticos. Según la experta, entre un 30% y un 60% de la población es meteorosensible. Ella misma se incluye en ese grupo: «En mi libro Meteorosensibles comparto mi experiencia personal con esta condición», señaló, invitando al público a levantar la mano si se sentía identificado.

Vientos que alteran la mente

El viento también tuvo su espacio en la intervención, en especial el efecto Föhn, característico de regiones montañosas como los Alpes o el Sistema Central. Gómez alertó de que este tipo de viento, cálido y seco, puede alterar el sistema nervioso por su carga de iones positivos. «Estos vientos pueden provocar ansiedad, insomnio, depresión, e incluso elevar las tasas de suicidio», subrayó. No es casual que históricamente se los haya denominado los “vientos de la locura”.

Vientos fuertes en Barcelona

El “calor criminal” y el deterioro cognitivo

Otra advertencia relevante fue el impacto de las altas temperaturas en la conducta humana. Mar Gómez citó un estudio realizado en Madrid que reveló un aumento del 28,8% en los feminicidios por cada grado por encima de los 34 ºC. «No es que el calor nos vuelva violentos, sino que actúa como detonante en personas con predisposición a la agresividad», puntualizó. Asimismo, abordó la contaminación atmosférica, responsable de agravar enfermedades respiratorias y cardiovasculares, pero también trastornos mentales. «La polución daña especialmente al cerebro de los niños, afectando su desarrollo cognitivo», advirtió, sin dejar de mencionar el lado positivo del sol, fuente de vitamina D y de estados anímicos más equilibrados, aunque con moderación, dada la amenaza de la radiación ultravioleta.

Cambio climático: un reto creciente para los más vulnerables

Como cierre, Gómez se centró en el cambio climático y su especial impacto sobre los meteorosensibles, mujeres y personas mayores. Las olas de calor, el aumento de enfermedades zoonóticas debido a la deforestación y el deshielo de los polos —que libera gases contaminantes y posibles virus antiguos. No obstante, la doctora terminó su intervención con un mensaje de responsabilidad y esperanza: «Si tomamos medidas como la descarbonización y la reforestación, las próximas generaciones podrán respirar mejor».

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