Orforglipron u Ozempic: qué debes saber sobre estos fármacos para la obesidad
Estos medicamentos representan avances significativos, pero su uso requiere supervisión médica y expectativas realistas

Dr. Alfredo Alonso Poza | Cedida
En los últimos años, los tratamientos farmacológicos para la obesidad han ganado protagonismo, con fármacos como Ozempic y el recientemente desarrollado Orforglipron. Ambos prometen ayudar a la pérdida de peso y al control de la glucosa, pero presentan diferencias clave en su administración y mecanismo de acción. Según el Dr. Alfredo Alonso Poza, jefe de Servicio de Cirugía en el Hospital Universitario del Sureste y en el Hospital Ruber Juan Bravo, especialista en cirugía bariátrica y obesidad, «estos medicamentos son una herramienta muy útil, pero deben utilizarse con criterio y siempre bajo supervisión médica».
Según Poza, el Ozempic, cuyo principio activo es la semaglutida, es un agonista del receptor GLP-1. Este mecanismo imita una hormona que estimula la liberación de insulina, reduce el apetito, retrasa el vaciamiento gástrico y disminuye los niveles de glucosa en sangre. Su administración es semanal mediante inyección. Orforglipron también actúa como agonista del receptor GLP-1, con la diferencia de que se administra diariamente por vía oral y aún está pendiente de aprobación. En términos de eficacia, ambos fármacos son comparables: Ozempic puede lograr hasta un 15% de pérdida de peso corporal a dosis plenas, mientras que Orforglipron ha mostrado reducciones de entre 14 y 17% en ensayos clínicos. Los efectos secundarios son similares e incluyen náuseas, vómitos, diarrea o estreñimiento, con algunos casos aislados de pancreatitis o alteraciones digestivas graves.
Quiénes pueden beneficiarse y criterios de prescripción
El Dr. Alonso Poza subraya que «estos medicamentos han sido una gran ayuda para mejorar la calidad de vida de los pacientes con obesidad, pero no deben considerarse píldoras milagrosas». Los candidatos adecuados son personas con índice de masa corporal (IMC) ≥ 30 kg/m², o ≥ 27 kg/m² si presentan comorbilidades como diabetes tipo 2, hipertensión, dislipemia, apnea del sueño o enfermedad cardiovascular. Ozempic se indica especialmente en pacientes con diabetes. Antes de prescribirlos, se recomienda realizar analíticas y ecografía abdominal para descartar pancreatitis o cálculos biliares.
Quienes presenten antecedentes de pancreatitis, cáncer de tiroides o enfermedad renal o hepática deben evitar estos medicamentos, advierte Poza. En pacientes con IMC superior a 40 kg/m², la cirugía bariátrica, como la gastrectomía tubular o manga gástrica, suele ser la opción más eficaz. Y en casos de superobesidad, los medicamentos pueden emplearse temporalmente para reducir el riesgo quirúrgico previo a la intervención, añade el especialista.

Implicaciones económicas y sociales
El Dr. Alonso Poza alerta sobre las implicaciones económicas y sociales del uso de estos tratamientos. «El coste mensual, de aproximadamente 300 €, limita el acceso, y actualmente solo están financiados para pacientes con diabetes y obesidad mórbida con comorbilidades. No obstante, a largo plazo, podrían suponer un ahorro en costes sanitarios asociados a la obesidad y mejorar el bienestar y la autoestima de los pacientes», explica. El especialista advierte sobre el riesgo de consumo indiscriminado con fines estéticos, lo que podría derivar en autoadministración sin control médico o incluso en la proliferación de productos falsificados.
Riesgos para la salud
Estos fármacos son beneficiosos, ya que reducen peso corporal de forma sostenida y mejoran parámetros metabólicos, pero la pérdida rápida de peso puede tener efectos secundarios. El Dr. Alonso Poza señala que «la pérdida de masa muscular puede favorecer flacidez de la piel, especialmente en brazos y muslos, caída del cabello o alteraciones hormonales. Por ello, es fundamental acompañar el tratamiento con educación nutricional, apoyo psicológico, ejercicio regular y hábitos de vida saludables. En muchos casos, los pacientes pueden necesitar cirugías de contorno corporal tras perder entre 20 y 25 kg, como abdominoplastia o braquiplastia».