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Sara Marín, doctora: «A partir de los 35, la vitamina D disminuye y afecta a los huesos y ánimo»

Comprender su importancia y tomar medidas para mantener niveles adecuados es una inversión directa en salud

Sara Marín, doctora: «A partir de los 35, la vitamina D disminuye y afecta a los huesos y ánimo»

Vitamina D | Canva pro

A partir de los 35 años, muchas mujeres comienzan a notar un bajón físico y emocional que, en la mayoría de los casos, se atribuye al estrés, la ansiedad o incluso al cambio de estación. Sin embargo, según la Dra. Sara Marín Berbel, existe un factor que pocas conocen: la disminución de vitamina D, una hormona clave para el correcto funcionamiento del cuerpo. Técnicamente, la vitamina D actúa como una hormona. Aunque se llama “vitamina”, su función en el cuerpo es diferente a la de otras vitaminas.

¿A qué afecta esta vitamina?

«La vitamina D no es solo una vitamina, en realidad funciona como una hormona que se activa con el sol, como una tarjeta magnética que abre cuatro puertas fundamentales: la del hueso, la del músculo, la del estado de ánimo y el sistema inmune», explica la doctora. Esta metáfora resume su importancia y también ayuda a entender por qué su déficit puede afectar diferentes áreas de nuestra salud sin que lo relacionemos de inmediato con la alimentación o el descanso.

1. Huesos fuertes y prevención de la osteoporosis

Uno de los efectos más conocidos de la vitamina D es su relación con la salud ósea. La Dra. Marín Berbel aclara que sin ella, el calcio no puede incorporarse a los huesos, lo que aumenta el riesgo de osteoporosis. «Proteger tus huesos no es opcional. Sin vitamina D, el calcio no entra al hueso, y eso es fundamental, especialmente a partir de los 35 años, cuando el riesgo de pérdida ósea comienza a incrementarse de manera significativa», afirma.

2. La fuerza muscular también depende de la vitamina D

Además, la fuerza muscular también depende de esta hormona. La vitamina D facilita la entrada de calcio en el músculo, imprescindible para su contracción y rendimiento. «Mejorar la fuerza no es solo cuestión de hacer ejercicio; si tu cuerpo no tiene suficiente vitamina D, los músculos no responden de manera óptima», asegura. Esto explica por qué muchas mujeres experimentan cansancio físico, torpeza o sensación de debilidad sin una causa aparente.

3. Estado de ánimo y salud mental

El estado de ánimo es otra puerta que se abre gracias a la vitamina D. Según Marín, diversos estudios han demostrado que niveles bajos de esta hormona están relacionados con depresión y ansiedad. «Cuando observamos pacientes con bajos niveles de vitamina D, es frecuente que presenten síntomas de desánimo, irritabilidad o falta de motivación, sin que exista una razón emocional aparente», detalla la doctora.

4. Inmunidad y salud intestinal

El sistema inmunológico y la salud intestinal también dependen de ella. La vitamina D fortalece la barrera intestinal y ayuda a disminuir la inflamación silenciosa, protegiendo al organismo de infecciones y problemas digestivos crónicos. «Regular el intestino no solo mejora la digestión, sino que también fortalece tu sistema inmune, algo que pocas veces asociamos con la vitamina D, pero que es vital», añade.

Vitamina D

La importancia del magnesio en la ausencia de vitamina D

Un detalle clave que suele pasarse por alto es que esta hormona necesita magnesio para funcionar correctamente. La Dra. Marín Berbel lo resume con humor: «Sin magnesio, la vitamina D es como quien tiene un tío en Granada: ni tiene tío ni tiene nada». Es decir, aunque la vitamina D esté presente, sin magnesio su efectividad se reduce drásticamente, afectando todas las funciones que debería cumplir. El mito de que “vivir en el sur asegura suficiente vitamina D” tampoco se sostiene. Aunque en ciudades soleadas como Murcia el sol es intenso, la radiación que activa la vitamina D llega mucho menos a nuestra piel en invierno, y la mayoría de las personas pasa la mayor parte del día en interiores, donde los cristales bloquean casi toda la radiación necesaria. Además, el tiempo que se necesitaría pasar al sol para alcanzar niveles óptimos de vitamina D no sería seguro para la piel.

En cuanto a la alimentación, la doctora advierte que «por mucho que comas bien, la dieta por sí sola no alcanza para cubrir las necesidades de vitamina D. No es un extra, no es opcional; es la base de muchos procesos del cuerpo». Esto significa que incluso una alimentación rica en pescado, huevos o lácteos fortificados podría no ser suficiente para mantener los niveles óptimos, especialmente en mujeres adultas a partir de los 35 años.

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