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La Universidad de Sidney afirma que un minuto de ejercicio intenso puede proteger el corazón

Para quienes buscan optimizar su tiempo y mejorar su bienestar, la clave está en escuchar al cuerpo y medir la intensidad

La Universidad de Sidney afirma que un minuto de ejercicio intenso puede proteger el corazón

Corazón saludable | Canva pro

Un estudio reciente de la Universidad de Sídney ha puesto sobre la mesa una conclusión que puede cambiar la manera en que entendemos la actividad física: el ejercicio vigoroso puede ser hasta seis veces más eficaz que caminar rápido en términos de beneficios para la salud cardiovascular y metabólica. La investigación, liderada por el profesor Emmanuel Stamatakis y publicada en la revista Nature, analizó los hábitos de más de 73.000 adultos en Reino Unido, revelando que un solo minuto de esfuerzo intenso equivale a seis minutos de actividad moderada. Además de proteger el corazón, este tipo de ejercicio reduce de manera significativa el riesgo de diabetes tipo 2, ciertos tipos de cáncer y mortalidad general.

Cuáles son los ejercicios vigorosos

El estudio pone especial énfasis en la intensidad del movimiento, un factor que muchas veces pasa desapercibido. No se trata únicamente de cumplir con un tiempo mínimo de actividad diaria, sino de alcanzar un nivel de esfuerzo que realmente desafíe al cuerpo. Según los investigadores, los signos de ejercicio vigoroso son claros: el corazón late con fuerza, la respiración se vuelve profunda y entrecortada, y hablar se convierte en un reto, pudiendo pronunciar solo unas pocas palabras seguidas. Este tipo de esfuerzo solo puede mantenerse durante períodos cortos, de dos a tres minutos, y a menudo se manifiesta en actividades que, en apariencia, son simples: correr para no perder un autobús, subir escaleras a toda prisa o cargar bolsas pesadas durante unos segundos.

Por contraste, la actividad moderada, como caminar a paso ligero, permite conversar con comodidad, mientras que la actividad ligera apenas genera sensación de esfuerzo. La diferencia no es menor: la intensidad es el motor que estimula el corazón y los pulmones, fortaleciendo la capacidad cardiovascular y aumentando la eficiencia metabólica del organismo. Esto convierte al ejercicio vigoroso en una herramienta extremadamente eficiente, especialmente para personas con agendas apretadas que buscan resultados en menos tiempo.

Actividades de alto impacto sin ir al gimnasio

Otro hallazgo relevante es que estos esfuerzos intensos no requieren entrenamientos estructurados ni equipos especiales. Incluso breves ráfagas de actividad en la rutina diaria pueden sumar beneficios considerables. Según los investigadores, realizar cuatro o cinco de estos esfuerzos cortos al día ya comienza a marcar diferencias palpables en la salud a largo plazo. Esto democratiza el acceso a la actividad física de alto impacto: subir escaleras, acelerar al caminar cuesta arriba o intercalar carreras breves en medio de la jornada son estrategias sencillas pero efectivas.

El cuidado del corazón

Sin embargo, los expertos advierten que el ejercicio de alta intensidad no es adecuado para todos. La sensación de esfuerzo extremo puede resultar desagradable para muchas personas, y forzar la práctica puede derivar en abandono. Para quienes prefieren movimientos más suaves, las actividades moderadas como caminar, nadar o andar en bicicleta siguen siendo muy valiosas. La clave está en la consistencia: aunque se necesite más tiempo para alcanzar los mismos beneficios que con esfuerzos vigorosos, mantenerse activo diariamente sigue siendo crucial para proteger el corazón y prevenir enfermedades crónicas.

El hallazgo también invita a repensar las recomendaciones tradicionales de actividad física. Hasta ahora, muchas guías sugerían acumular un número determinado de minutos semanales de ejercicio moderado. Este estudio sugiere que, si es posible, incluir ráfagas de intensidad elevada puede acelerar los beneficios, haciendo que incluso personas con poco tiempo puedan cuidar su salud de manera más efectiva. La estrategia no es reemplazar el ejercicio moderado, sino complementarlo con breves episodios de intensidad que desafíen al cuerpo de forma puntual.

Beneficios metabólicos y mentales

Además de la mejora cardiovascular, los beneficios metabólicos del ejercicio vigoroso son notables. Incrementa la sensibilidad a la insulina, favorece la quema de grasa y contribuye a mantener un peso saludable, factores clave para prevenir la diabetes y enfermedades relacionadas. También se ha observado que el movimiento intenso tiene un impacto positivo en la salud mental, mejorando el estado de ánimo y reduciendo la sensación de estrés gracias a la liberación de endorfinas y otros neurotransmisores.

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