Dos tazas de café al día podrían proteger tu hígado de cirrosis, según nuevos estudios
Esta protección es un beneficio clave para un órgano vital que la ciencia sigue estudiando

Tazas de café | Canva pro
Beber al menos dos tazas de café al día podría convertirse en una estrategia sencilla para apoyar la salud del hígado, según una creciente línea de evidencia científica que vincula esta bebida con un efecto protector frente a dolencias como la cirrosis y el hígado graso no alcohólico. Investigaciones citadas por EASL The Journal of Hepatology y por medios especializados como New England Journal of Medicine coinciden en que el consumo regular de café muestra beneficios incluso en las fases más tempranas del daño hepático, un hallazgo que ha despertado interés entre hepatólogos y especialistas en metabolismo.
Menor fibrosis entre quienes toman dos o tres tazas
La fibrosis hepática suele ser el primer indicador de que algo no va bien. Se trata de la formación de cicatrices internas que reducen la capacidad del órgano para filtrarlo todo, desde toxinas hasta hormonas. Estudios analizados por EASL The Journal of Hepatology señalaron que quienes beben dos o tres tazas de café al día presentan un grado menor de fibrosis frente a quienes no consumen esta bebida. Este efecto se vio reforzado por un trabajo realizado en Países Bajos en 2017, donde se midió la cicatrización interna del hígado y se encontró una relación favorable entre la ingesta de café y un menor deterioro tisular.
Los efectos, de acuerdo con diversas investigaciones, no se detienen ahí. La cirrosis, etapa avanzada de la fibrosis, también muestra una progresión más lenta entre las personas que incluyen café en su rutina diaria. Expertos citados por New England Journal of Medicine explican que si la bebida interviene en las primeras fases del daño hepático, ese impacto inicial podría extenderse hacia etapas posteriores, reduciendo la velocidad con la que avanza el deterioro y limitando la probabilidad de complicaciones graves como el cáncer de hígado.

Dos tazas de café disminuyen el cáncer hepático
En esta misma línea, estudios presentados en 2017 observaron que el riesgo de cáncer hepático disminuye en quienes beben más de dos tazas de café al día. Lo llamativo es que el beneficio se registró incluso en pacientes con condiciones preexistentes, desde hepatitis C hasta hígado graso. La revisión de datos realizada por EASL The Journal of Hepatology dio peso a esta tendencia, lo que ha situado al café como un posible aliado dietético para personas con mayor vulnerabilidad hepática.
La conversación científica también se ha centrado en la relación entre el café y el hígado graso, un trastorno íntimamente ligado al sobrepeso, la obesidad y la diabetes tipo 2. Mayo Clinic señala que la cafeína y otros compuestos bioactivos presentes en el café podrían desempeñar un papel destacado en la protección de este órgano. Un estudio centrado en pacientes con diabetes tipo 2 y exceso de peso encontró que aquellos con niveles más altos de metabolitos derivados del café, tanto con cafeína como sin ella, tenían menos riesgo de desarrollar fibrosis hepática y puntuaciones más bajas en el índice de hígado graso. El investigador John Griffith Jones subrayó la importancia de estos resultados al señalar que las cantidades acumuladas de estos metabolitos se asocian con una menor gravedad de la enfermedad.
Los hábitos cotidianos que más castigan al hígado
El hígado es un órgano altamente vulnerable a agresores cotidianos como la mala alimentación, el exceso de peso y el consumo elevado de alcohol. Respecto a este último, la recomendación experta se mantiene clara: no rebasar dos cervezas, dos copas de vino o dos tragos de licor al día, ya que superar ese límite sobrecarga a las enzimas encargadas de metabolizar el alcohol y produce compuestos tóxicos que aceleran el daño hepático. Reportes recogidos por EASL The Journal of Hepatology insisten en que el riesgo no se compensa alternando días de consumo y días de abstinencia, ya que la agresión ocurre de manera inmediata cada vez que el hígado debe procesar cantidades superiores a las recomendadas.
Si bien algunas personas asocian la enfermedad hepática exclusivamente al alcohol, la realidad es más compleja. El hígado graso no alcohólico, las hepatitis virales, ciertas condiciones hereditarias y algunos fármacos pueden provocar daños igual de importantes. Por ello, los especialistas recuerdan que ninguna bebida, incluido el café, sustituye el seguimiento médico cuando existe una patología diagnosticada. Aun así, la evidencia disponible sugiere que incluir dos o tres tazas de café al día dentro de un estilo de vida equilibrado podría contribuir a mantener el hígado en mejor estado.
