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Adiós a las tarimas flotantes en 2026: el sustituto será igual de funcional y más estético

Los suelos laminados en espiga destacan por ser altamente resistente a arañazos, golpes y marcas

Adiós a las tarimas flotantes en 2026: el sustituto será igual de funcional y más estético

Una estancia con tarima flotante. | Canva

Durante años, la tarima flotante ha sido la opción preferida en miles de hogares por su equilibrio entre estética, precio y facilidad de instalación. Sin embargo, las tendencias en interiorismo evolucionan y, de cara a 2026, este clásico comienza a perder protagonismo.

Este año, los suelos laminados en espiga resurgen, convirtiendo lo que antes era un símbolo de lujo reservado a viviendas exclusivas en una solución accesible, funcional y práctica.

Suelo laminado en espiga. Canva
Suelo laminado en espiga. Canva

El sustituto de la tarima flotante

El gran sustituto de la tarima flotante es, sin duda, el suelo laminado en espiga. Gracias a los avances tecnológicos, este tipo de suelo conserva la estética cálida y atemporal de la madera natural, pero elimina muchos de sus inconvenientes. A diferencia de la madera maciza, los laminados en espiga son 100% impermeables y requieren un mantenimiento mínimo.

Su característico patrón en forma de zigzag aporta una fuerte personalidad a cualquier estancia. Cada lama se coloca en ángulo, creando un juego visual que alarga el espacio y genera una sensación de mayor amplitud. Además, los acabados actuales son muy realistas simulando la madera natural.

Otros sustitutos de fácil instalación

Existen varias alternativas a la clásica tarima flotante:

  • Suelos vínilos: son otra opción muy valorada. Destacan por su resistencia al agua y su fácil instalación mediante sistemas de clic.
  • Suelos de alta resistencia AC4 o AC5: otra alternativa interesante son los suelos de alta resistencia, con clasificaciones AC4 o AC5. Aunque mantienen un diseño más clásico, ofrecen mayor durabilidad, mejor aislamiento acústico y mayor seguridad frente a las tarimas flotantes antiguas.
  • Suelos híbridos: también cobran protagonismo los suelos híbridos. Estos suelos ofrecen estabilidad, resistencia al impacto y una instalación sencilla, siendo ideales para reformas rápidas sin obras.

Decir adiós a la tarima flotante no significa renunciar a la funcionalidad, sino dar un paso adelante hacia soluciones más estéticas y resistentes. Los suelos laminados en espiga encabezan este cambio gracias a su elegancia, durabilidad y capacidad para transformar cualquier espacio en un entorno acogedor y sofisticado.

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