Estos son los diez errores más comunes en el cuidado de la piel, según los expertos

Todos contamos en nuestro día a día con una rutina de skincare. Puede tener más o menos pasos, pero los cuidados de belleza forman parte de nuestra vida cotidiana. Para saber cómo llevarla a cabo recurrimos a muchas fuentes de información pero, en ocasiones, cometemos errores que están tan extendidos que desconocemos que no son buenos para el mantenimiento de nuestra piel.

Por este motivo, es muy importante saber de dónde tomamos la información. Lo más importante en el caso de la belleza es tener en cuenta que no todos somos iguales y que lo que a una persona le funciona no tiene por qué ser válido para el resto de los mortales. De esta manera, hay  que saber personalizar la rutina de belleza según sea nuestro tipo de piel o los objetivos que queremos conseguir.

A partir de este principio, el resto de acciones relacionadas con nuestros cuidados pueden verse sometidas a continuos errores. Con la ayuda de la farmacéutica y experta en dermocosmética Belén Acero, hoy en THE OBJECTIVE desmontamos los diez errores más comunes que cometemos sin darnos cuenta a la hora de cuidar nuestra piel. Toma nota para no volver a caer en ellos nunca más.

1) Escoger un producto no adecuado

Como ya adelantábamos, no todos los cosméticos funcionan y son válidos para todas las pieles. Por ello, para acertar completamente con nuestra rutina de belleza, lo primero que debemos de hacer es conocer perfectamente nuestra piel. Puedes acudir para ello a un especialista como un dermatólogo, un farmacéutico o un centro especializado. Allí sabrán diagnosticarte profesionalmente y recomendarte el tipo de productos que debes de utilizar en tu rutina.

Conocer nuestra piel y sus necesidades es esencial para escoger los productos adecuados. Una vez que conozcamos esta información, basta con estar atentos en el momento de la compra. Será muy sencillo ya que la mayoría de los productos cuentan en sus envases con el tipo de piel al que van dirigidos.

2) Falta de constancia

Muchas veces nos quejamos porque un cosmético no da los resultados que prometía. Pensamos que es una publicidad engañosa, pero la culpa cae únicamente en nosotros mismos. La falta de tiempo o la pereza son las causas principales por lo que no llevamos a cabo la rutina facial. Los cosméticos no son milagrosos y utilizarlos cuando nos apetece o nos acordamos de ellos no los hace efectivos.

La clave para cuidar bien la piel no está en sumar productos a nuestra rutina sino en saber escoger los que son más eficaces para nuestro tipo de piel. Para ver resultados hay que tener paciencia porque es una inversión a largo plazo. Sé constante y tu piel lo agradecerá.

3) Malas mezclas de activos

A la hora de seleccionar los mejores cosméticos hay que fijarse en sus formulaciones para descubrir si contienen ese componente que nuestra piel necesita. Pero no basta con tener en el neceser los ingredientes que se requiere, también hay que saber usarlos. En cosmética existen una serie de mezclas que están prohibidas como, por ejemplo, juntar el retinol con la Vitamina C o los AHA y los BHA.

También hay que saber qué ingredientes son los que se necesitan porque, aunque sean fantásticos, eso no significa que tengan que estar presentes en tu rutina de belleza. Aunque leas maravillas del ácido glicólico o la niacinamida, quizás tu piel no los necesite. Las rutinas personalizadas son las más eficaces y nos harán ahorrar tiempo y dinero.

4) Saltarse la limpieza facial

Toda buena rutina de belleza debe de arrancar con una buena higiene facial. Será un error si este no es el primer paso de tus cuidados. La limpieza no solo es la fase inicial sino que es la más importante de todas. Por ello, saltársela, es una de las grandes meteduras de pata en las que puedes caer.

Tampoco es suficiente con limpiar la piel, hay que limpiarla bien. Eso significa llevarla a cabo a diario (sin excusas) y tanto por el día como antes de acostarnos. Para hacer la limpieza también tendrás que elegir los cosméticos adecuados y, además, los expertos recomiendan usar una toalla exclusivamente para esta fase de nuestra higiene diaria.

5) No hidratarse lo suficiente

Un error bastante extendido es aquel que piensa que hay pieles que no necesitan hidratarse tanto. Suele suceder en personas que tienen pieles grasas o mixtas y con tendencia al acné. Este perfil considera que su piel, al tener una producción excesiva de sebo, no necesitan hidratarse.

Este pensamiento es un grave error porque, de esta manera, lo único que vamos a conseguir es el efecto contrario. La piel sentirá que necesita más hidratación y producirá más grasa para solventar ese efecto seco. Por ello, la clave siempre estará en elegir una crema hidratante de acuerdo a nuestro tipo de piel.

6) Utilizar más producto del necesario

Otro error bastante extendido es aquel que piensa que utilizar más cantidad de un cosmético supone tener mejores resultados o que éstos se consigan más rápido. Como ya habrás supuesto, esto no es cierto. Es lo que los expertos denominan overbooking cosmético y es que la efectividad y los beneficios de los productos no se multiplican al aplicar más cantidad.

Lo que sucede es todo lo contrario. Si usamos más cantidad de la que es necesaria lo único que lograremos es saturar la piel. Una de las consecuencias más habituales cuando caemos en este error es que aparezca el acné cosmético. Ten en cuenta que cada tipo de producto, ya sea sérum, contorno de ojos o hidratante, requiere una cantidad precisa de producto que es aquella que aporta su difusor o que suele aparecer en la información del envase.

7) Pecar por exceso o defecto del exfoliante

La exfoliación es una de esas fases en nuestra rutina de belleza que marca un antes y un después en la salud general de la piel. Gracias a ella, los poros se mantienen limpios y, además, se favorece la renovación celular. El error que podemos cometer en este terreno es equivocarnos por los extremos. Es decir, olvidarnos de ellas o realizarlas demasiado a menudo.

Todo dependerá del tipo de piel que tengamos y del exfoliante que vayamos a utilizar, pero lo más habitual es realizar una exfoliación facial una o dos veces a la semana. Ten en cuenta que tu piel no estará del todo limpia si no la sometes de manera continuada a este proceso.

8) No usar protección solar

Lo hemos escuchado por activa y por pasiva y, aún así, no lo llevamos a cabo. Si hay un aspecto sobre el cuidado de la piel en el que todos los expertos coinciden es en señalar que hay que utilizar protección solar a diario, independientemente de la época del año en la que nos encontremos.

La crema solar es el cosmético más poderoso con el que contamos para conseguir los objetivos más buscados con las rutinas de belleza. Es un arma infalible para luchar contra la aparición de los signos de envejecimiento prematuro como arrugas o líneas de expresión. Además, previenen de la aparición de las temidas manchas cutáneas. No solo hay que protegerse de los rayos solares, ahora es igual de importante usar cosméticos que combatan los efectos negativos de la luz azul de las pantallas electrónicas.

9) No seguir el orden de aplicación

En cosmética, el orden de los factores sí altera el resultado. En las rutinas de belleza se utilizan distintos cosméticos que se deben de aplicar siguiendo un orden correcto. ¿De qué sirve que te apliques una buena crema hidratante si antes no has limpiado correctamente tu piel?

Lo primero de todo es llevar a cabo la limpieza… y si es doble mejor. Eso significa comenzar con un limpiador oleoso y luego uno acuoso. El siguiente paso será utilizar el tónico. Comenzamos con las cremas fijando nuestra mirada en el contorno de ojos, después el sérum y finalmente la crema hidratante. Para terminar la rutina, no nos olvidamos nunca de la protección solar. Después de todas estas fases, ya podrías arrancar con el proceso de make up.

10) Olvidarse del escote y el cuello

Otro de los errores más extendidos es centrarse en el cuidado de la piel del rostro, olvidando que hay vida más allá de la barbilla. El cuello y el escote son los grandes olvidados y necesitan estar presentes en tu rutina de belleza diaria. No cuidarlos de esta manera puede provocar que envejezcan antes que el rostro ya que la piel en estas áreas es muy frágil y delicada.

Entre los grandes problemas estéticos que pueden aparecer en estas zonas preocupan sobre todo las arrugas y la flacidez en el cuello. ¿Quién no teme la aparición de la doble barbilla o la papada? El escote tampoco se queda atrás y es que es una de las pieles más proclives a sufrir la aparición de las manchas solares que tanto envejecen nuestro aspecto.

¿Has caído alguna vez (o continuamente) en alguno de estos errores? Como estamos seguros que sí, tenlos a partir de ahora siempre presentes para que tu piel lo agradezca.