Cómo perder la flacidez de los brazos con tan solo tres ejercicios
La idea es concentrarse en ejercicios que trabajen directamente los músculos responsables de mantener la piel tensa
La flacidez en los brazos es una preocupación común, especialmente a medida que envejecemos y el tono muscular disminuye.
Este problema suele ser más notorio en la parte posterior de los brazos, donde la piel se vuelve más suelta y menos firme, formando las temidas alas de murciélago.
Sin embargo, con una rutina adecuada y específica, puedes tonificar esta área y recuperar la firmeza. La clave está en concentrarse en ejercicios efectivos que trabajen directamente los músculos responsables de mantener la piel tensa y el brazo definido.
¿Qué ejercicios son?
Recuperar la firmeza de los brazos no solo es posible, sino que es una meta alcanzable con constancia y dedicación. Incorporar estos ejercicios de fuerza en tu rutina puede marcar una gran diferencia, no solo en la apariencia de tus brazos, sino también en tu bienestar general.
Combina estas prácticas con una dieta balanceada y hábitos saludables, y di adiós a la flacidez de los brazos mientras disfrutas de una mayor vitalidad y fortaleza física.
1. Dips
Los dips son uno de los ejercicios más efectivos para trabajar la parte posterior de los brazos, pero también uno de los más desafiantes.
Para realizarlos, coloca las manos en el borde de un banco, con los brazos hacia atrás y los codos ligeramente girados hacia adentro.
Desde esta posición, baja el glúteo hacia el suelo, manteniendo la espalda recta y sin llegar a apoyar el glúteo en el piso.
Luego, empújate hacia arriba sin extender completamente los codos para repetir el movimiento. Para quienes son principiantes, se puede realizar con las piernas dobladas para mayor facilidad. Este ejercicio es ideal para fortalecer los tríceps y eliminar la flacidez.
2. Flexiones Cerradas
Las flexiones cerradas son un ejercicio básico en cualquier rutina para la parte superior del cuerpo. En este caso, se enfocan en los tríceps y en mejorar la definición de los brazos.
La posición inicial consiste en colocar las manos en el suelo, justo debajo de los hombros, y extender las piernas hacia atrás. Desde aquí, flexiona los codos, manteniéndolos pegados al cuerpo mientras bajas lentamente hasta casi tocar el suelo.
Luego, empuja hacia arriba para regresar a la posición inicial. Si eres principiante, puedes realizar las flexiones apoyando las rodillas en el suelo para facilitar el movimiento. Este ejercicio es excelente para tonificar los brazos y mejorar la fuerza general del tren superior.
3. ‘Kickback’ o Patada de Tríceps
El kickback, o patada de tríceps, es un ejercicio específico para trabajar la zona donde más se acumula la flacidez en los brazos.
Para realizarlo, coloca una rodilla en el suelo o apóyate en una superficie inclinada, y con una mancuerna en la mano, extiende el brazo hacia atrás, manteniendo el codo fijo y pegado al cuerpo. A medida que extiendes el brazo, exhala y controla el movimiento en todo momento.
Realiza dos series de 15 repeticiones con cada brazo. Este ejercicio no solo fortalece los tríceps, sino que también contribuye a mejorar la firmeza de la piel en esa área.
¿Cómo ser constante con la rutina?
Ser constante con una rutina de deporte puede ser difícil, especialmente cuando la motivación disminuye, pero es esencial para alcanzar objetivos físicos y mejorar la salud.
Algunas estrategias incluyen:
- Establece metas realistas: comienza con objetivos pequeños y alcanzables que te motiven, y aumenta progresivamente.
- Crea un plan de entrenamiento: define horarios específicos para ejercitarte y sigue un calendario fijo para formar un hábito.
- Elige actividades que disfrutes: practica ejercicios que te gusten para hacer la rutina más llevadera y mantener el interés.
- Sé flexible: adapta tu rutina a situaciones imprevistas; una sesión más corta o de menor intensidad sigue siendo mejor que nada.
- Busca apoyo social: entrena con amigos o únete a un grupo para aumentar la motivación y la responsabilidad mutua.
- Registra tu progreso: lleva un seguimiento de tus avances para mantenerte motivado y ajustar tus metas si es necesario.
- Recompénsate: establece pequeñas recompensas por cumplir tus objetivos para reforzar la constancia y disfrutar el proceso.