Andar para adelgazar: los cinco errores que cometes con tus brazos al caminar en la cinta
No solemos prestar atención a los brazos, y el crucial hacerlo si queremos obtener buenos resultados
Una mujer en una cinta de correr. | Unsplash
Cada vez son más personas las que optan por apuntarse al gimnasio para adelgazar o bien comprarse una máquina de hacer ejercicio para entrenarse en su propia casa. Hoy nos vamos a detener en la cinta de correr o de andar, con la que podrás quemar una media de 100-150 calorías por kilómetro recorrido.
Es decir, en general, una persona de 70 kg puede quemar alrededor de 240 a 300 calorías en 40 minutos, andando en una cinta de correr, a una velocidad moderada de 5 kilómetros por hora. Si aumentáramos la velocidad a 7 kilómetros por hora, podríamos consumir entre 350 y 400 calorías en el mismo intervalo de tiempo. Y así sucesivamente.
Eso sí, puedes magnificar el poder del ejercicio y quemar más grasa acumulada si la utilizas correctamente. La cinta de correr, por otra parte, no te vendrá mal únicamente para perder peso, ya que las investigaciones han corroborado que caminar puede, además de reducir el índice de masa corporal (IMC) y la circunferencia de la cintura, minimizar el riesgo de padecer afecciones de salud mental, como ansiedad y depresión.
Los cinco errores que cometes con tus brazos al intentar adelgazar en la cinta
Como hemos visto, caminar en la cinta es una forma sencilla de mantenerse activo, en forma y además perder peso. Sin embargo, hay algunas reglas esenciales para usarla correctamente. En este caso, vamos a detenernos en los brazos, tan olvidados cuando se trata de andar pero que «proporcionan la coordinación necesaria al cuerpo para que el tren superior e inferior actúen como un bloque», detallan los expertos de Foroatletismo.
Además, «una mala postura puede provocar lesiones», subraya la entrenadora Ellen Thompson. «Una alineación adecuada reduce la tensión en las articulaciones y los músculos y, por lo tanto, disminuye el riesgo de lesiones. Una postura adecuada mejora la respiración y garantiza que obtengas suficiente oxígeno durante el entrenamiento», asegura en Eatthis.
A continuación, recogemos los errores más comunes que cometemos con los brazos cuando andamos en la cinta:
- Agarrarse al pasamos: aunque puede parecer una forma inteligente de lograr una mejor estabilidad y equilibrio, puede arruinar nuestra sesión de cardio. «Agarrarse a los pasamanos reduce la eficacia del entrenamiento porque disminuye la activación natural de los músculos (en concreto, el torso y las piernas)», explica Thompson.
- No mover los brazos de forma natural: otro error común que impide tu progreso es no utilizar un movimiento natural de los brazos. Si mantienes los brazos a los costados, no estás ejercitando la parte superior del cuerpo ni convirtiendo el tiempo que pasas en la cinta en un entrenamiento para todo el cuerpo. «Debes intentar controlar el balanceo de brazos en todo momento, subiéndolos hasta la altura del pecho y bajándolos próximos a la cintura y aumentando la oscilación de tus brazos cuando menor sea la distancia, y viceversa», detallan los expertos en atletismo.
- Mantener los hombros en tensión: dado que en los hombros se sitúa el eje de giro, hemos de intentar mantenerlos relajados. «Algunas personas los tensan demasiado (los elevan hacia arriba), de manera que generan rigidez en la zona provocando un movimiento poco natural y, lo que es peor, una mayor fatiga y un gasto energético innecesario».
- Abrir demasiado los codos, que han de mantenerse con «una angulación de 90º y evitando mantenerlos rígidos, puesto que involucrarías los bíceps y los músculos del antebrazo, contrayéndolos y generando un mayor gasto energético. (…) Por otra parte, debes evitar abrir los codos, mantenlos junto a la cintura con la finalidad de conseguir una mayor estabilidad», recogen los citados expertos.
- Tener las manos cerradas o en tensión: los especialistas recomiendan mantener «las manos relajadas, sueltas y sin cerrar los puños».
Obviamente, los errores mencionados se aplican tanto a caminar en la cinta como a hacerlo al aire libre. Y al respecto, es posible que te estés preguntando qué es mejor. Y la verdad es que ambas opciones tienen sus beneficios, pues las revisiones comparativas que se han realizado al respecto demuestran que andar o correr en cinta o al aire libre tiene las mismas ventajas y beneficios, siendo el margen diferencial realmente escaso como para establecer una superioridad de la una frente a la otra. Por tanto, todo depende de los gustos.
