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Cinco beneficios de jugar al pádel donde no importa ni tu edad ni condición física

En auge desde hace más de dos décadas, este ‘hermano pequeño’ del tenis no deja de reclutar adeptos

Cinco beneficios de jugar al pádel donde no importa ni tu edad ni condición física

Un hombre jugando al pádel. | ©Freepik.

El pádel ha experimentado un crecimiento impresionante en España en los últimos años, convirtiéndose en una de las actividades deportivas más populares del país. A pesar de ser relativamente joven en comparación con deportes como el tenis o el squash, su atractivo radica en varios factores que lo han catapultado a la cima de las preferencias de los españoles. Desde clubes especializados hasta pistas municipales, es común ver a personas de todas las edades y niveles de habilidad disfrutando de este deporte. La sencillez de las reglas y la rápida curva de aprendizaje han contribuido enormemente a su popularidad. Motivo por el que además aprovecharse de los beneficios de jugar al pádel.

Uno de los grandes secretos del éxito del pádel es su naturaleza social. Al jugarse en parejas, se fomenta la interacción y la creación de lazos entre los jugadores. Además, al ser menos exigente físicamente que el tenis, este deporte permite que personas de diferentes condiciones físicas y edades puedan disfrutarlo sin miedo a sobreesfuerzos. Esto no solo lo convierte en una excelente forma de mantenerse activo, sino también en una manera divertida de socializar. No es necesario ser un atleta para disfrutar de este deporte; su accesibilidad lo hace perfecto para aquellos que buscan una actividad que combine ejercicio moderado y diversión en grupo.

Los beneficios de jugar al pádel: más allá de tu edad o tu forma física

El pádel ofrece una amplia gama de beneficios para la salud que lo convierten en una opción atractiva para todos, sin importar la edad o el estado físico. Uno de los principales beneficios del pádel es la mejora cardiovascular. Durante un partido, los jugadores están en constante movimiento, lo que ayuda a fortalecer el corazón y los pulmones. Este tipo de actividad aeróbica es clave para prevenir enfermedades cardiovasculares, mejorar la resistencia y aumentar los niveles de energía diaria. Algo que diversos estudios científicos han comprobado.

Otro de los grandes beneficios de jugar al pádel es el impacto positivo en la tonificación muscular. A diferencia de otros deportes de raqueta, el pádel implica movimientos repetidos de las piernas, los brazos y el tronco. Estos movimientos no solo ayudan a fortalecer los músculos, sino que también mejoran la flexibilidad y la coordinación. El pádel permite un entrenamiento completo del cuerpo sin la necesidad de realizar ejercicios de alto impacto. Esto es lo que lo hace apto para personas que buscan mantenerse activas sin sufrir lesiones o sobrecargas musculares.

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El pádel es un deporte cuyos beneficios pueden aprovechar personas jóvenes y personas maduras. ©Freepik.

Entre los beneficios de jugar al pádel también está el fomentar la agilidad y la coordinación. Los rápidos intercambios de golpes y las frecuentes reacciones que exige este deporte obligan a los jugadores a mantenerse alerta y a mejorar sus reflejos. Esto es especialmente beneficioso para las personas mayores, ya que la práctica constante de este deporte contribuye a mantener una buena agilidad y equilibrio, reduciendo el riesgo de caídas y mejorando la movilidad general. También a conservar la musculatura. Algo fundamental para controlar la sarcopenia, de la que ya te hablamos en THE OBJECTIVE.

Quema de calorías y mejora de la salud mental

Finalmente, cabe destacar el efecto positivo que tiene el pádel en la quema de calorías. Aunque el nivel de exigencia física no es tan alto como en otros deportes, un partido de pádel de una hora puede quemar entre 400 y 600 calorías, dependiendo de la intensidad. Esto lo convierte en una excelente opción para aquellas personas que buscan perder peso o simplemente mantenerse en forma sin someterse a entrenamientos agotadores.

Además, el pádel favorece la salud mental. Como ocurre con otros deportes, la actividad física en general está relacionada con la liberación de endorfinas, hormonas que mejoran el estado de ánimo y reducen el estrés. Sin embargo, el pádel añade un componente social único, ya que se juega en parejas. Esto implica trabajar en equipo, establecer estrategias y mantener una comunicación constante con el compañero. Por lo que favorece la interacción social y, por ende, ayuda a combatir la soledad o el aislamiento. Al ser un deporte divertido y dinámico, los jugadores disfrutan mientras mejoran su bienestar emocional.

Cómo comenzar a jugar al pádel

Si estás interesado en aprovechar todos estos beneficios, empezar a jugar al pádel es sencillo y accesible. Lo primero que debes hacer es contar con el equipamiento adecuado: una pala de pádel, pelotas y calzado específico que te ofrezca buen agarre en la pista. Es recomendable que acudas a clases con un profesor certificado si eres principiante. Esto te ayudará a aprender las técnicas básicas de golpeo y desplazamiento en la pista, lo cual es clave para evitar lesiones a largo plazo.

Una de las pautas más importantes al empezar es escuchar tu cuerpo y no sobreesforzarte. Aunque el pádel no requiere un nivel alto de condición física, es importante calentar antes de jugar y estirar bien después de cada partido. Además, es fundamental que te asegures de mejorar tu técnica de forma progresiva, ya que un mal golpeo o una mala postura pueden causar lesiones. Si sigues estos consejos y juegas con moderación, podrás disfrutar de este deporte de forma segura.

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