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Postura del árbol: el ejercicio de yoga que fortalece piernas, cadera y mejora el equilibrio

Esta postura no solo es un ejercicio que fortalece, sino una invitación a encontrar equilibrio en medio del ritmo acelerado

Postura del árbol: el ejercicio de yoga que fortalece piernas, cadera y mejora el equilibrio

Postura árbol | Canva pro

La postura del árbol, conocida en sánscrito como vrikshasana, es una de las asanas más emblemáticas del yoga. Con su sencillez aparente y su poderosa carga simbólica, este ejercicio no solo representa la estabilidad de un árbol enraizado en la tierra, sino que también fortalece piernas y cadera, mejora el equilibrio y ayuda a prevenir lesiones relacionadas con la rigidez y la falta de movilidad. En un contexto en el que el estrés y la vida sedentaria han ganado protagonismo, el yoga se ha consolidado como una disciplina capaz de aportar bienestar integral. La postura del árbol, practicada desde hace siglos, destaca como una herramienta eficaz para cuidar tanto el cuerpo como la mente.

Cómo realizar correctamente la postura del árbol

Para practicarla se recomienda comenzar en la postura de la montaña (tadasana), con los pies juntos y la espalda erguida. Desde ahí, se traslada el peso del cuerpo a una pierna, mientras la otra se flexiona para apoyar la planta del pie en el interior del muslo contrario, evitando la zona de la rodilla para no generar presión innecesaria. La pelvis debe mantenerse alineada y los hombros relajados. Las manos pueden unirse frente al pecho en posición de oración o elevarse por encima de la cabeza al inhalar, creando la silueta de un árbol que se alza hacia el cielo. La mirada se fija en un punto inmóvil y la respiración se vuelve profunda y consciente. Tras varias inhalaciones, se repite el proceso con la otra pierna.

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Una postura con múltiples beneficios físicos

La postura del árbol, o vrikshasana, es un ejercicio de yoga que combina fuerza, equilibrio y flexibilidad. Al mantener el peso del cuerpo sobre una pierna mientras la otra se apoya en el muslo o la pantorrilla contraria, esta asana trabaja profundamente la musculatura estabilizadora y fortalece zonas clave del cuerpo. Entre sus beneficios más destacados se encuentran:

  • Fortalecimiento de piernas y pies: los gemelos, los tobillos y los músculos del pie se activan para mantener el equilibrio, mientras los muslos y glúteos trabajan de manera constante.
  • Apertura y fortalecimiento de caderas: al colocar la pierna elevada hacia el lateral, se estiran los aductores y el glúteo medio, aumentando la flexibilidad y la movilidad articular.
  • Mejora de la estabilidad: la activación de la musculatura profunda ayuda a sostener el cuerpo con firmeza, favoreciendo la postura y el control corporal.
  • Prevención de lesiones: con la práctica regular, se reduce el riesgo de molestias derivadas de la rigidez o la falta de fuerza en la zona pélvica y la cadena inferior del cuerpo.
Postura del árbol.

Además, el estiramiento de la ingle, los hombros y el pecho aporta una sensación de apertura general que facilita una mejor postura corporal en el día a día. En quienes pasan muchas horas sentados, el vrikshasana actúa como un contrapeso frente a la tensión acumulada.

Equilibrio físico y mental

Más allá de lo puramente físico, la postura del árbol es también un ejercicio de concentración. Para mantener el cuerpo estable, la mente debe enfocar la atención en un punto fijo, técnica conocida como drishti. Este sencillo hábito mejora la capacidad de concentración, reduce la dispersión mental y aporta calma. En momentos de estrés, esta práctica puede convertirse en una herramienta útil para recuperar el control y la serenidad. Por eso, muchos profesores de yoga recomiendan realizarla al inicio de una sesión, como preparación para otras asanas más exigentes. Además, uno de los aspectos más valiosos del vrikshasana es su accesibilidad. Incluso quienes se inician en el yoga pueden realizarlo, adaptando la altura del pie según su nivel de flexibilidad. Para principiantes, basta con apoyar el pie en la pantorrilla. Con el tiempo, y a medida que aumenta la estabilidad, se puede subir al muslo o elevar los brazos.

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