Ale Otero, entrenadora: «Mi abuela de 91 años hace estos ejercicios para seguir con sus tareas diarias»
La actividad física puede convertirse en un hábito seguro, capaz de mejorar la calidad de vida incluso después de los 90 años

Mujer mayor | Canva pro
La actividad física no tiene edad. Esta máxima es la que refleja Ale Otero, entrenadora y apasionada del fitness, al hablar de su abuela de 91 años, que sigue un programa de ejercicios para mantenerse activa, fuerte y con buena movilidad. Su ejemplo demuestra que mantenerse en forma no solo es posible, sino altamente beneficioso, incluso pasados los noventa.
La rutina diaria de una mujer de 91 años
Según Otero, su abuela realiza una rutina sencilla, pero efectiva, diseñada para trabajar fuerza, equilibrio y resistencia, tres pilares fundamentales para la salud en la tercera edad. Entre los ejercicios que más practica están subir escaleras, levantar pesas de 1 kilo y hacer sentadillas; movimientos que combinan trabajo cardiovascular y fuerza muscular sin exigir un nivel de esfuerzo extremo.
1. Subir escaleras: fuerza y coordinación
Subir escaleras, explica Ale, es un ejercicio completo que ayuda a mantener activos los músculos de las piernas y glúteos, mejora la circulación y fortalece el sistema cardiovascular. Para su abuela, subir un piso o dos varias veces al día no solo es una manera de mantenerse físicamente activa, sino también de estimular la coordinación y el equilibrio, aspectos clave para prevenir caídas.
2. Levantar pesas ligeras: fuerza en brazos y espalda
El segundo ejercicio que incorpora la rutina es levantar pesas de 1 kilo. Ale Otero resalta que, aunque parezcan ligeras, el levantamiento controlado ayuda a fortalecer los brazos, hombros y espalda, zonas que suelen perder masa muscular con la edad. La entrenadora recalca la importancia de la técnica correcta, evitando movimientos bruscos y asegurando que cada repetición sea lenta y consciente.
3. Sentadillas: estabilidad y movilidad
Las sentadillas son otro pilar de la rutina de la abuela de Ale. Este movimiento básico fortalece piernas y glúteos, activa el core y mejora la estabilidad general. Ale explica que su abuela hace sentadillas asistidas, usando una silla para apoyarse si es necesario, adaptando el ejercicio a su nivel y asegurando seguridad en todo momento. La combinación de fuerza y equilibrio que aportan las sentadillas es fundamental para mantener la independencia y la capacidad funcional en la vida diaria.

Constancia y motivación: la clave del éxito
Más allá de los ejercicios concretos, Ale Otero destaca la constancia y la motivación como factores decisivos para mantenerse activo en edades avanzadas. «Mi abuela tiene su rutina diaria, pero también disfruta de pequeños movimientos durante el día, como caminar por la casa, estirarse o levantar objetos ligeros», explica. La regularidad y la seguridad son claves, especialmente en personas mayores. Además, los beneficios de esta rutina van más allá de lo físico. Ale apunta que su abuela mantiene mejor movilidad, equilibrio y fuerza, lo que le permite realizar actividades cotidianas sin depender de otros. También experimenta mejoras en el estado de ánimo y la energía, demostrando que la actividad física fortalece tanto el cuerpo como la mente.
El ejemplo de esta mujer de 91 años demuestra que nunca es tarde para comenzar a moverse. Subir escaleras, levantar pesas ligeras y hacer sentadillas no solo son ejercicios, sino un símbolo de autonomía, vitalidad y actitud positiva frente a la edad. Ale Otero concluye que, aunque su abuela sigue su rutina con constancia, siempre es recomendable consultar a un profesional de la salud antes de iniciar cualquier programa de entrenamiento en personas mayores.