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La ciencia lo confirma: las personas con más músculo tienen un cerebro más sano y joven

Varios estudios correlacionan la presencia de grasa visceral con un mayor envejecimiento cerebral

La ciencia lo confirma: las personas con más músculo tienen un cerebro más sano y joven

Dos hombres haciendo deporte. | ©Freepik.

Solemos pensar que la locución mens sana in corpore sano fue concebida para alabar la relación entre el cuerpo y la mente. Sim embargo, lo cierto es que su origen dista mucho de ser tan edificante. Esta locución latina, formulada por el poeta Juvenal, surgió como parte de una sátira en la antigua Roma. En lugar de celebrar el equilibrio físico y mental, criticaba la obsesión por bienes superficiales y defendía que lo único que se debía pedir a los dioses era un cuerpo y una mente saludables. Paradójicamente, lo que empezó como una burla ha terminado inspirando siglos de pensamiento sobre el bienestar humano.

Con el tiempo, hemos reformulado su sentido hasta convertirlo en un principio casi universal: cuidar el cuerpo es cuidar la mente, y viceversa. Hoy no se trata de una cuestión de creencia o filosofía, sino de una realidad apoyada por numerosos estudios científicos. Lo que Juvenal satirizó como un ideal se ha convertido en una conclusión práctica avalada por la neurociencia.

En las últimas décadas, los avances en imagen médica, inteligencia artificial y biomarcadores han permitido conectar directamente la salud física con la salud cerebral. La masa muscular y la proporción de grasa visceral, dos indicadores corporales tradicionalmente asociados con el envejecimiento, están revelando una nueva dimensión: su impacto en la edad biológica del cerebro. Las personas con mayor masa muscular y menos grasa abdominal profunda presentan cerebros más jóvenes y resistentes al deterioro cognitivo.

Qué dice nuestro cuerpo de nuestra salud cerebral (y viceversa)

Un equipo de investigadores de la Universidad de Washington, liderado por el doctor Cyrus Raji, ha presentado un estudio pionero en la reunión anual de la Sociedad Radiológica de Norteamérica (RSNA), que confirma que la composición corporal influye directamente en la edad del cerebro. En concreto, se ha comprobado que una mayor masa muscular y una menor proporción de grasa visceral están asociadas a un menor envejecimiento cerebral. No obstante, no es la primera vez que se llega a esta conclusión, habiendo estudios previos que advierten de esta correlación, especialmente en personas mayores.

El estudio ha analizado a 1.164 personas sanas (el 52 % mujeres) con una edad media de 55 años, a quienes se les realizaron resonancias magnéticas de todo el cuerpo y del cerebro. Gracias a una combinación de imágenes con tecnología de IA, se midieron de forma precisa la grasa visceral, la grasa subcutánea, el volumen muscular y la edad cerebral estimada. Esta última se obtiene comparando la estructura cerebral con bases de datos de envejecimiento neurológico. Los resultados fueron contundentes: más músculo y menos grasa abdominal equivalen a un cerebro más joven, del que hemos hablado a menudo en THE OBJECTIVE.

El dato más relevante del estudio es que no toda la grasa corporal influye por igual. Mientras la grasa subcutánea (la que está justo bajo la piel) no mostró relación con el envejecimiento cerebral, la grasa visceral (la que rodea los órganos internos) sí lo hizo. Las personas con un índice alto de grasa visceral respecto al músculo presentaron una edad cerebral mayor, independientemente de su edad cronológica. Esto refuerza la idea de que no basta con estar delgado, sino que la clave está en mantener una composición corporal saludable, centrada en conservar músculo y reducir la grasa visceral, no solo la subcutánea, la cual se ha comprobado que no tiene ese poder de envejecer nuestro cerebro.

Cómo un exceso de grasa visceral afecta a la salud neurológica

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El estudio avala el círculo virtuoso que se fomenta entre deporte y salud cerebral. ©Canva Pro.

Durante años, los estereotipos culturales han alimentado una falsa dicotomía entre fuerza física e inteligencia. El típico cachas de película solía carecer de agilidad mental, mientras que el sabio apenas podía levantar una bolsa. Sin embargo, la ciencia contemporánea desmonta este prejuicio. Mantener una buena masa muscular no solo es compatible con la agudeza mental, sino que puede favorecerla activamente. Un cerebro más joven no es un lujo: es una herramienta para vivir mejor y durante más tiempo. Además, la obesidad aceleraría el envejecimiento neurológico.

La clave está en la plasticidad neuronal, es decir, la capacidad del cerebro para adaptarse, aprender y renovarse con el tiempo. Esta plasticidad disminuye con la edad, pero puede preservarse si cuidamos la salud física. Un cerebro más joven implica un menor riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer, una mejor capacidad de atención, mayor velocidad de procesamiento mental y una memoria más sólida. En esencia, significa mantener el control de nuestras funciones cognitivas durante más años. Pruebas hay de mucha solvencia en la literatura científica, donde se comprueba que menores índices de grasa visceral alrededor del hígado, por ejemplo, repercuten en una mayor salud neurológica.

Además, la juventud cerebral se relaciona con una menor inflamación general del organismo y una mejor regulación metabólica. Ambos factores son determinantes en la prevención de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2 o las enfermedades cardiovasculares. El músculo, en este contexto, actúa casi como un órgano endocrino que segrega sustancias beneficiosas para todo el cuerpo, incluido el cerebro. Por eso, mantenerlo activo mediante ejercicio físico regular, especialmente de fuerza, no solo es recomendable: es esencial.

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