Cuánta cafeína es demasiada cafeína: lo que dice la ciencia sobre su consumo seguro
Más allá de un perfil aparentemente inocuo, hay una cantidad diaria que no debería ser sobrepasada
La cafeína es uno de los estimulantes más habituales en nuestra dieta diaria. Es una sustancia que se encuentra de manera natural en más de 60 plantas, pero es en el café, el té y el chocolate donde la consumimos con mayor frecuencia. Además, está presente en muchos refrescos y bebidas energéticas, donde se añade de manera sintética para potenciar sus efectos.
Millones de personas en todo el mundo dependen de la cafeína para empezar el día con energía o para mantener el rendimiento en momentos de fatiga. Su popularidad se debe, en gran parte, a su capacidad para estimular el sistema nervioso central, mejorando la concentración y reduciendo la sensación de cansancio.
El consumo de cafeína es tan común que pocos se detienen a pensar en las cantidades que ingieren a diario. Un café por la mañana, un té a media tarde, un trozo de chocolate después de la cena o incluso una bebida energética para afrontar una jornada larga.
Todo esto suma, y no es raro que muchas personas sobrepasen los niveles de cafeína recomendados sin darse cuenta. Aunque la cafeína puede tener beneficios, como el aumento de la alerta mental y la mejora del rendimiento físico, su consumo en exceso puede conllevar riesgos para la salud. No todas las personas metabolizan la cafeína de la misma manera, por lo que los efectos pueden variar significativamente de una persona a otra.
El problema radica en que la cafeína, accesible y socialmente aceptada, se consume en cantidades que no siempre son seguras. La percepción de que es un estimulante benigno, combinado con su amplia disponibilidad, puede llevar a un consumo excesivo. Especialmente en momentos de estrés o cansancio. A lo largo del día, la cafeína se acumula en el organismo, y su efecto se hace más evidente, provocando insomnio, nerviosismo y otros síntomas que, a largo plazo, pueden afectar la salud de manera negativa.
Los riesgos de la cafeína: cuándo es demasiado
Consumir demasiada cafeína puede llevar a una serie de efectos secundarios que pueden ser perjudiciales para la salud. Según la USDA, una ingesta elevada de cafeína puede causar insomnio, nerviosismo, inquietud, irritabilidad, problemas estomacales, latidos cardíacos rápidos e incluso temblores musculares.
Estos síntomas varían según la cantidad consumida y la sensibilidad individual a la cafeína. Algunas personas pueden experimentar estos efectos con cantidades moderadas, mientras que otras pueden consumir más sin notar síntomas evidentes. Sin embargo, el riesgo de dependencia y tolerancia aumenta con el consumo habitual de altas dosis.
Ciertas personas deben tener especial cuidado con la cafeína. Las mujeres embarazadas, por ejemplo, deben limitar su consumo, según indica la OMS. Principalmente porque los niveles altos de cafeína pueden aumentar el riesgo de complicaciones durante el embarazo, incluyendo bajo peso al nacer y parto prematuro.
Las personas con trastornos de ansiedad o problemas cardíacos también deberían evitar el consumo excesivo de cafeína, ya que puede agravar sus síntomas. La cafeína puede aumentar la presión arterial, como avala esta investigación, y causar arritmias en personas sensibles. Algo de lo que ya te hablamos en THE OBJECTIVE. Por estas razones, es crucial que quienes están en estos grupos de riesgo controlen estrictamente su ingesta diaria de cafeína.
¿Cuándo hablamos de demasiada cafeína?
La U.S. Food and Drug Administration (FDA) establece que un consumo seguro de cafeína para la mayoría de los adultos es de hasta 400 miligramos al día. Esto equivale aproximadamente a cuatro tazas de café. Esta cantidad es generalmente considerada segura para evitar efectos secundarios graves en personas sanas. Sin embargo, la cantidad exacta que puede ser tolerada sin riesgo varía de una persona a otra. Superar los 400 miligramos diarios se considera un consumo excesivo y aumenta significativamente el riesgo de efectos negativos para la salud.
Hablar de demasiada cafeína implica también considerar la acumulación a lo largo del día. Incluso si se respetan las recomendaciones generales, el consumo de cafeína en horas cercanas a la noche puede interferir con el sueño y, a largo plazo, afectar el bienestar general.
La clave está en ser consciente del total de cafeína que se ingiere de todas las fuentes y cómo puede afectar el cuerpo. Para muchas personas, reducir el consumo a niveles más moderados puede mejorar significativamente la calidad del sueño, reducir la ansiedad y mejorar la salud general. Por tanto, es esencial ajustar la ingesta diaria según las necesidades individuales y evitar sobrepasar los límites recomendados.