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Nutrición

Ortorexia: qué es y por qué llegamos al extremo de obsesionarnos con la comida sana

Llevado al extremo, incluso principios a priori saludables pueden convertirse en enfermizos y perniciosos

Ortorexia: qué es y por qué llegamos al extremo de obsesionarnos con la comida sana

Una mujer en un supermercado. | ©Freepik.

Cuidar la alimentación es uno de los pilares fundamentales del bienestar. Una dieta equilibrada no solo aporta nutrientes esenciales para nuestro organismo, sino que se convierte en un compañero indispensable de otros hábitos saludables como el ejercicio físico, un buen descanso y unas relaciones sociales enriquecedoras. Juntos, forman un círculo virtuoso que, según numerosos estudios, puede alargar la vida y mejorar su calidad. No en vano, conceptos como la ortorexia deben ser tenidos en cuenta.

En las últimas décadas, el interés por lo que comemos ha crecido exponencialmente. Las redes sociales están llenas de recetas fit, planes detox y etiquetas como orgánico o superalimento, que se convierten en sinónimos de una vida saludable y envidiable. Sin embargo, como en tantas otras facetas de la vida, llevar esta preocupación al extremo puede tener consecuencias negativas. Algo de lo que, por ejemplo, advierten en este ejemplo reciente de la revista científica Nutrients.

La ortorexia, un trastorno poco conocido pero cada vez más presente, ejemplifica esta paradoja. La búsqueda obsesiva de una alimentación saludable, que debería ser un objetivo deseable, puede convertirse en una obsesión que perjudique tanto nuestra salud como nuestras relaciones personales. Pero ¿qué es exactamente la ortorexia y por qué puede ser peligrosa?

Entendiendo la ortorexia: la obsesión por la comida sana

El término ortorexia fue acuñado en 1997 por el médico estadounidense Steven Bratman, quien combinó el prefijo griego ortho (correcto) con el sufijo rexia (apetito). Este último es bien conocido por su presencia en palabras como anorexia, vigorexia o tanorexia. Términos, a su vez, centrados en trastornos relacionados con comportamientos compulsivos en torno a la alimentación, el ejercicio o la apariencia física. En el caso de la ortorexia, la obsesión se centra exclusivamente en la idea de comer de manera correcta o pura.

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En este sentido, la ortorexia puede llegar a discriminar alimentos a priori sanos pero de cultivos no ecológicos u orgánicos. ©Freepik.

Una persona ortoréxica no solo busca alimentos saludables, sino que excluye de su dieta cualquier producto que no cumpla con sus estrictos estándares. Esto incluye alimentos procesados, grasas, azúcares, lácteos o incluso ciertos vegetales dependiendo de la forma de cultivo. No se trata de una simple preferencia, sino de un control riguroso que puede llegar a dominar su vida diaria.

El problema principal de la ortorexia no reside únicamente en la dieta en sí, sino en las consecuencias psicológicas y sociales. Las personas que la padecen suelen desarrollar un fuerte sentimiento de culpa o ansiedad cuando no pueden cumplir con sus estándares, lo que puede derivar en aislamiento social. Además, aunque no se considera un trastorno alimenticio en el sentido clásico, comparte características con la anorexia y otros desórdenes, como el perfeccionismo extremo o la necesidad de control.

Los riesgos de la ortorexia

El deseo de llevar una alimentación saludable debería ser un objetivo positivo, especialmente en sociedades donde la obesidad y las enfermedades relacionadas con malos hábitos alimenticios son problemas de salud pública. En España, por ejemplo, se estima que más de la mitad de los adultos tiene sobrepeso, una cifra alarmante que refuerza la importancia de promover dietas equilibradas. Sin embargo, cuando este deseo se transforma en obsesión, puede provocar graves desequilibrios tanto físicos como mentales. Por eso también es importante conocer las herramientas de diagnóstico.

Uno de los principales riesgos de la ortorexia es la malnutrición. Al eliminar grupos enteros de alimentos de su dieta, las personas ortoréxicas pueden dejar de consumir nutrientes esenciales, como grasas saludables, proteínas o vitaminas. A pesar de la paradoja que esto supone, esta búsqueda de la pureza alimentaria puede tener efectos similares a los de dietas extremas: debilitamiento del sistema inmunológico, pérdida de masa muscular e incluso problemas cardiovasculares. Conceptos de los que ya hemos hablado varias veces en THE OBJECTIVE.

La ortorexia puede generar ansiedad y estrés. Especialmente cuando la persona se enfrenta a situaciones donde no puede controlar lo que come. Valdría como ejemplo una comida en un restaurante o una celebración familiar. Algo de lo que ya se ha tenido constancia. A largo plazo, este comportamiento puede derivar en aislamiento social, ya que las personas evitan compartir momentos que giren en torno a la comida por miedo a no cumplir con sus propias normas.

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