¿Qué es Nutriscore y cómo funciona? El motivo por el que algunas marcas lo aceptan
En la última década, el sistema de etiquetado ha generado un intenso debate en Europa sobre la alimentación saludable
Nutriscore | Canva
En un mundo donde la alimentación saludable se ha convertido en una prioridad, los sistemas de etiquetado nutricional buscan simplificar las decisiones de los consumidores.
Uno de los más destacados en Europa ha generado un amplio debate, tanto por su impacto en la industria alimentaria como por las opiniones divididas que despierta.
Este semáforo nutricional clasifica los alimentos de la A (verde oscuro), para los más saludables, a la E (rojo oscuro), destinada a las opciones menos recomendables.
Aunque su objetivo es facilitar la elección de alimentos saludables, su implementación ha venido acompañada de controversias y desafíos regulatorios.
El funcionamiento detrás del semáforo nutricional
El sistema Nutriscore analiza la composición nutricional de cada producto por cada 100 gramos o mililitros. Evalúa elementos positivos, como frutas, verduras, fibra y proteínas, y negativos, como azúcares, grasas saturadas, sal y calorías.
Estos parámetros se ponderan en un algoritmo que asigna una puntuación global sintetizada en una letra y color.
El sistema fue desarrollado en 2005 por investigadores de la Universidad de Oxford para regular la publicidad infantil. Francia fue el primer país europeo en adoptarlo en 2017, seguido por Bélgica, Alemania y España, que lo implementó en 2021. Sin embargo, su aplicación ha generado confusión y críticas debido a sus aparentes contradicciones.
Controversias en torno a Nutriscore
Uno de los puntos más discutidos es la valoración del aceite de oliva virgen extra, que recibe una C debido a su contenido en grasas saturadas, sin considerar los beneficios de las grasas monoinsaturadas.
En contraste, algunos cereales ultraprocesados han obtenido una A porque se consideran saludables dentro de su categoría, aunque puedan incluir azúcares añadidos o poca fibra.
Aunque Nutriscore es voluntario, una vez que una marca decide implementarlo, debe aplicarlo a todos sus productos. Esto puede resultar en etiquetas desfavorables para ciertos artículos, como los que reciben una E.
Marcas como Danone han optado por abandonar el sistema, especialmente después de que en 2023 se revisara el algoritmo penalizando los edulcorantes en bebidas, pero no en alimentos sólidos.
Cambios en el algoritmo y confusión del consumidor
Desde diciembre de 2023, los edulcorantes en las bebidas han empezado a ser penalizados. Esto ha llevado a que productos líquidos que antes eran clasificados como A ahora obtengan una B o C.
Sin embargo, el margen de dos años para implementar esta actualización ha provocado que algunas marcas sigan usando las etiquetas antiguas, generando confusión entre los consumidores.
¿Cuál es la situación legal en España?
En España, la regulación de Nutriscore aún no está completamente aprobada. Aunque se introdujo en 2021, sigue siendo necesario un real decreto para legalizarlo formalmente.
Según el experto en seguridad alimentaria Rafael Urrialde, esto implica enviar el proyecto a la Comisión Europea y ratificarlo, un proceso que países como Francia y Bélgica ya han completado.
Pros y contras del sistema Nutriscore
Ventajas:
- Simplicidad visual: ayuda a los consumidores a tomar decisiones rápidas sobre la salud de los alimentos.
- Promoción de la reformulación: las marcas ajustan las recetas para mejorar sus calificaciones.
- Educación alimentaria: fomenta la reflexión sobre la composición nutricional de los productos.
Desventajas:
- Generalizaciones excesivas: clasifica alimentos sin tener en cuenta contextos dietéticos más amplios.
- Penalización de alimentos saludables: productos como el aceite de oliva o la leche entera obtienen calificaciones bajas debido a su composición natural.
- Aplicación desigual: el etiquetado no es obligatorio, lo que genera desigualdades entre marcas y países.
El futuro de Nutriscore
A medida que más países de la Unión Europea consideran adoptar Nutriscore, el sistema necesita superar retos clave:
- Revisión del algoritmo: incorporar parámetros más completos para reflejar el valor nutricional real de los alimentos.
- Regulación unificada: establecer directrices claras y obligatorias que garanticen su aplicación consistente en todos los estados miembros.
- Educación al consumidor: complementar el etiquetado con campañas que expliquen su funcionamiento y limitaciones.
En un mundo donde las decisiones alimentarias afectan tanto a la salud pública como al medio ambiente, Nutriscore es un paso en la dirección correcta.
Sin embargo, requiere ajustes y una implementación más coherente para cumplir con su misión de mejorar la alimentación en Europa sin generar confusión o desigualdades.
