Ni ayuno ni ensaladas: esta es la dieta japonesa para adelgazar y tener una piel rejuvenecedora
Esta alimentación es considerada una de las más saludables del mundo debido a su equilibrio y variedad
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Una mujer japonesa comiendo | Canva
Cuando pensamos en perder peso y mejorar nuestra piel, muchas veces imaginamos restricciones extremas y comidas monótonas.
Sin embargo, existe un enfoque equilibrado y natural que ha sido parte de la vida cotidiana en una cultura con una de las esperanzas de vida más altas del mundo.
Basado en la armonía, la nutrición consciente y una tradición milenaria, este método desafía los mitos sobre la alimentación saludable y ofrece una alternativa sostenible para el bienestar.
¿Por qué la esperanza de vida en Japón es superior?
Japón destaca por tener una de las mayores esperanzas de vida a nivel mundial, y un factor clave en este logro es su alimentación cuidadosamente equilibrada.
La dieta japonesa se basa en ingredientes frescos y naturales, con un alto consumo de pescado, arroz, verduras y alimentos fermentados, lo que contribuye a la salud cardiovascular, digestiva y general del organismo.
Además, su enfoque en porciones moderadas y métodos de cocción saludables ayuda a mantener un peso adecuado y a prevenir enfermedades, favoreciendo así una vida más larga y de mejor calidad.
¿Qué alimentación llevan a cabo los japoneses?
El ichi-jū-san-sai es una tradición culinaria japonesa que ha sido clave en la longevidad y la salud de su población. Su nombre se traduce como «una sopa y tres acompañamientos» y se basa en un principio de equilibrio y variedad de nutrientes. Este modelo de alimentación, vigente desde hace siglos, se compone de:
- Un plato principal: generalmente pescado, una fuente de proteínas de alta calidad y ácidos grasos Omega-3.
- Dos platos secundarios: comúnmente vegetales cocidos o encurtidos, ricos en fibra, vitaminas y minerales.
- Una sopa: típicamente sopa de miso, que aporta probióticos beneficiosos para la salud intestinal.
- Un cuenco de arroz: una fuente de carbohidratos que equilibra el conjunto.
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¿Qué beneficios aporta esta dieta para la salud?
El ichi-jū-san-sai no solo ayuda a mantener un peso saludable, sino que también está asociado con una menor incidencia de enfermedades crónicas. Algunos de sus beneficios más destacados incluyen:
1. Control del peso y prevención de la obesidad
Este estilo de alimentación promueve la ingesta moderada y equilibrada de alimentos. La práctica japonesa del hara hachi bu, que consiste en comer hasta sentirse un 80% lleno, ayuda a evitar el sobreconsumo de calorías y los problemas derivados del exceso de comida.
2. Longevidad y menor riesgo de enfermedades crónicas
Un estudio que revisó 39 investigaciones sobre la conexión entre la dieta japonesa y la salud encontró que el consumo de pescado, vegetales, soja y alimentos fermentados está asociado con una menor incidencia de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y ciertos tipos de cáncer.
3. Mejora de la salud digestiva
El consumo de fermentados como el miso y los encurtidos fortalece la microbiota intestinal, lo que ayuda a mejorar la digestión, la absorción de nutrientes y la respuesta inmune del organismo.
4. Reducción de la inflamación
La dieta japonesa reduce las grasas saturadas y los azúcares refinados, mientras aporta grasas saludables del pescado azul, el sésamo y el aceite de soja.
Los ácidos grasos Omega-3 del pescado tienen propiedades antiinflamatorias, mientras que los vegetales y algas aportan antioxidantes que combaten el estrés oxidativo.
Un modelo de alimentación natural
Otro aspecto clave del ichi-jū-san-sai es el uso de ingredientes frescos, de temporada y mínimamente procesados. Esto no solo realza el sabor de los alimentos, sino que también limita la exposición a aditivos y conservantes artificiales, los cuales las dietas occidentales han vinculado con la inflamación crónica y enfermedades metabólicas.
Además, la variedad de colores en los platos no solo hace que las comidas sean visualmente atractivas, sino que también garantiza una amplia gama de nutrientes esenciales.