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Nutrición

El show del 'Rey del Hígado', el influencer de la dieta carnívora que consumía esteroides

Detrás del teatrillo de consumir criadillas había un enorme tinglado donde lo que había eran anabolizantes

El show del ‘Rey del Hígado’, el influencer de la dieta carnívora que consumía esteroides

Un fotógrama de 'Al descubierto: El Rey del Hígado' | ©Netflix.

Cuando Brian Johnson se lanzó a las redes en 2021 con su personaje de Liver King, no tardó en hacerse viral. Su propuesta era tan extrema como llamativa: renunciar por completo al estilo de vida moderno y recuperar los hábitos de nuestros ancestros. La piedra angular de su mensaje era la alimentación basada en carne cruda, especialmente vísceras como el hígado —de ahí su apodo—, así como tuétano, criadillas o huevos fertilizados. En pocos meses pasó de ser un nombre desconocido a un fenómeno de masas en el mundo del fitness alternativo. Tanto como para que pareciera que la dieta carnívora no suponía riesgos.

Johnson presentaba su estilo de vida como una especie de evangelio paleolítico. Dormía sobre el suelo, entrenaba descalzo y evitaba cualquier tipo de tecnología, todo en nombre de la salud ancestral. El físico hipermusculado con el que aparecía en sus vídeos y fotos era su principal carta de presentación: un cuerpo de gladiador que, aseguraba, era fruto exclusivo de la dieta y la disciplina. Durante años logró convencer a millones de personas de que, si comían como él y seguían sus nueve principios ancestrales, ellos también podrían lograrlo.

Sin embargo, en menos de cinco años, ese castillo de carne cruda y abdominales se vino abajo. En 2022, la filtración de unos correos electrónicos reveló que Johnson no era tan ancestral como decía: había estado gastando más de 10.000 euros al mes en esteroides y hormona de crecimiento. Y en 2025, un documental de Netflix terminó de desmontar la farsa, mostrando que todo había sido una cuidada estrategia de marketing envuelta en grasa de vaca e hígado crudo. Un sainete que ahora ha ido más allá, tras habérsele detenido por amenazar al presentador de pódcasts Joe Rogan.

De Liver King a Fail King: cómo su físico se basó en los esteroides

Durante años, Johnson fue uno de los mayores exponentes de la llamada “dieta ancestral”. Sus vídeos combinaban recetas de carne cruda con entrenamientos extremos, todo narrado con una intensidad casi ritual. Con su torso desnudo, melena recogida y barba espesa, se convirtió en una imagen viviente del hombre primitivo. La narrativa era clara: si quieres estar sano y fuerte, come como tus antepasados.

Este personaje tan visual encontró rápidamente su sitio en plataformas como YouTube y TikTok. En su mejor momento llegó a acumular más de seis millones de seguidores entre ambas redes. Sus vídeos alcanzaban millones de visualizaciones y sus consejos eran seguidos por miles de personas. Incluso vendía suplementos ancestrales, con nombres evocadores como Bone Marrow o Whole Feast, supuestamente inspirados en la dieta de los hombres del Paleolítico. Aunque eso, evidentemente, supone chocar desde los procesados con la pretensión de natural de una dieta carnívora llena de riesgos.

Pero en noviembre de 2022, el mito comenzó a desmoronarse. Una filtración de emails en los que Johnson detallaba el uso de un cóctel de sustancias para mantener su musculatura. En ellos se hablaba abiertamente de ciclos de esteroides anabolizantes y hormona de crecimiento. La confesión pública no tardó en llegar, aunque ya era tarde: su credibilidad quedó en entredicho. Y en 2025, el estreno de Al descubierto: El Rey del Hígado, el documental de Netflix, confirmó que todo había sido un montaje sostenido en esteroides y márketing viral.

Los auténticos riesgos de las dietas ancestrales y carnívoras

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Johnson fingió basar su dieta solo en productos naturales, hasta que se comprobó que también consumía esteroides. ©Netflix.

Más allá del escándalo mediático, el caso de Liver King reabre un debate sobre las dietas extremas y, en especial, sobre la llamada dieta carnívora. Este tipo de alimentación propone eliminar completamente los vegetales y basarse solo en productos animales, a menudo crudos. Sin embargo, comer carne sin cocinar implica un riesgo elevado de infecciones bacterianas, como E. coli, Salmonella o Listeria, que pueden causar desde problemas digestivos hasta afecciones graves.

Además, el consumo habitual de vísceras como el hígado, tan promocionado por Johnson, puede resultar perjudicial. El hígado es muy rico en vitamina A, y aunque esta es esencial para el organismo, su exceso puede provocar hipervitaminosis, de la que ya hemos hablado en THE OBJECTIVE. Entre sus síntomas se encuentran dolores de cabeza, fatiga, náuseas o incluso daños hepáticos. Este riesgo aumenta cuando se consume crudo, ya que no se eliminan ciertas toxinas ni parásitos. Por lo que Johnson omitía que la dieta carnívora implicaba riesgos.

Otro alimento estrella en esta dieta eran las criadillas, fuente de testosterona según el relato del influencer. Sin embargo, no existe evidencia científica de que comer testículos tenga efectos hormonales significativos en humanos. Por el contrario, un consumo desmedido de órganos puede alterar el equilibrio de minerales como el hierro o el cobre, generando problemas metabólicos. Lo mismo ocurre con el tuétano o los huevos fertilizados: pueden tener un valor nutritivo interesante, pero no son la panacea, y tomarlos sin control ni higiene puede ser contraproducente.

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