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Nutrición

Perder peso en verano: los tres errores más comunes (y sí, prohibir los helados es uno)

Adelgazar no significa privarse y cuanto más natural sea el proceso, más sencillo será mantener los resultados

Perder peso en verano: los tres errores más comunes (y sí, prohibir los helados es uno)

Perder peso | Canva pro

El verano suele ser esa época del año en la que muchas personas deciden que ha llegado el momento de perder peso, motivadas por el calor, la ropa más ligera o la presión social de la llamada operación bikini. Sin embargo, esta urgencia por alcanzar un ideal estético rápido y sin planificación lleva, año tras año, a cometer los mismos errores: restricciones extremas o entrenamientos excesivos.

Durante décadas, la cultura de la dieta ha alimentado la falsa creencia de que adelgazar es simplemente cuestión de “cerrar la boca”, como se repetía machaconamente en los años 90 y principios de los 2000. Ese mensaje ha dejado huella, especialmente entre quienes crecieron con la idea de que comer poco era sinónimo de éxito. Pero hoy, con más información y más profesionales volcados en el bienestar integral, ese enfoque empieza a desmoronarse. Rodrigo Muñoz, especialista en pérdida de grasa, lo ha explicado recientemente: el déficit calórico severo no solo no es sostenible, sino que tampoco es saludable. En la misma línea se expresa el entrenador personal Marc Batlle, que trabaja con mujeres mayores de 40 años y defiende un método más amable y consciente, en el que el objetivo no es dejar de comer ni entrenar hasta el agotamiento, sino encontrar el equilibrio entre la alimentación, el movimiento y el estilo de vida.

Ambos coinciden en que el enfoque tradicional de “todo o nada” no funciona. En su lugar, proponen estrategias más realistas y sostenibles, centradas en el autocuidado, la constancia y, sobre todo, la salud a largo plazo. Y sí, eso incluye permitirte un helado de vez en cuando sin sentir culpa. Porque adelgazar en verano no tiene por qué ser sinónimo de sufrir.

No todo vale por un cuerpo de verano

Uno de los principales errores al intentar perder peso en verano es querer resultados inmediatos. Esa urgencia por “ponerse en forma para la operación bikini” genera expectativas poco realistas y favorece comportamientos extremos: dietas milagro, entrenamientos maratonianos o prohibiciones drásticas como eliminar cualquier rastro de dulce, incluidos los helados. Spoiler: no funciona. Marc Batlle insiste en que la obsesión por adelgazar rápido suele terminar en frustración y abandono. «La gente comienza con mucha motivación, pero si el método implica pasar hambre o renunciar a lo que le gusta, no es sostenible», explica. En su lugar, propone un modelo más amable: alimentación equilibrada, entrenamientos funcionales adaptados al ritmo de vida y, sobre todo, constancia.

Error 1: Prohibir los alimentos que te gustan

Una de las creencias más dañinas es pensar que para adelgazar hay que eliminar todos los placeres culinarios. Y los helados, símbolo veraniego por excelencia, suelen ser los primeros en caer. Sin embargo, según Batlle, prohibirlos es un error. «Cuando te prohíbes algo, generas más ansiedad por consumirlo. Lo importante es aprender a convivir con esos caprichos sin que dominen tu dieta», asegura. La clave no está en renunciar, sino en equilibrar. Un helado ocasional no arruina una alimentación sana si el resto de tus comidas son nutritivas y completas. La culpa que muchas personas experimentan tras permitirse un dulce no solo es innecesaria, sino que también puede llevar a atracones o al temido efecto rebote.

Adelgazar | Canva
No todo vale por un cuerpo de verano

Error 2: entrenar todos los días como si no hubiera un mañana

El segundo error frecuente es creer que cuanto más se entrena, más rápido se pierde peso. El verano, con sus jornadas más largas y más tiempo libre, puede dar la falsa sensación de que es posible convertir el cuerpo en un proyecto exprés. Sin embargo, según Batlle, entrenar todos los días no solo no es necesario, sino que puede ser contraproducente. «Lo importante es la regularidad, no la intensidad extrema. Es mejor entrenar tres días a la semana durante meses que hacerlo todos los días durante una semana y después rendirse», apunta el entrenador. Además, el descanso es fundamental tanto para evitar lesiones como para permitir que el cuerpo se recupere y se fortalezca.

Error 3: buscar resultados inmediatos

Perder peso de forma saludable es un proceso, no una carrera. Las dietas restrictivas prometen cambios rápidos, pero rara vez se sostienen en el tiempo. Según Batlle, el foco debe estar en incorporar hábitos saludables que puedas mantener incluso cuando acabe el verano: preparar comidas caseras, moverte más, dormir mejor y aprender a comer con atención. La pérdida de peso real y duradera viene de pequeños gestos cotidianos repetidos con constancia, no de castigos fugaces. Además, cambiar la motivación también ayuda: en lugar de adelgazar para entrar en un bañador, ¿por qué no hacerlo para sentirte con más energía o mejorar tu salud digestiva?

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