Colágeno vegano o tradicional: cuál aporta más beneficios para tu salud
La nutrición futura une ciencia, naturaleza y conciencia ambiental para cuidar el cuerpo y el planeta juntos

Samantha Maté | Cedida
En un contexto en el que la salud y la sostenibilidad se han convertido en pilares de las rutinas de bienestar, los suplementos de origen vegetal ganan protagonismo. Entre ellos, el llamado colágeno vegano despierta cada vez más interés, especialmente entre quienes buscan cuidar sus articulaciones y músculos sin recurrir a productos de origen animal. Según explica Samantha Maté Nankervis, CEO de Sotya, empresa perteneciente a Bescorp Health SL, «el colágeno vegano está compuesto por péptidos vegetales diseñados para imitar la estructura del colágeno animal». Aunque no se trata de colágeno en sentido estricto, la experta subraya que «diversos estudios respaldan su capacidad para estimular la producción natural de colágeno en el organismo».
¿En qué se diferencia el colágeno vegano de otros?
El colágeno es una de las proteínas más abundantes del cuerpo humano y resulta esencial para la salud de huesos, cartílagos, piel y tejido muscular. Sin embargo, con el paso del tiempo, su producción disminuye de forma natural, lo que se traduce en pérdida de firmeza cutánea, mayor fragilidad articular y menor capacidad de recuperación muscular. El colágeno vegano, elaborado a partir de fuentes vegetales como guisante, arroz o soja, no aporta colágeno directamente, pero sí proporciona los aminoácidos necesarios para que el cuerpo lo sintetice de manera natural. Estos péptidos vegetales contribuyen a mejorar la elasticidad de los tejidos, favorecen la regeneración muscular tras el ejercicio y ayudan a mantener las articulaciones en buen estado.

Otros aliados clave para la recuperación y el rendimiento muscular
Mantener músculos fuertes y articulaciones saludables no depende únicamente del ejercicio. La alimentación y los suplementos adecuados juegan un papel fundamental en la recuperación y el rendimiento físico. Las proteínas son esenciales para la reparación de tejidos y el crecimiento muscular, y las proteínas vegetales ofrecen una alternativa cada vez más valorada, especialmente entre deportistas, personas con intolerancias alimentarias o quienes siguen dietas basadas en plantas. Aunque su perfil de aminoácidos no es tan completo como el de las proteínas animales, combinando fuentes como legumbres, cereales, semillas y frutos secos se obtiene una proteína de alta calidad. «Cuando se equilibran correctamente, las proteínas vegetales no solo cubren las necesidades nutricionales, sino que también aportan fibra, antioxidantes y un menor impacto ambiental», apunta Maté Nankervis.
Además, estas proteínas resultan más ligeras para la digestión y favorecen la recuperación muscular tras entrenamientos intensos, contribuyendo al mantenimiento de la masa magra y la energía metabólica. En paralelo, la creatina, una sustancia que el cuerpo produce de forma natural, interviene directamente en la generación de energía durante esfuerzos breves y de alta intensidad. «La creatina ayuda a mejorar la fuerza, la potencia y la capacidad de recuperación», señala Maté Nankervis. Su eficacia ha sido ampliamente comprobada en disciplinas como levantamiento de pesas, sprint o entrenamiento funcional, y su uso controlado dentro de un plan nutricional equilibrado potencia el rendimiento físico y la regeneración muscular posterior al ejercicio.
Suplementos y estilo de vida: aliados, no sustitutos
Pese a sus beneficios, los expertos insisten en que los suplementos no deben considerarse un sustituto de una alimentación variada y equilibrada. En palabras de la CEO de Sotya, «los complementos alimenticios pueden ser aliados útiles en momentos concretos, pero siempre deben tomarse con criterio y bajo recomendación profesional». Ejemplos de ello son la vitamina C, el propóleo o la equinácea, que refuerzan el sistema inmunológico en épocas de resfriados; la vitamina B12 y el hierro, esenciales en dietas veganas; los ácidos grasos omega-3, recomendables para quienes no consumen suficiente pescado; o los probióticos, beneficiosos tras una gastroenteritis o un tratamiento antibiótico. El auge de los suplementos vegetales y la investigación en torno al colágeno vegano reflejan una tendencia global hacia un bienestar más consciente, donde la salud personal y la sostenibilidad avanzan de la mano. Como concluye Samantha Maté Nankervis, «el futuro de la nutrición pasa por combinar ciencia, naturaleza y responsabilidad para cuidar el cuerpo de forma integral y respetuosa con el planeta».