Cristina Muñoz, nutricionista: «No subes de peso por el alimento, sino por las calorías totales»
Tomar decisiones conscientes es la verdadera estrategia para comer con placer y mantener un peso saludable
Cristina Muñoz | TikTok
Una de las discusiones más frecuentes en nutrición surge al comparar un dulce industrial con un alimento aparentemente saludable. Elegir entre un donut y un puñado de frutos secos puede parecer sencillo, pero según la nutricionista Cristina Muñoz, es precisamente en estas decisiones cotidianas donde se esconden los mayores malentendidos sobre la alimentación y el peso. Su enfoque directo ha generado debate porque desafía una intuición extendida: que algunas calorías engordan más que otras simplemente por su origen.
Muñoz plantea una pregunta que muchos dan por hecha: ¿engorda más un dulce industrial o un puñado de nueces? La respuesta sorprende a quienes confían en la intuición: un donut promedio y un puñado de frutos secos tienen casi las mismas calorías. La diferencia no está en el número, sino en la calidad y los efectos que cada alimento genera en el cuerpo.
La calidad nutricional marca la diferencia
El primer punto que señala Muñoz es la composición de cada opción. Un donut concentra azúcares simples, harinas procesadas y grasas poco saludables, una combinación que ofrece energía rápida pero prácticamente nula aportación de nutrientes esenciales. Los frutos secos, en cambio, aportan grasas saludables, proteínas, fibra, vitaminas y minerales, además de generar mayor sensación de saciedad. Esta disparidad explica por qué un puñado de nueces encaja en una dieta equilibrada, mientras que un bollo industrial conviene reservarlo para ocasiones especiales.
@cris_nutrifit ¿Qué engorda más, un donut o un puñado de nueces? A simple vista parece que el donut “engorda más”, ¿verdad? Pero si lo miramos por calorías, un donut promedio y un puñado de nueces (unos 30 g) tienen casi lo mismo. Eso no quiere decir que sean iguales: • El donut tiene azúcar, harinas procesadas y grasas poco saludables. • Las nueces y otros frutos secos son grasas buenas, llenan más y traen vitaminas, fibra y proteína. Pero si tu objetivo es no subir de peso, lo que importa es el total de calorías que comes al día y debes de controlarlas ya que si te pasas te van a engordar igual vengan del donut o de las nueces, no hay calorías buenas o malas, son calorías y punto. En resumen: • Tienen calorías similares = "engordan" igual. • Frutos secos = grasas saludables, nutritivas y saciantes. • Donut = calorías vacías, menos nutrientes. • Para adelgazar o engordar lo que cuenta es el conjunto del día, no un solo alimento. #Nutrición #ComidaReal #EducaciónNutricional ♬ Comical, heartwarming, animal happening video(892029) – Kids Sound
Sin embargo, la especialista enfatiza un principio clave: las calorías no discriminan. «Si tu objetivo es no subir de peso, lo que importa es el total de calorías que comes al día», advierte. Esto significa que incluso los frutos secos, a pesar de su perfil saludable, pueden contribuir al aumento de peso si se consumen en exceso. La idea de “calorías buenas” o “calorías malas” es un mito; existen calorías y punto.
La nutricionista Muñoz: «La educación alimentaria es importante»
Un error común en la percepción de la dieta es centrarse en un solo alimento como responsable del peso corporal. Muñoz insiste en que ningún snack aislado define el resultado final en la báscula. Lo verdaderamente determinante es el patrón global de alimentación: cuánto se come, cómo se combinan los alimentos y si la dieta resulta nutritiva a lo largo del día. El ejemplo del donut frente a los frutos secos ilustra esta idea. Mientras que los primeros aportan calorías rápidas y escasa nutrición, los segundos suman calidad y saciedad. Pero el efecto en el peso depende de la suma total de decisiones alimenticias, no de un capricho puntual. Una dieta equilibrada puede incluir algún bollo industrial sin que ello implique necesariamente un aumento de peso, siempre que el resto de la ingesta diaria se mantenga controlada y nutritiva.
Para Muñoz, la enseñanza práctica es clara: conocer lo que se come, ajustar cantidades y no demonizar productos por intuición. Las decisiones informadas son más efectivas que los mitos, y permiten mantener un peso estable sin recurrir a restricciones innecesarias. En este contexto, la psiconutricionista Sonia Lucena subraya la importancia de enseñar hábitos saludables desde la infancia. «¿Qué mejor seguro de vida que tu hijo aprenda hábitos que le permitan estar sano y ser feliz?», afirma. La educación en alimentación equilibrada, lejos de centrarse en prohibiciones, fomenta una relación saludable con la comida que dura toda la vida.
La comparación entre un donut y un puñado de frutos secos es mucho más que un ejercicio de calorías. Es un ejemplo de cómo la nutrición moderna se aleja de juicios simplistas y se centra en el contexto global de la dieta. La evidencia señala que, si bien la calidad de los alimentos importa para la saciedad y la nutrición, el factor determinante para el peso sigue siendo el total calórico diario. Así, el mensaje de Muñoz invita a la reflexión: no se trata de eliminar alimentos «prohibidos», sino de integrar la información, ajustar las porciones y comprender que las calorías no tienen moral.