Masturbación y testosterona: ¿enemigas o aliadas para la salud sexual del hombre?
La presencia de esta hormona tiene muchas más vinculaciones además de la líbido

Una pareja en la cama. | Freepik
La testosterona es una de las principales hormonas en los hombres y desempeña un papel crucial en su salud física y mental. A medida que envejecen, muchos hombres comienzan a preocuparse por la disminución de sus niveles de testosterona. Un proceso que puede iniciarse ya a partir de los 30 años y que se acentúa con el tiempo. Tanto como plantearse si la masturbación es una aliada para buscar la testosterona perdida.
Este descenso hormonal suele estar asociado a una menor energía, una pérdida de masa muscular y, en algunos casos, a una disminución de la libido. Sin embargo, la testosterona va mucho más allá de la esfera sexual. Influye en el estado de ánimo, en la densidad ósea, en la función cognitiva e incluso en la capacidad de recuperación física. De hecho, un nivel adecuado de esta hormona contribuye a la motivación, la seguridad en uno mismo y al bienestar general.
Esta preocupación por la testosterona y por cómo mantenerla en niveles óptimos es cada vez más común entre los hombres que desean mejorar su calidad de vida. Aunque en el imaginario popular esta hormona suele asociarse casi exclusivamente a la virilidad y a la potencia sexual, su impacto es mucho más amplio. Algo que advierte este estudio publicado en Frontiers in Endocrinology sobre las comorbilidades de este decrecimiento.
La testosterona ayuda a regular el metabolismo y la composición corporal, promoviendo la formación de masa muscular y la reducción de grasa. Así, mantener niveles saludables de testosterona no solo potencia la vida sexual, sino que también influye en cómo un hombre se siente y rinde en su día a día. Esto ha llevado a que cada vez más hombres se interesen por cómo sus hábitos, incluida la masturbación, pueden afectar a la producción de esta hormona vital y al hipogonadismo.
¿Qué relación tienen la masturbación y la testosterona?
La conexión entre masturbación y testosterona es un tema recurrente en el ámbito de la salud masculina. Muchos se preguntan si la masturbación, al liberar tensión sexual, podría tener un impacto en los niveles de testosterona. Sin embargo, los estudios sobre este tema han llegado a conclusiones diversas y en algunos casos contradictorias. No obstante, conviene recordar que la edad siempre va asociada a una merma de esta hormona, tal y como prueba esta investigación de Journal of Endocrinology.
En términos generales, no parece existir una relación directa entre la masturbación y una variación significativa en los niveles de testosterona a largo plazo. A pesar de que algunos estudios sugieren que la abstinencia podría provocar un aumento puntual de la testosterona, este efecto suele ser temporal y no afecta la producción estable de la hormona. Algo de lo que ya te hablamos en THE OBJECTIVE en otras ocasiones.

Además, es importante recordar que la testosterona y la libido están relacionadas de forma bidireccional. Una disminución de los niveles de testosterona puede llevar a una reducción de la libido, lo que a su vez podría disminuir las ganas de masturbación o actividad sexual.
Sin embargo, la relación entre masturbación y niveles hormonales no es tan directa ni simple como a veces se cree. La masturbación es, en gran medida, una actividad natural y saludable que no parece alterar de forma significativa los niveles de testosterona. No, al menos, en hombres con un sistema hormonal equilibrado. Más allá de las fluctuaciones momentáneas, el cuerpo tiende a regular sus niveles de testosterona de manera constante y adaptativa. Por tanto, no depende de la frecuencia de la masturbación.
Las dos caras del deseo
Por otro lado, es importante mencionar el factor psicológico en la relación entre testosterona y deseo sexual. La testosterona influye en el estado de ánimo, y los hombres con niveles bajos de esta hormona pueden experimentar cansancio, desmotivación o incluso síntomas de depresión. Estos efectos emocionales pueden reducir las ganas de tener actividad sexual, incluido el deseo de masturbación. Así, aunque no haya pruebas concluyentes de que la masturbación afecte a largo plazo los niveles de testosterona, un bajo nivel de esta hormona sí puede impactar en la vida sexual y en el bienestar general de los hombres.
Otras formas de elevar la testosterona
Además de la masturbación, existen otras formas comprobadas de aumentar la testosterona de forma natural. Incluso sin recurrir a suplementos hormonales y nutricionales, que solo deben usarse bajo prescripción médica. El ejercicio, especialmente el entrenamiento de resistencia y el levantamiento de pesas, es una de las maneras más efectivas de estimular la producción de testosterona.
Los entrenamientos de alta intensidad y los ejercicios compuestos, como las sentadillas y el peso muerto, han demostrado tener un impacto positivo en los niveles de esta hormona. Practicar actividad física con regularidad no solo mejora la fuerza y la resistencia, sino que también contribuye a un equilibrio hormonal saludable y a un aumento de la testosterona en el cuerpo.
La alimentación juega otro papel fundamental en el mantenimiento de niveles saludables de testosterona. Llevar una dieta equilibrada que incluya grasas saludables, como las que se encuentran en el aceite de oliva, los frutos secos y el aguacate, puede favorecer la producción hormonal.
Los nutrientes como el zinc y la vitamina D también son esenciales para la síntesis de testosterona. El zinc se puede obtener de alimentos como la carne roja, los mariscos y los frutos secos, mientras que la vitamina D se sintetiza principalmente a través de la exposición solar. Incorporar estos elementos en la dieta diaria es una estrategia sencilla y efectiva para fomentar una buena salud hormonal.
Finalmente, el descanso y la gestión del estrés son dos factores que a menudo se subestiman, pero que resultan cruciales para la producción de testosterona. Dormir entre siete y ocho horas por noche permite al organismo recuperarse y mantener un equilibrio hormonal adecuado.
El sueño profundo es especialmente importante, ya que durante esta fase se libera la mayor parte de la testosterona. Por otro lado, el estrés crónico eleva los niveles de cortisol, una hormona que, cuando está en exceso, puede inhibir la producción de testosterona. Practicar técnicas de relajación, como la meditación o el yoga, puede ayudar a reducir el estrés y, por ende, favorecer la salud hormonal.