Guía exprés para visitar Roma en tres días: lugares clave y restaurantes recomendados
Este itinerario está diseñado no solo para que recorras los lugares más emblemáticos, sino para que te sumerjas en ellos

Roma.
Roma no se visita, se vive. Sus ruinas, sus plazas, sus fuentes monumentales y ese aroma a espresso que envuelve cada esquina hacen que un simple paseo se transforme en una clase de historia viva y, al mismo tiempo, en una experiencia sensorial única. Si estás planeando una escapada breve, pero intensa a la capital italiana, esta guía es para ti. Desde THE OBJECTIVE te proponemos un itinerario optimizado para conocer lo mejor de Roma en tres días, combinando paradas imprescindibles como el Coliseo, el Vaticano o la Fontana di Trevi, con rincones menos conocidos pero igual de encantadores. Todo, con rutas a pie calculadas al milímetro, recomendaciones prácticas, horarios actualizados y ese consejo que solo da quien ha caminado esta ciudad una y otra vez.
¿Cómo ir del aeropuerto al centro de Roma?
Roma cuenta con dos aeropuertos principales: Fiumicino (Leonardo da Vinci), el más grande y moderno, y Ciampino, más pequeño pero muy utilizado por aerolíneas de bajo coste. Desde Fiumicino, una de las opciones más cómodas y rápidas es el tren Leonardo Express, que conecta directamente con la estación central de Termini en tan solo 32 minutos, sin paradas intermedias. Si aterrizas en Ciampino, el servicio de autobuses Terravision es una alternativa económica y eficiente, con un trayecto de aproximadamente 40 minutos hasta Termini.
Para quienes buscan comodidad máxima, los transfers privados puerta a puerta son una opción recomendable. Una vez en la ciudad, prepárate para dejarte sorprender: Roma no se recorre en tres días, pero sí se vive intensamente. Su historia milenaria, su arte desbordante y su vibrante vida callejera te envolverán desde el primer instante.
Día 1: la Antigua Roma y sus secretos
Comienza tu aventura en la Fontana di Trevi, el rincón más romántico y fotogénico de Roma. No olvides tirar una moneda de espaldas: la tradición dice que volverás. Desde 2025, el acceso a la zona baja está regulado, así que llega temprano (entre 9:00 y 21:00 hay control de aforo). Desde allí, camina hacia el monumental Vittorio Emanuele II, una obra colosal que divide opiniones, pero que ofrece unas vistas panorámicas increíbles desde su terraza. La ruta continúa por la Piazza Venezia, el corazón palpitante del tráfico romano y una joya arquitectónica.
Llega el momento cumbre: el Coliseo. Emblema de Roma y una visita imprescindible y lo más inteligente es hacerlo con antelación. Reserva una visita guiada en español que incluya el Foro Romano y el Palatino, para evitar las colas y entender el contexto histórico. Estos tres lugares están conectados y ofrecen una experiencia completa de la Roma Imperial. Para comer, no lo dudes: Vineria Contrario, a escasos pasos del Coliseo. Pasta fresca, burrata cremosa y vinos locales. El descanso perfecto tras una mañana intensa.
Por la tarde, elige entre arte o fe. Si optas por lo primero, los Museos Capitolinos te esperan con obras maestras como la Loba Capitolina o lienzos de Caravaggio. ¿Prefieres recorrer iglesias monumentales? Visita Santa Maria Maggiore, San Pietro in Vincoli (con el Moisés de Miguel Ángel) y la Basílica de San Giovanni in Laterano, la catedral de Roma. Termina el día en la Scala Santa, donde la fe se vive en silencio y devoción.

Día 2: el Vaticano y el alma bohemia
Empieza temprano con la visita a los Museos Vaticanos y la Capilla Sixtina. Las colas pueden superar las dos horas, así que una visita guiada sin colas es clave. Además, el guía te llevará por las salas más relevantes sin perderte en su inmensidad. Tras la Capilla Sixtina, entra en la Basílica de San Pedro (gratuita, pero con controles de seguridad lentos). El tamaño y la belleza del templo te dejarán sin palabras.
Para comer, cruza el río y dirígete a Da Romulo, una trattoria auténtica donde la carbonara es religión. Luego, sube al Castillo de Sant’Angelo y disfruta de las vistas sobre el Vaticano desde su terraza. Desde ahí, camina por el Ponte Umberto I y entra en el Trastevere, el barrio más pintoresco de Roma. Allí puedes explorar tres joyas escondidas: Santa María in Trastevere, San Crisógono (con su iglesia subterránea) y Santa Cecilia, con una de las esculturas más delicadas de Roma. De paso, no te prives de un buen gelato mientras callejeas.
Día 3: Barroco, arte y comida con historia
Comienza en el mercado de Campo de’ Fiori, uno de los más genuinos de la ciudad. Luego, haz una parada en Two Sizes Tiramisù, considerado el mejor de Roma. Energía dulce para un día lleno de descubrimientos. Sigue por la elegante Piazza Navona, el majestuoso Panteón de Agripa, el Obelisco del Elefante de Bernini y el curioso Templo de Adriano. No te pierdas la Iglesia de San Ignacio de Loyola con su falsa cúpula pintada: un trampantojo que se ha hecho viral.
Visita Plaza España, Piazza del Popolo y la Basílica de Santa María del Popolo, una joya silenciosa con obras de Caravaggio. A la hora del almuerzo, reserva en Negresco, un bistró contemporáneo que reinterpreta clásicos italianos. Por la tarde, déjate maravillar por la Galería Borghese, uno de los museos más espectaculares del mundo. Reserva sí o sí visita guiada. Sus esculturas de Bernini parecen vivas. Finaliza tu ruta en el Circo Massimo, la Boca de la Verità, el Foro Boario y el Barrio Judío, un lugar lleno de historia, buena comida kosher y memoria. Cierra con el Teatro de Marcelo, la Fuente de las Tortugas y el Area Sacra di Largo Argentina, donde Julio César fue asesinado y hoy vive una colonia de gatos.