Macron bate un nuevo récord: su discurso a la nación tuvo tantos espectadores como la final del Mundial
Nunca un presidente francés despertó tanta expectación ante el televisor. El discurso a la nación de Emmanuel Macron, donde repasó en 13 minutos el estado de la cuestión en la política del país vecino, consiguió igualar los excelsos números que obtuvo la final del Mundial, en la que los galos se impusieron a los croatas el pasado verano.
Nunca un presidente francés despertó tanta expectación ante el televisor. El discurso a la nación de Emmanuel Macron, donde repasó en 13 minutos el estado de la cuestión en la política del país vecino, consiguió igualar los excelsos números que obtuvo la final del Mundial, en la que los galos se impusieron a los croatas el pasado verano.
El hito se produce en un contexto de enorme presión sobre su cabeza, con los índices de popularidad por los suelos y los chalecos amarillos tomando las calles de París por el encarecimiento del coste de vida, fundamentalmente vinculado al aumento del precio de los carburantes. Todo hay que decirlo, los 66.000 manifestantes que se registraron este sábado quedan muy por debajo de los 125.000 que se congregaron la semana anterior.
El discurso, que se grabó en el fastuoso Palacio del Elíseo el pasado lunes, reunió a 23 millones de telespectadores. La atención se centraba particularmente en su reacción a las peticiones de los movilizados. Macron indicó, entre otras cuestiones, que habrá una subida de 100 euros en el salario mínimo interprofesional para 2019 y una exención de impuestos para las horas extra de trabajo.
Ahora los especialistas franceses se preguntan de dónde sacará Macron el dinero necesario para sufragar tales medidas sociales. Las estimaciones de algunos medios apuntan a una cifra cercana a los 10.000 millones de euros que, salvo milagro, harían imposible cumplir con el máximo del 3% de déficit acordado por los países miembro de la Unión Europea. Esto es, Francia se expondría a la posibilidad de ser sancionado por sus socios.
El líder de En Marche! -no es casualidad que el partido que fundó tenga las mismas iniciales que su nombre- sucumbió ante las demandas de los manifestantes, que llegaron a la capital desde diferentes partes del país y que cuentan con un 70% del apoyo popular. Por esta razón, Macron trató de convencer a los franceses de ser un presidente capaz de escuchar al pueblo y responder a sus peticiones, aun a riesgo de comprometer la estabilidad económica del Estado.