Rabia en Lavapiés
El aparente conflicto social en el que desembocó la muerte de un mantero en Lavapiés la semana pasada no fue más que una construcción artificial para amortizar una rabia acumulada. No es una rabia muy concretada sino difuminada en diversas causas sociales: una característica de muchos movimientos sociales y activistas es su necesidad de activarse de vez en cuando en la calle para legitimarse y autoafirmarse.