Vargas Llosa se despide como columnista con un alegato a favor del periodismo
El novelista ha aconsejado a los jóvenes periodistas que digan siempre la verdad «aunque sea difícil de asimilar y describir»
Mario Vargas Llosa se ha despedido para siempre este domingo de las columnas en prensa escrita. Tras 33 años firmando su tribuna Piedra de toque en el diario El País, el Nobel ha firmado su último texto, en el que ha querido transmitir un consejo a los jóvenes que se inician como escritores en la prensa diaria: que digan y defiendan su verdad, coincida o discrepe con lo que el diario defiende editorialmente.
En su columna, el novelista ha elogiado el hecho de que, desde que comenzase a escribir en el periódico de PRISA en 1990, ha podido ofrecer sus opiniones libremente «tanto si estas eran adversas o simpatizantes con las del propio diario». También ha señalado que tanto columnistas como redactores «deben estar dispuestos a defender la verdad tal como la entienden incluso contra la voluntad del periódico, si hace falta». «Ese sería el único consejo que transmito a los jóvenes que se inician como escritores en la prensa diaria: decir y defender su verdad, coincida o discrepe con lo que el diario defiende editorialmente», ha insistido.
El Nobel también ha hablado sobre los momentos en que la prensa no acierta a transmitir la verdad adecuadamente: «Siempre y cuando un periódico reconozca que algunos hechos difieren de las verdades que promueve, su credibilidad se mantiene. Cuando hay discrepancia entre su verdad y ciertos hechos, las costumbres de los diarios son distintas, porque algunos, siempre de calidad, prefieren abstenerse de decir su verdad y publicar los hechos. O reconocer el error de haber puesto al frente una versión equivocada. Mientras esto se haga de manera honesta, vale. Lo grave es empantanar la verdad o velarla para evitar dar armas al competidor o contradecir las convicciones propias».
«Mi consejo a los periodistas jóvenes es decir siempre la verdad, aunque ella sea difícil de asimilar y describir, en función de la realidad», ha escrito Vargas Llosa, «aunque a menudo esto resulta arduo, siempre hay maneras de acercarse a ella, y creo que si el periodista renuncia a su obligación de decir la verdad, esa es la fuente de la que derivan todos los males de la prensa, desde el pequeño disfuerzo hasta el maremoto que puede provocar la mentira».
«El periodista de talento busca la verdad como una espada que se abre paso por doquier», ha continuado el escritor, «decir mentiras, manipular, es fácil, pero tarde o temprano queda en evidencia». «El que dice la verdad y la defiende presta un servicio a sus lectores y a su tiempo. Eso es a lo que tímidamente he aspirado», ha terminado su último texto.