Ana Terradillos: «Reina no, de momento princesa de las mañanas»

Luminosa mañana de lunes. Luces que abren paso al frenesí del día. Ciudades atestadas de coches, personas y problemas. Café, sí, mucho. Ana Terradillos (San Sebastián, 1973) amanece cuando el sol aún no ha salido, se prepara para estar lista y dar la cara en Telecinco. Desde hace unos meses, la periodista que durante tantos años prestó servicio en la Cadena SER, torea en plaza grande. Sucesora de Ana Rosa Quintana, la que fuera reina de las mañanas durante dos décadas. Cumple hoy 100 programas con La Mirada Crítica, si será por ojos.

PREGUNTA.- Fuentes internas de Mediaset me han dicho que Ana Terradillos es muy vasca, ¿qué supone ser muy vasca?

RESPUESTA.- Supone ser, dentro de la leyenda urbana que engloba a todos los vascos, ser una persona leal, ser muy noble, ser muy soldado, muy trabajadora, muy tenaz. No digo yo que el resto no lo sea, pero sobre todo, quizás muy constante. Sobre todo es la nobleza que nos caracteriza los vascos, que yo creo que eso sí que es cierto y se puede ver en la mirada de una persona, y la tenacidad y constancia a la hora de conseguir objetivos, metas o el día a día, que bastante es de trabajar.

P.- ¿Le ayuda en este oficio el ser vasca?

R.- Quizás no me ayuda, porque esos son valores internos que una empresa puede valorar, pero a lo mejor el fantasma que tenemos o la nube que tenemos todos los vascos es que somos personas muy frías. Y he tenido que luchar contra esa etiqueta para que la gente se dé cuenta de que no, que soy cariñosa, simpatiquísima, abierta, cercana. Vamos, que podría ser tranquilamente de Despeñaperros para abajo.

P.- El euskera, al menos servidor, ni idea, ¿Ana Terradillos lo maneja bien?

R.- Lo entiendo bastante. Cada vez lo hablo menos, hablo con mi madre en euskera por teléfono. Lo sigo conservando. Pero sí que es cierto que el hecho de estar tanto tiempo fuera, evidentemente, te hace perder mucho la conversación, pero lo entiendo bastante bien.

P.- Y como euskalduna, que se pueda hablar ahora euskera, gallego o catalán en el Congreso, ¿le parece buena noticia?

R.- Me gusta, es muy enriquecedor. Mira, Carlos, te digo una cosa, si yo supiese hablar gallego, catalán, euskera, ruso, además, así por ese orden, árabe, inglés y francés, sería la reina del mambo. Es cierto que conlleva un gasto, que de eso si quieres podríamos tener otro debate, si es mucho o poco, si es útil, pero creo que realmente resulta muy enriquecedor. Y como creo que en esta vida todo lo que enriquece, suma. No veo ningún tipo de polémica ni ningún tipo de limitación.

P.- Una vasca, y más en los años en los que creció Ana Terradillos, en el contexto político que había. ¿Es más normal que se interese por la política o al revés, debería ser más habitual que no hablara de política?

R.- Opciona, estoy convencidísima, de hecho, que nadie me malinterprete, pero aquí en Madrid se empezó a hablar de política cuando nosotros estábamos hartos de hablar de política. Llevamos toda la vida hablando de política. Yo estuve en la Universidad de Navarra, la primera carrera, hice periodismo en Navarra y la segunda en políticas aquí en la UNED. Y cuando yo venía de Pamplona o de San Sebastián, nosotros no hablábamos de lo bien que nos lo pasábamos en la universidad o de con qué chico estábamos. No, hablábamos de política y de Aznar y Arzalluz con un par de gin-tonics, par de vinos o de cervezas. Fíjate hasta qué punto tenemos la política dentro.

P.- ¿No le cansa la política?

R.- Me encanta porque estoy convencida de que todo es política. Y luego hay que desdramatizar también mucho con la política. Hay que saber relativizar y saber no inquietarte con cosas que no son importantes. Dicho esto, la política mueve el mundo y lo importante es que tengamos buenos políticos y buenos comunicadores para trasladar los mensajes de esos buenos políticos. 

P.- Hace poco ha sido noticia una actriz vasca, la actriz Itziar Ituño, que acudió a una marcha multitudinaria por los presos de ETA, donde se pedía a la Justicia que no recurriera los terceros grados ni los permisos de los presos etarras. Se formó una gran corriente de opinión, mayoritariamente negativa, hubo incluso empresas que dejaron de contar con ella. Ana Terradillos, como vasca y por ende, entiendo que conocerá a gente que más proclive a entender esas manifestaciones o incluso acudir a las misma, ¿comprende el fenómeno de la cancelación hacia Itziar Ituño?

R.- Allí estamos todos mezclados, tienes toda la razón, pero incluso en las propias familias. Lo cual nos ha llevado más de una vez a no celebrar cenas de Navidad, lo que se hace ahora en Cataluña, pues eso lo llevamos viviendo en el País Vasco mucho tiempo. Dicho todo esto, entiendo la polémica que se ha organizado, sobre todo en un momento de tanta polarización como la que tenemos ahora. Pero también, y en esto me gusta ser ponderada, Itziar no es la primera vez que acude a estos actos.

Los promocionadores saben perfectamente que ella acudía, que se cancele ahora por toda la polarización, claro, eso es la vida, amigo mío. Efectivamente, ella lo tiene que entender, lo tiene que comprender y creo que no hay que darle más vueltas. Es decir, la situación es complicada y además el tema de ETA vuelve a salir otra vez a la palestra. Desde mi punto de vista, desafortunadamente, porque lleva ya 12 años sin matar.

P.- ¿Le molesta a Ana Terradillos cuando se hace un uso político de ETA?

R.- El uso político se ha hecho siempre, y sobre todo se ha utilizado mucho a las víctimas del terrorismo. Eso sí que me cabrea, y eso sí que me molesta, porque esas son muy vulnerables, son muy indefensas y lo que tenemos es una deuda tan grande con ellas, que me da rabia que ciertas formaciones políticas se aprovechen de ellas. Ciertas formaciones son todas, el PP de unas y el Partido Socialista de otras. Todas se han aprovechado de las víctimas.

Eso es lo que me cabrea o lo que me puede en un momento dado, producir mal cuerpo. Que ahora se utilice ETA, hombre, lo que hay que subrayar y dejar claro es que ETA ha dejado de matar hace ya 12 años. Y es que nos ha costado tanto, ha sido tan importante la labor policial y empiezo por ahí. La labor de Policía y Guardia Civil, a la que vuelvo a agradecer todo. Pero también a la sociedad que dijimos hasta aquí, basta ya.

P.- ¿Le molesta, por ejemplo, ‘qué te vote Txapote’?

R.- Si fuese familiar de un muerto de ETA no me gustaría. A mí no, porque tener todo el día en la boca el nombre de la persona que ha asesinado a tu padre me fastidiaría. Ahora, tampoco creo que nos tengamos que volver locos con ese lema. Cada uno tiene su lema y en estos momentos estamos viendo lemas que no son nada edificantes. Son lemas que a mí no me aportan absolutamente nada de un lado y de otro.

Dicho esto, siempre intento trasladarme a la hora de opinar de las víctimas a un punto, aunque nunca te puedes imaginar el dolor y sufrimiento, sobre todo por nosotros, porque tú y yo, y todos nos hemos portado fatal con las víctimas, no les hemos hecho ni caso. Entonces parto de eso, de que tenemos una deuda con las víctimas, es lo único que me importa. Y el resto, si se repite y sigue teniendo utilización política, pues yo creo que a nosotros como comunicadores nos toca subrayar que ETA afortunadamente ya no existe.

P.- ¿Y le molesta que el PSOE pacte con Bildu para que Joseba Asiron acceda a la alcaldía de Pamplona?

R.- Eso es otro tema. Si tú me dices si a mí me molesta que Bildu se haya introducido en la escena política, no, ¿cómo me va a molestar si llevamos pidiendo que dejen las armas, que dejen las amenazas y que se integren en la vida política? Es que estos señores en el año 2011 se inscribieron en el registro del Ministerio de Interior como partido legal, podemos exigirles todo el recorrido que tienen, que todavía tienen muchísimo recorrido.

Podemos incluso obligar a todos los que están que tienen algún tipo de vinculación con la banda terrorista a que se larguen de la organización. Pero Bildu, como bien sabes, es una conglomeración de partidos de los que muchos no tienen, ni han olido a ETA, y los que lo han olido, muchos de ellos han intentado irse por la puerta de detrás y pidiendo perdón. A los que sí que han tenido vinculación, deberíamos exigirles que sean más explícitos en su condena e incluso alguno de ellos a que saliese por la tangente y que se largase. 

P.- Siempre preguntamos, Ana, estando en El purgatorio, por la fe, ¿cuál es su relación con la ella? 

R.- Creo en algo, sí, vengo de una educación muy católica, monjas, frailes, Opus, mis padres son muy católicos. Y creo en algo. De hecho, uno de los mejores sitios donde me encuentro, que es una de mis ciudades favoritas, por no decir la preferida, es Jerusalén. Es más, acudo a ella un par de veces al año por mi conexión con La Roca y la piedra, con la conexión con la civilización. Es un viaje, además que en el que siempre me acompaña una persona, mi padre, la persona, junto con mi madre, que más quiero. Y no viene nadie más, solamente él y yo. Allí discutimos y hablamos de política y de conflictos internos, externos. Y eso es cierto que más allá de esa conexión con La Roca, me ha hecho visitar muchos lugares santos. Bueno, creo que te lo resumo diciendo que me siento muy bien.

P.- Ana Terradillos se levanta todos los días a las 5 de la madrugada, pero ¿es cierto que hace media hora de deporte a esas horas tan malas del día?

R.- Más que media hora de deporte, lo que hago es media hora de estiramientos e intento meditar. No siempre consigo la meditación. Meditación te estoy hablando de diez minutos de intentar incorporar mi cuerpo a mi mente, en silencio. Y te diré una cosa, te lo aconsejo y estaría bien que se lo aconsejarías a todo el mundo que quieres. Estirar te hace afrontar la vida o por lo menos el día con otra postura corporal. Y tú sabes que lo de la postura corporal eso lo lleva muy bien el presidente del gobierno, creo que eso le da muchísima fuerza.

P.- Desde las 5 de la mañana ya no para en casi todo el día.

R.- De 5:00 a 05:30 mi momento de estiramiento, meditación. Después ya conecto directamente con la cadena SER, escucho las noticias que me haya podido perder de la noche. A las 6:00 a la ducha, 6:30 viene el coche, 6:50 en Mediaset. A las 7:00 haciendo la reunión, 7:15 en maquillaje, 8.25 saliendo, 8:35 bajando de plató y a las 8:45 me colocan el micrófono.

P.- ¿Cómo es suceder a Ana Rosa Quintana? Habiendo estado ella 20 años siendo líder de la tele matinal.

R.- Es un ciprés, la sombra es alargada. Lo llevé con mucho respeto, con mucha humildad, porque estuve sustituyendo a Ana en periodos muy cortos, que son los periodos de vacaciones y por supuesto, ahí, sabiendo efectivamente que ocupaba el sitio de una sustituta de verano. Cuando ella se puso malita, ahí ya sentí más responsabilidad. Y lo hice con muchísima más humildad, y además lo digo de verdad, porque tenía tanto peso sentarte en la silla de Ana, pero no solamente ya sentarte, sino saber que te sentabas porque ella estaba malita.

Entonces creo que los tres, hablo de Joaquín Prat, Patricia Pardo, y hablo de mí en concreto, lo hicimos con mucha humildad, intentando que aquello no se viniese abajo, intentando encandilar a aquellos seguidores que tenía Ana. Bueno, cada uno siendo como éramos e intentando sobre todo recordarla todos los días y deseando que volviese. Y lo digo de verdad, no porque no disfrutara de ese momento, entiéndeme, en el plano profesional, sino porque todos confiábamos en que Ana se iba a poner muy bien, porque para soldado ella y cómo ha llevado la enfermedad. Y efectivamente, ese día llegó, y todos nos fuimos y ella siguió ocupando su silla hasta que le ha dado prácticamente la gana.

P.- ¿Y cuándo llaman a Ana Terradillos para ofrecerle ese hueco por las mañanas?

R.- Estaba en Cuatro al día, que al principio andaba un poquito, bueno, eran temas nuevos, en la Cadena SER siempre he sido una periodista de raza, de temas de investigación, terrorismo. He estado mucho tiempo viajando a Oriente Próximo, haciendo entrevistas a grupos terroristas conocidos ahora como son los de Hamas, y siempre, efectivamente, muy vinculada al tema del terrorismo. Al final estuve muy contenta porque me solté, toqué temas del corazón y todo…

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P.- Pasó de Al Qaeda a Rociíto.

R.- Exacto, y la llamada la recibí con mucha alegría, mucha humildad y también con mucha simpatía. Haciendo un poquito de vasca suelta, O sea, echándole mucho morro.  

P.- ¿Estaba Ana Terradillos muy puesta en el tema del corazón?

R.- Al final te puedes creer que era lo que más estudiaba. Tenía gente muy joven conmigo trabajando. Y claro, se volvían locos cuando yo no conocía a los influencers, por ejemplo, el exnovio de Rosalía, siempre me acordaré de Rauw Alejandro, no le conocía. Luego ya los vídeos, sus ropas interiores, todo esto, te vas familiarizando con el personaje, pero es una de las personas que no conocía. Tampoco sabía todos los líos de Shakira y Piqué. Y bueno, muchas más cosas que he aprendido en Cuatro al día. 

P.- Está en Cuatro al día un añito y después a final de temporada le llaman.

R.- La verdad es que lo recibí muy bien, muy contenta. Me iba a dedicar a lo que realmente sabía, y además ya lo había hecho. Tuve mis dudas de lo que podía suponer para la audiencia que se fuese Ana. No sé si llegué a entender muy bien que a Ana le quitasen porque le quitaron siendo líder, pero le quitaron para una misión mucho más grande que era llevar las tardes de Mediaset. Entonces que confiasen en mí después de haberlo hecho durante tantos años, tanto Ana como la casa, porque yo el contrato lo tengo con Mediaset, la verdad es que me enorgulleció.

P.- Ahora Ana Terradillos está haciendo televisión de manera continua, pero la mayor parte de su carrera ha sido en la radio, en la Cadena SER, ¿qué tienen las cámaras que no tengan los micros?

R.- La radio es más imaginativa. Te tienes que esforzar más por contar lo que estás viendo. Tú estás en una plaza, la plaza Tahrir, y estás viendo escenas distintas. Unos que aclaman a un líder que ha llegado de no sé dónde, otros que vitorean a favor de Estados Unidos, un lío entre una familia, y unos críos intentando robar un poquito de pan. Todo eso lo tienes que contar en un minuto, es precioso poder trasladar esas cuatro historias que tú estás viendo en una primavera árabe en medio de la plaza Tahrir de El Cairo.

La tele es distinta porque te apoyas con imágenes, con lo cual lo único que tienes que hacer es relatar y narrar lo que estás viendo, pero de una forma muy simple, porque ya el espectador ha llegado a esa idea de esas cuatro escenas que está viendo en la plaza Tahrir. Entonces, ¿qué es más difícil? Pues probablemente la radio, donde tú tienes que conseguir el reto, de que tú que estás en la cocina, estás en el salón, estás en tu cama con un transistor, puedas entender a esa chica que te está contando todo lo que están viendo en un sitio lejano. Es distinto. 

P.- Dicen algunos malvados que la televisión, más que reflejar la realidad, la crea.

R.- No, no lo creo. La televisión refleja muy bien la realidad. Depende también el tipo de periodismo que tú hagas, como vendas la información, en fin, de una imagen puedes crear millones de cosas. Volviendo otra vez a la escena de la plaza Tahrir, a lo mejor esos cuatro niños que estás viendo que roban el pan, a lo mejor otro se imagina que alguien les está dando un pan. ¿Cómo puede ser? O sea, la realidad es como tú la quieras transmitir, pero yo creo que no, que la tele refleja muy bien la realidad.

P.- La parte fundamental de La mirada crítica es la tertulia. ¿Por qué España es un país adicto a las tertulias?

R.- Somos muy mediterráneos. Nos encanta además la bronca, el cabreo, nos encanta los gestos, somos muy vehementes e incluso un poquito pelín provocadores. En esto nos parecemos mucho a los árabes. Nos encanta expresarnos con las manos, ser vehementes, somos imaginativos, tenemos fuerza en la palabra. 

P.- ¿Qué debe tener una buena tertulia política?

R.- Sobre todo hechos reales, muchísima información, una contrastación increíble de datos, muchas sonrisas para gustar a la gente. A la gente no le gustan los que son serios. Tú puedes gritar, pero luego tienes que sonreír. Siempre tienes que sonreír, ser afable, ser amable y un poquito de provocación.

P.- ¿No queda muy antiguo, en la tertulia, sentar a los de izquierdas a un lado y los de derechas por otro?, ¿no habría que mezclarlos a todos?

R.- Puede ser, lo he dicho y me han dicho que no, que vaya otra idea. Me dan además la razón, la gente identifica un lado y otro lado, y además quieren verlos, como pasa en el quiosco. Uno compra el ABC y otro El País, pues aquí igual. A lo mejor la gente mira a la tele cuando sale el suyo y mira para el infinito cuando sale el otro, pero estoy contigo, hay temas concretos, como los temas actuales, en los que no se admite tanta polarización. Quiero decir que hay mucha gente de este lado que está de acuerdo con lo que dicen en el otro lado. 

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P.- Le he escuchado decir a Ana Terradillos, un periodista no puede ser activista, cosa que comparto, ¿si puede ser tertuliano?

R.- Preferiblemente no, pero alguno me he encontrado. Y es más difícil de hacer la criba incluso, tengo que reflexionar más acerca de la idea, Desde luego lo que tengo claro es que un periodista no, pero a lo mejor un politólogo que puede ser un colaborador, ¿por qué no puede ser activista? A lo mejor el director de un gran centro cultural pues a lo mejor no, pero un politólogo, un historiador, ¿por qué no? Si se siente más de izquierdas o de derechas, un periodista, no, hombre, no. Un periodista no puede ser activista.

P.- Una cosa que sí hacía Ana Rosa Quintana y que no hace Ana Terradillos es dar la opinión al inicio del programa. ¿Por qué no?

R.- Porque la firma es de Ana Rosa. De hecho, ella al principio de Tardear emitía una firma, no todos los días, pero sí que empezó a emitir una firma, dependiendo de las cosas de política que hubiese. Y eso es su firma, llegará la firma de Ana Terradillos. Pero de momento tenemos que intentar ser muy asépticos con la información, se barajó esa posibilidad, pero nos toca dar mucha información. Tiene que ser un programa muy dinámico, que lo está siendo y tiene que ser un programa, como era también el programa de Ana Rosa, donde vengan todos.

P.- Habla mucho de política y con políticos, ¿tiene amistades en la política?

R.- La verdad es que no, pocos, pero no porque te quiera vender esto porque es malo tener, no, porque tampoco tengo muchos amigos políticos. Me llevo muy bien con muchos, y de todas las ideologías, por ejemplo, con los independentistas catalanes, muy bien. Me llevo bien con los vascos porque los conozco desde hace muchísimo tiempo. También me llevo bien con los nacionalistas vascos, con los nacionalistas catalanes, independentistas, nacionalistas. Me llevo bien con el PSOE, con el PP, me llevo bien con Vox, pero eso me lo ha dado el tema de ETA. Y es que en el tema de ETA todos íbamos todos en el mismo barco, que los malos eran los malos y los buenos éramos los buenos. Entonces era muy interesante estar con todas las formaciones políticas, porque todos querían prácticamente todos, acabar con ETA.

P.- A Sumar no la ha mencionado.

R.- Ah, bueno, sí los de Sumar también. Con Yolanda Díaz me llevo bien, a mí es que me gusta mucho la gente lista y ella es muy lista.

P.- Pedro Sánchez mencionó hace unos días en La Vanguardia el concepto de ‘fachosfera’, que aseguraba, crispa y polariza, ¿existe una ‘fachosfera’ o una derecha mediática, política, empresarial?

R.- A mí lo de la ‘fachosfera’ es que no me gusta mucho. No me gustan los insultos y se puede considerar ese término que ciertas personas se pueden considerar insultadas, que no es el caso de gente que yo conozco que ha votado al PP. Esa gente está por encima de esas cosas. Pero sí que creo que estamos en un nivel de insultos que es poco edificante para la política. 

P.- Habla el presidente Sánchez de no polarizar y salta con lo de ‘fachosfera’.

R.- Claro, hoy se lo preguntaba a Esperanza Aguirre y decía ella: «Yo debo estar en la lista, debo ser la persona que organiza la ‘fachosfera’». No me parece edificante nada. Tampoco me gusta mucho lo de ‘me gusta la fruta’.

P.- Ni ‘fachosfera’, ni ‘me gusta la fruta’. 

R.- No sé si puede poner al mismo nivel, pero no me gusta. Creo que vuelvo otra vez a lo que me preguntabas antes, es que yo creo mucho en la política y yo creo que la vida es política. ¿Sabes lo que haría? Pagar muy bien a todos los políticos, mucho más de lo que cobran, pero muchísimo más. Yo les pagaría mucho más, reduciría un poquito la horquilla, aunque ahora con los gobiernos de coalición pues es complicado, y les exigiría mucho, son las personas que nos tienen que llevar a buen puerto. 

P.- Ana Terradillos tiene especial relación con Oriente Próximo, Oriente Medio, ha viajado mucho allí, conoce bien la zona.

R.- Zona muy difícil de entender y muy difícil de posicionarte. 

P.- Ser una periodista mujer tratando estos temas con esa gente, convendremos que no es lo habitual.

R.- No es lo habitual, no era lo habitual y no será lo habitual. Es dificilísimo, pero afortunadamente yo ahí hice muy buenas relaciones, tanto en Cisjordania como en la zona de Israel. Y gracias a esos fixers que son los guías locales que tenemos todos los periodistas, los que están como corresponsales y los que viajamos de vez en cuando a hacer algún viaje. Me han ayudado muchísimo. Me interesa mucho el tema, muchísimo, y creo que la tenacidad y el esfuerzo me han hecho conseguir buenas entrevistas. Lo que pasa que en aquel entonces yo creo que la gente, fíjate, me han hecho más caso, mi casa por supuesto, pero antes la BBC o CNN que el resto de medios españoles. Somos un poquito provincianos y hago la autocrítica para mí también. 

P.- ¿Hablamos poco de internacional?

R.- Nada, prácticamente nada. No vende, es que claro, luego ya también cuando haces un programa televisión tienes que ir dirigida mucho al público que te está viendo. Esto es como un DJ que puede ser un erudito de la música, pero sí la gente que va a la discoteca le pide una música comercial, pues me imagino que tendrá que hacer esa música comercial. Nosotros tenemos que intentar un poco bailar con esas dos opciones, la actualidad y tirar un poco de internacional, pero no vende. Ahora vende un poquito más por el tema del terrible conflicto que se está viviendo en Gaza, que es horroroso lo que está pasando. Horroroso. Pero sí que he disfrutado mucho de esas entrevistas, creo que he hecho entrevistas muy buenas y, a las pruebas me remito, es que me han hecho más caso la BBC o la CNN que aquí en España. 

P.- Dado su conocimiento sobre la zona, ¿es Ana Terradillos de aquellas personas que tienen una opinión medianamente clara sobre el conflicto entre Israel, Palestina o Israel y Hamás?

R.- Es muy difícil posicionarse, porque yo soy partidaria de los dos estados, pero es que llevamos con los dos estados muchísimo tiempo y eso la comunidad internacional ni ayuda ni lo puede propiciar. Es muy complicado lo que pasa allí. Evidentemente, lo que tengo claro es que no puede haber 20.000 muertes, eso lo tengo clarísimo. Y lo que tengo claro también es que, por el otro lado, la Autoridad Nacional Palestina no ayuda al pueblo palestino y es un fraude.

Entonces, claro, los pobres palestinos, que son los que me importan, están en una tesitura complicadísima, porque tienen unos dirigentes que son unos corruptos y no hacen absolutamente nada. De repente aparece Hamás, que entorpece todo tipo de paz y tranquilidad que pueda haber, porque es un grupo terrorista bien calificado como grupo terrorista. Israel si le tiras la piedrita, reacciona como un elefante.

Eso es así de siempre, y además cuenta no con el apoyo de Estados Unidos, sino que es Israel quien apoya a Estados Unidos, lo cual todavía es muchísimo más complicado. Entonces el problema es que nos hemos adentrado en un conflicto que no tiene visos de solventarse a corto plazo y es que llevamos 25.000 muertos. Es una barbaridad, 25.000 muertos. ¿Cuánta gente murió en la guerra de Irak? Yo no lo recuerdo, pero es que ni de lejos llegamos a esa cifra. ¿Y qué hacemos? Porque no podemos hacer nada. Porque nadie hace nada por pararlo. 

P.- ¿Le extraña o perturba el uso del término genocidio usada en España por políticos, generalmente más desde la parte izquierda del tablero político?

R.- Eso lo tiene que probar un tribunal, me parece una palabra muy fuerte. Genocidio fue lo que les hicieron a los judíos, con lo cual no tendría mucho sentido que ellos también lo estuviesen haciendo ahora. 

P.- Para cerrar la visita de Ana Terradillos a El Purgatorio, unas últimas preguntas cortas. ¿De qué habla cuando no habla de política? 

R.- Deporte. Me gusta mucho esquiar y el barre.

P.- ¿Alguna vez ha llegado a pedirle consejo a su rival mañanera, a Susanna Griso?

R.- Es que no la conozco. Ayer me dieron un premio de las top 100 mujeres líderes, y vi que presentaba ella a una de las galardonadas. Dije «luego estoy con Susana», pero claro, es que Susana fue más seria que yo: se fue corriendo a casa porque ella tiene que madrugar y yo me quedé a tomarme una cervecita y no la vi, pero tengo muchísimas ganas. Además es que me han dicho que es encantadora. Aparte de guapísima.

P.- ¿La película que más veces ha visto Ana Terradillos?

R.- El nombre de la rosa, me encanta, ya sé que es un poco antigua. Y Mujeres al borde de un ataque de nervios, también me gusta mucho. 

P.- ¿Una entrevista soñada?

R.- Con la reina Letizia, aunque de momento me conformo con el papa Francisco.

P.- ¿La entrevista que le haya costado especialmente hacer?

R.- Con Hezbolá, muchísimo. Estuve con los ocho que dirigen la cúpula de Hezbolá en Siria. Aquello fue una tortura china, horrible. Estuve muchísimo tiempo allí, me vacilaron mucho, no llegaba a concretarse. Finalmente lo pudimos concretar. Y, ¿sabes lo que me pasó? Que cuando llegué a la entrevista, hicimos la entrevista y cuando me subí al taxi no estaba grabada. La mitad estaba sin grabar, tuvimos que volver a subir otra vez y me recibieron con toda amabilidad, por todo ese tiempo de espera que había esperado.

P.- ¿Hubo crisis de los 50? 

R.- Ninguna, ni de los 40. Es que yo me veo guapísima. Y creo que tengo la cabeza mucho más brillante que hace diez años. No sé si estoy mejor, lo que te digo es que yo me veo muy guapa y además me veo muy brillante. Me veo que desdramatizo todo mucho más, relativizo. Complejos no he tenido muchos, no he sido una persona de complejos. 

P.- Lo mejor de ser Ana Terradillos es…

R.- Haber llegado donde he llegado con muchísimo trabajo y esfuerzo y ser el orgullo para las cuatro personas de mi vida, que son mis aitas, mi hermana y mi chico. 

P.- ¿Cocina o le cocinan?

R.- Cada vez me cocinan más y cocino menos. Me aburre enormemente la cocina.

P.- ¿Se ve en un futuro como reina de las mañanas?

R.- ¿Reina de las mañanas? Bueno, de momento, lo que me dice mi padre, princesa. 

P.- ¿Presentaría Gran Hermano en un futuro?

R.- No digo a nada que no. No me veo todavía igual, pero vamos, Marta Flich tampoco la veíamos y mira como lo está haciendo, excelentemente bien.

P.- Igual la podían llamar para Supervivientes.

R.- ¿Tú crees? Bueno, sería cuestión de hacer un poquito más de deporte, y ponerme igual de guapa que Laura Madrueño.

P.- ¿Hay que tener cuerpo?

R.- Creo que sí, la tele incorpora que tú te cuides. Va en el pack. Quiero decir, no hay que ser guapa, yo no soy guapa, pero sí que te tienes que cuidar. Tienes que cuidarte, tienes que desmaquillarte bien para tener la piel bien, tienes que estar con buena postura corporal. Bueno, creo que toca cuidarse cuando eres imagen.

P.- ¿Tiene ya legión de odiadores, de haters?

R.- Pues tenía más en la radio. Me está sorprendiendo esto de la tele. De todas formas, te digo una cosa y esto lo aprendí de Joaquín Prat, porque él en su etiqueta dice «bloquear sin pestañear». Y yo, que siempre he sido muy dialogante y me ha encantado conversar e intentar llegar a posturas comunes, ¿sabes lo que hago ahora? Si alguien se mete conmigo dos veces, se acabó.