La marca de tractores Ebro resucita con una espectacular pick-up eléctrica
Un grupo empresarial quiere recuperar el nombre de la marca, y justo por donde empezó su legendaria historia: por el campo
A principios de los años noventa, un agricultor conducía su furgoneta por una provincia del noroeste español. Al pasar al lado de un enorme cartel publicitario en plena paramera, clavó sus frenos sorprendido de lo que acababa de ver. Detuvo su C-15 para releer varias veces el slogan expuesto. Acto seguido dio la vuelta, dirigió su Citroen hacia la casa de su vecino, y sin más explicaciones le propinó una paliza. Cuando se recuperó aquel pobre hombre, aun con los ojos amoratados, buscó al autor de la fotografía publicitaria para pedirle algo más que explicaciones.
La clave de su desdicha no residía exactamente en el flamante tractor Ebro de color naranja sobre el que se le veía apoyado en la pancarta anunciadora. En realidad se trataba de una campaña promovida por un banco, y por encima de la fotografía, podía leerse un «Con el dinero que me ha prestado el banco, me he comprado este tractor». Al parecer, durante la paliza, el agresor gritaba «y con el dinero que te ha dado el banco, no tenías para pagarme el dinero que me debes, ¿no?». La imagen se había hecho años antes, y no guardaba relación alguna con la realidad publicitada.
Este caso es tan rigurosamente verídico como que la marca de maquinaria agrícola con nombre de río fue uno de los ejes en la transformación del campo español. El agro ibérico pasó de la yunta de bueyes a la distribución por toda Europa subida en estos tractores.
Y a los 36 años, resucitó
La marca Ebro nació a mediados de los años 50, y siempre se caracterizaron por su buen precio, robustez y bajo consumo. Las últimas unidades se vendieron a inicios de los años 90, aunque la compañía como tal ya había desaparecido unos años antes, en 1987. Es ahora un grupo empresarial el que quiere recuperar el nombre, y justo por donde empezó su legendaria historia: por el campo.
La jugada no es hacerlo con vehículos agrícolas y de trabajo relacionado de forma directa con la tierra, sino con una espectacular pick-up, una suerte de todoterreno con caja abierta en la parte trasera que corra sobre ella. Y estando en pleno siglo XXI, nada de ruidosos motores diésel, sino que será un todoterreno 100% eléctrico. En su presentación durante el Salón del Automóvil de Barcelona, y de la mano del televisivo Jesús Calleja, la firma ha declarado que su primer producto dispondrá de una batería de nada menos que 100 kWh de capacidad. Gracias a ella, la potencia aplicada al suelo será de 299 caballos, con la que calculan una autonomía de unos 440 kilómetros.
El Ebro PickUp posee un espectacular y agresivo diseño que recuerda vagamente a los Rivian eléctricos; su prototipo será muy cercano a lo que se pueda encontrar el día en que se ponga a la venta. En lo visto, dispone de acabados con detalles minimalistas, como los faros delanteros, y líneas de cierto corte deportivo. Sus dimensiones son de 5,21 metros de largo, 1,84 de ancho y una altura total de 1,78. Con esas cotas ofrece un amplio espacio interior más que suficiente para albergar a cinco personas. Su espíritu no es urbano, sino más bien pensando para el mercado profesional y de servicios.
La caja trasera, de la que el fabricante no ha ofrecido datos de capacidad, asegura un gran espacio de trabajo para su uso en el campo o tareas técnicas. De la misma manera que en otros modelos afines, como el Ford F-150 Lightning, dispondrá de alimentación bidireccional para conectar herramientas eléctricas. Sus diseñadores entienden que su peso rondará los 2.500 kilos. Dispondrá de dos motores, y se podrá elegir entre tracción trasera o 4×4 cuando las circunstancias lo requieran. No hay imágenes ni detalles de su interior, y es de esperar que vayan apareciendo antes de su lanzamiento
Regalo industrial
Una de las sorpresas más agradables durante su presentación fue el anuncio de que se fabricará en la antigua factoría de Nissan, en Barcelona. Abandonada por el fabricante japonés, la compañía D-Hub se ha hecho cargo de ella, y aprovechará muchas de las infraestructuras de donde salía el Nissan Navara. El popular modelo en ámbitos rurales e industriales puede que sea el padre espiritual del Ebro PickUp, pero no el natural, aunque se parezcan. Son coches muy diferenciados en su diseño, debido a la ausencia de motor térmico y todo lo que ello conlleva en uno, y la presencia de la propulsión eléctrica en el otro. Lo que sí parece cierto es que la maquinaria y sistemas industriales que crearon un modelo servirán para producir al heredero de sus instalaciones.
Todo ello partirá en un proyecto bastante ambicioso, y en el que participarán en mayor o menor medida un conglomerado de compañías como Jatón Racing, Api Brothers, BTech, Nexus Projects, QEV Technologies y Ronn Motor Group. Para moverlo todo se estima una inversión de unos 1.000 millones de euros para los próximos cinco años en varias fases. Esto tendrá afección directa en las áreas de diseño, producción y marketing, con la creación de unos 4.000 empleos directos y 10.000 indirectos. Ya se piensa en más modelos, y una producción de unas 50.000 unidades hacia el año 2027. Según aseguró en la presentación la cabeza visible del proyecto, Pedro Calef, ya hay peticiones desde cinco países del entorno europeo, y están estudiando otros mercados, especialmente Latinoamérica.
La idea de los responsables es que el primer turismo de la marca Ebro esté en las calles a finales de 2024 o principios de 2025; sería tras 38 años de la desaparición de la firma en su anterior vida. Es posible que veamos rodar los primeros Ebro PickUp en 2024, setenta aniversario de su fundación. Y no se quedan ahí en sus planes, sino que ya miran de reojo a la propulsión de hidrógeno, que irán implementando cuando la tecnología esté madura. Y si algún día ven a un conocido en un anuncio al lado de un vehículo Ebro con el que tienen alguna diferencia, pregunten antes de hacer nada de lo que se puedan arrepentir después.