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Nissan dice adiós a Barcelona tras 38 años con 25.000 familias sin una alternativa

El cierre se anunció en mayo de 2020 y, desde entonces, Administración pública y empresa han sido incapaces de encontrar una solución

Nissan dice adiós a Barcelona tras 38 años con 25.000 familias sin una alternativa

Nissan comienza la producción del Patrol en Zona Franca (1983). | Nissan

Nissan ya ha parado definitivamente su producción en Barcelona y pone fin a 38 años de historia. Este jueves sobre el medio día salió de la línea 2 de la planta de la Zona Franca la última unidad de la pick-up Navara y este viernes hay una nueva reunión de la mesa de reindustrialización para intentar encontrar una solución para las más de 25.000 familias que dependen directa e indirectamente de esta fábrica.

El jueves pasado ya dejó de operar la línea 1, que producía la furgoneta eléctrica e-NV200, mientras que las factorías de Montcada i Reixac y Sant Andreu de la Barca (Barcelona) pararon su actividad también la semana pasada. Estas se encargaban de fases más tempranas del ciclo de producción de los vehículos.

Ahora los trabajadores están a la espera de una alternativa antes de que el fabricante japonés comience a desmantelar las instalaciones. El 31 de diciembre es la fecha tope para que Gobierno, Generalitat de Cataluña y Nissan alcancen un acuerdo con otra compañía para que miles de personas no se queden sin trabajo.

Los trabajadores comenzaron una oleada de protestas y consiguieron, tras más de 36 horas de mediación y meses de huelga, que la empresa se comprometiera a no realizar «despidos traumáticos» hasta finales de 2021. La cifra total de despidos es de 2.525 personas -unas 1.000 se han acogido a salidas voluntarias indemnizadas o prejubilaciones-, después de que la multinacional decidiese mantener el centro de recambios de El Prat, donde trabajan unas 110 personas, y se abriera a dejar fuera del expediente a otras 400 personas.

El cierre de las instalaciones catalanas se anunció en mayo del año pasado y, desde entonces, tanto la Administración pública como la firma asiática han sido incapaces de encontrar una alternativa viable. Ahora tienen el reto de encontrarla en menos de dos semanas. La china Great Wall Motor (GWM) era la opción que sonaba con más fuerza, pero este lunes sorprendió al retirar su oferta.

Primera unidad del Nissan Patrol fabricada en Zona Franca (1983).

GWM planteó en un principio una inversión de 200 millones de euros para fabricar 150.000 vehículos al año y a finales de noviembre dobló la previsión. Tras una auditoría en la instalación de la Zona Franca llegó a cuestionar la capacidad productiva de la planta y pidió más dinero público y una rebaja del alquiler. El Ejecutivo cedió, pero parece que no fue suficiente para la firma china.

Ahora, la mesa de reindustrialización, en la que también participan sindicatos y KPMG como asesora, tiene dos proyectos que se estudiaban como plan b. QEV Technologies, firma de ingeniería catalana especializada en soluciones de movilidad eléctrica, pretende crear el hub de Descarbonización de Barcelona (D-hub) y es la opción favorita tras el abandono de GWM.

Se trata de un consorcio de 30 empresas -como las suecas Inzile y Volta Trucks- en el que QEV Technologies ejercerá como empresa tractora. La compañía se plantea la posibilidad de desarrollar y producir un coche eléctrico pequeño, orientado al uso privado, carsharing y reparto de última milla. En teoría, se fabricarían 100.000 coches al año para flotas y pretende tejer un parque industrial con 2.000 millones de inversión.

Por su parte, el fabricante catalán de motos eléctricas Silence, del que Acciona es el principal accionista, también está en la terna de candidatos. Podría fabricar el modelo S04 para Seat en la planta de Montcada, alcanzando las 30.000 unidades anuales a partir de 2026 y tras invertir 30 millones de euros.

Otras opciones, pero que se estudian como secundarias, son las propuestas logísticas de la australiana Goodman y Merlin Properties. En casi 40 años, la planta de Nissan en la Zona Franca de Barcelona, con una superficie de 517.000 metros cuadrados, ha marcado numerosos hitos. Desde que Nissan fabricó en la factoría su primer vehículo en Europa, el Nissan Patrol, la compañía ha producido más de 3.345.000 millones de unidades y 15 modelos diferentes en Barcelona.

Cádiz en el origen

La historia de Nissan Barcelona comenzó a fraguarse muy lejos de la Ciudad Condal. En 1920, nació en Cádiz Ford Motor Company, y tres años más tarde, la empresa se trasladó a Barcelona. Ya en 1929 se transformó en Ford Motor Ibérica con una ampliación de capital y la entrada de nuevos socios. En 1954, la empresa es nacionalizada y pasa a llamarse Motor Ibérica, pero no sería hasta 1967 cuando estrenó las instalaciones en la Zona Franca de la capital catalana.

Nissan Motor compró 13 años más tarde una participación de Motor Ibérica, iniciándose así una nueva etapa en la que el fabricante japonés llegó a ser el propietario del 100% del capital de la compañía y se pasó a denominar Nissan Motor Ibérica. Si no llega una alternativa viable, será el tercer gran cierre de la automoción española tras las de Santana en Linares (Jaén) en 2011 y Mercedes-Benz en Barcelona en 2007.

El propio Ministerio de Industria, Comercio y Turismo ha advertido a Nissan de que echar el cierre en Zona Franca le costará más de 1.250 millones de euros. La firma asiática sí sigue operando en los centros de Ávila y Cantabria, que fabrican componentes para la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi y entre los dos suman unos 1.000 trabajadores.

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