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El pasatiempo favorito de los youtubers más exitosos parece ser destruir coches carísimos

Destruir Ferraris o Lamborghinis se está convirtiendo en uno de los contenidos más habituales entre ‘influencers’ famosos

El pasatiempo favorito de los youtubers más exitosos parece ser destruir coches carísimos

El Ferrari F8 del youtuber norteamericano Cody Detwiler tras incendiarse en un campo de maíz. | RRSS

Los hay de todo tipo. Los hay que dan clases de cocina, que hacen guías de viajes, manuales para adelgazar, que dirigen sesiones de ejercicios físicos, cómo encuadernar libros, o cuidar plantas. Pero los youtubers que más éxito parecen tener tienden a coincidir en un punto común: destruir coches que se acercan al cuarto de millón de euros.

Esa parece ser la mayor afición de los creadores de contenido más exitosos, y un buen ejemplo es el norteamericano Jimmy Donaldson. Conocido como «Mr. Beast», tiene alrededor de 330 millones de suscriptores en su canal de YouTube en el que realiza espectaculares videos con las ideas más locas y al mismo tiempo llamativas.

Una de ellas, publicada esta semana, dura tan solo doce segundos. En ella hace pasar varias veces un Lamborghini entre dos postes unidos por tiras de cinta americana. Al principio son unas pocas, más tarde unas cuantas más, y el incremento de tiras de cinta adhesiva reforzada va en aumento hasta llegar a las 15.000 tiras, que logran arrancar de cuajo el parabrisas y capó delantero del biplaza italiano. Cuando la cifra se eleva hasta las 25.001 tiras, el Lamborghini celeste sucumbe ante el impacto con la pared de cinta americana.

Hay quien piensa que se trata de un montaje hecho con inteligencia artificial debido a diversas sombras y detalles sospechosos, aunque bien podrían ser parte de un rodaje defectuoso. Lo que sí es 100% cierto es que el vídeo lleva 192 millones de reproducciones solo en YouTube y esto conduce a unos cuantiosos beneficios económicos por parte del Sr. Bestia.

Del que no existe duda alguna sobre su autenticidad es del destrozo en forma de incendio de un Ferrari F8 por parte de un tipo llamado Cody Detwiler. Este youtuber posee una comunidad de ocho millones y medio de seguidores en YouTube, y adquirió este vehículo con una sola idea en mente: destruirlo. Le sacó bastante partido porque rodó varios vídeos con él. En alguno de ellos muestra un abanico de derrapes y excesos en pistas de tierra, un lugar poco recomendable para un deportivo, le arroja objetos, o ejecuta maniobras que harían sufrir al más duro de los vehículos militares.

La guinda a sus acrobacias llegó de forma inesperada cuando entró, dando saltos, en una plantación de maíz ya recogido. Sus derrapajes y demostraciones cesaron cuando una de sus ruedas empezó a arder. De alguna forma, el Ferrari transmitió su calor a los restos secos en el suelo, que acabó ardiendo y prendiendo fuego tanto al deportivo rojo como a una furgoneta de alquiler que le acompañaba.

Los 400.000 dólares que se gastó en el coche desaparecieron volatilizados tras convertirse en cenizas, al igual que la furgoneta. Detwiler, conocido en su canal como WhistlinDiesel, no parecía decepcionado por la pérdida, sino porque el incidente le había impedido grabar más contenido. En un video posterior, el youtuber aseguró que se compraría otro. Parte del dinero lo sacará de vender lo que quedó del Ferrari, a modo de recuerdos, a su audiencia (a razón de más de 300 euros la pieza).

Un caso paradigmático es el del ruso ЛИТВИН, que en caracteres latinos se podría transcribir como Litvin. Con 12,7 millones de suscriptores, una de sus mayores aficiones es la de torturar coches. En uno de sus vídeos, sale ataviado con un abultado abrigo de pieles, botas de nieve y unas bermudas. Con ellas y en mitad de un descampado cubierto por la nieve, hace estallar un BMW tras bañarlo en gasolina y dispararle una flecha incendiaria con un sofisticado arco.

Uno de sus grandes éxitos consistió en arrojar una lata gigante de refresco de unas tres toneladas sobre un Lamborghini Urus. La versión más barata del SUV italiano cuesta algo más de 350.000 euros y es necesario reservarlo con cierta antelación; no hay existencias en los concesionarios. Sin embargo, a Litvin no le importó machacar el Urus con la lata gigante de color rosa, porque se trataba de una campaña publicitaria en el lanzamiento de una bebida energética de su propiedad, Lit Energy.

El ruso pretende establecerse como un nombre destacado en el sector y en competencia con Red Bull, Monster o Prime. Como parte de su campaña de lanzamiento, decidió adoptar este inusual enfoque. Aparcó el Lamborghini Urus en la nieve, y creó una lata colosal de bebida Lit Energy de color rosa, la suspendió sobre el todoterreno de lujo utilizando una grúa, y cuando todas las cámaras estaban en su sitio y grabando, la dejó caer sobre el SUV de color blanco. Toda la parte trasera del Urus quedó reducida a la nada.

La cabalgata de las valquirias sonando de fondo

Peor le salió la jugada a Suk Min Choi, que se presenta en su canal como Alex Choi. Este influencer californiano no tuvo otra ocurrencia que alquilar un helicóptero y bombardear desde el aire un Lamborghini con fuegos artificiales mientras rodaba por un descampado. Choi, de 24 años, fue detenido el 4 de julio de 2023, y acusado por la judicatura de colocar artefactos explosivos o incendiarios en una aeronave.

El vídeo fue rodado un mes antes en el lago seco de El Mirage, en San Bernardino. La falta no fue tanto el intento de destrucción del deportivo, sino arrojar pirotecnia sin permiso. Más tarde descubrieron que hubo más faltas, porque en California es ilegal vender este tipo de cohetería; lo compraron en el vecino estado de Nevada. El vídeo fue retirado de las redes sociales de Choi, aunque se pueden ver fragmentos en Internet.

iPhone 1 – McLaren 0

Uno de los casos más recientes es el del youtuber Jack Doherty. El pasado 5 de octubre, este veinteañero de Florida estampó contra las protecciones de una autovía en el entorno de Miami un McLaren valorado en más de 200.000 euros. Lo reprobable del asunto es que lo hizo mientras conducía bajo la lluvia, al tiempo que mandaba mensajes de texto con su teléfono. La hazaña quedó inmortalizada para la posteridad porque a su lado iba uno de sus mejores amigos realizando una retransmisión en directo.

Con casi 15 millones de seguidores, no detuvo la transmisión, y siguió enviando señales en directo tras el accidente. En ella se pudo ver a su amigo, sangrando en la cabeza, el coche destrozado, y la llegada de las asistencias. Más tarde envió a sus redes sociales fotografías de los dos en el hospital. El dinero que gana le permitió comprarse el deportivo británico, pero no le dio lo suficiente como para adquirir la sensatez de la que carece.

En España, el artículo 76, apartado G de la Ley de Tráfico castiga esta imprudencia con 200 euros de multa y seis puntos en el carnet de conducir. En Estados Unidos no ha recibido sanción alguna por las autoridades, pero la plataforma de vídeos Kick, donde exponía sus videos, le expulsó debido a su conducta poco ejemplar. Doherty comenzó a hacer bromas y travesuras con doce años, y a los veinte tiene al menos cuatro vehículos más en su garaje, un Lamborghini Huracán entre ellos.

Un vídeo trágico

El caso más triste fue el de Andre Beadle. Este youtuber neoyorquino perdió la vida el pasado 6 de noviembre en un accidente con su BMW. Oriundo del Bronx y conocido en las redes sociales como «1Stockf30», conducía a gran velocidad por una autopista cercana al aeropuerto JFK, poco después de la 1 de la madrugada. Beadle perdió el control y chocó contra un poste de luz, según informó la policía de Nueva York. El asunto adquiere otro color cuando se sabe que lo que estaba haciendo era disputar una carrera callejera frente a una multitud no controlada.

Su BMW M240 de color morado tampoco era un coche normal. En videos grabados horas antes del accidente, se le veía en un taller y rodeado de amigos, donde mostraba la preparación especial del coupé. Sus 233.000 seguidores en Instagram y 58.000 en YouTube podían ver como su deportivo podía pasar de 0 a 100 km/h en poco más de tres segundos, producto de múltiples trucajes en el motor; de serie este coche es extraordinario, pero no alcanza esas cotas de aceleración.

De manera paradójica, su último vídeo fue uno que mostraba su trayecto hasta donde el destino le tenía preparado el final a su vida. Una desgracia, producto de un exceso, que casi retransmite en directo.

Los youtubers tienen un negocio que atender, en el que ofrecer imágenes espectaculares, stunts y espectáculo, pero casi todos ellos adoran hacerlo a lo grande, ya sea en forma de destrucción o con coches de lujo. Se conoce que hacerlo con coches normales atrae menos clicks.

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