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Capital sin reservas

Las cuatro estaciones de Sánchez, con sus Prisas y sus Indras

«La urgencia por lanzar la serie sobre el presidente del Gobierno enfrenta a sus dos productoras y evidencia las tensiones ante un cambio de ciclo político»

Las cuatro estaciones de Sánchez, con sus Prisas y sus Indras

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno | EuropaPress

El presidente de Amber, Josep Oughourlian, empieza a mostrar los primeros síntomas agridulces del típico desengaño en su alianza con los delegados sanchistas que controlan la línea editorial, roja por supuesto, del Grupo Prisa. Aquellos a los que Juan Luis Cebrián calificó en su día como los brujos visitadores de La Moncloa se encuentran cada vez más atosigados por la deriva que pueda adquirir el buque insignia mediático ante un cambio radical del ciclo político y han dejado un tanto olvidados sus quehaceres al servicio del fondo activista que encabeza el financiero armenio. La desafección afecta de manera especial a Miguel Barroso, el hombre fuerte del Gobierno en la sociedad propietaria de El País y de la Cadena Ser, a cuyo consejo accedió hace un par de años en calidad, no se olvide, de administrador dominical en representación del propio Amber.

Oughourlian no ha encontrado el más mínimo respaldo institucional para hacer valer sus fueros como socio de referencia de Indra y tuvo que emplearse a fondo con toda la artillería jurídica cuando reclamó un puesto en el consejo de administración de la empresa tecnológica controlada por la SEPI. Amber tuvo que incrementar su participación accionarial hasta un nivel que permitiera solicitar la correspondiente representación proporcional y sólo así consiguió que su jurista de cabecera, Pablo Jiménez de Parga, pudiera sentarse en el máximo órgano de la compañía que ahora dirige José Vicente de los Mozos. Mientras todos estos avatares se sucedían, Barroso orientaba sus mayores influencias a impulsar la reelección de su antiguo colaborador, Luis Arroyo, como presidente del Ateneo, un proceso en el que han estado implicados otros ilustres correligionarios del zapaterismo rampante con el propio expresidente a la cabeza.

«Secuoya no quiere emitir el documental sobre Sánchez hasta después del 23-J y The Pool Talent teme que para entonces ya no interese a nadie »

Los hombres de Pedro Sánchez que manejan el timón de Prisa están estos días especialmente preocupados por asegurar la venta de la célebre docuserie de ‘Las cuatro estaciones’ realizada a mayor gloria del todavía presidente del Gobierno. El adelanto electoral ha provocado diferentes sensibilidades entre las dos productoras encargadas del documental, cuyo rodaje finalizó a primeros de año. Los responsables de Secuoya, la empresa inicialmente encargada del proyecto, no están por la labor de presionar a ninguna plataforma televisiva en estos momentos previos a la campaña electoral. Por el contrario, sus partners de The Pool Talent, que tienen el 50% de los derechos de emisión, empiezan a temer que toda su inversión se convierta en un mero trabajo para el inventario si a la vuelta de dos meses hay otro inquilino residiendo en el Palacio de la Moncloa.

La inestimable colaboración de Álvarez-Pallete

Las dos empresas tratan de poner sordina a un conflicto que amenaza incluso con llegar a los tribunales. Secuoya no quiere verse identificada políticamente con una programación que, en pleno ambiente electoral, levantaría ampollas en el Partido Popular como potencial ganador de los comicios. The Pool Talent ha amagado incluso con la posibilidad de comprar la participación de su socio porque considera, no sin razón, que transcurrido el 23-J los cuatro capítulos de la serie no tendrán ningún interés general y sólo servirán para infectar un poco más la herida que Pedro Sánchez pueda dejar en el seno de un PSOE hecho jirones. Las urgencias de The Pool Talent se entienden mejor teniendo en cuenta la vinculación de esta productora con uno de los socios de Prisa como es Andrés Varela Entrecanales, compañero de fatigas de José Miguel Contreras, el cuate por excelencia de Miguel Barroso, en anteriores negocios dentro del entramado audiovisual en España.

La agrupación formada por los dos Migueles con el representante de The Pool Talent resultó determinante hace un año para configurar un núcleo duro al frente de Prisa. Barroso demostró lo que vale un peine forzando a Telefónica para que vendiera un 7% de las acciones que poseía en el grupo mediático a la sociedad Alconaba, cuyo administrador es el citado Varela Entrecanales. Cierto es que José María Álvarez-Pallete tampoco puso muchos reparos en materializar una operación que ha generado fuertes suspicacias en los entornos empresariales cercanos a Alberto Núñez Feijóo. Queriéndolo o no, Telefónica propició con su desinversión la puesta en valor de un contrapoder con todos los predicamentos políticos en el viejo imperio de la familia Polanco. Una decisión en la que llovía sobre mojado porque no se olvide que Pallete favoreció previamente el asalto al poder con que Oughourlian desbancó de la presidencia de Prisa a Javier Monzón, el hombre de confianza de Ana Botín.

El tridente de Prisa, al que dentro de la casa identifican como la BCV de Barroso, Contreras y Varela, constituye a día de hoy la principal correa de transmisión con que se manejan los edecanes monclovitas dentro de una relación que ha ido ganando enteros en medio de las angustias electorales que acechan al líder socialista y en la que Telefónica sigue actuando como primer ayudante de cámara. Con estos mimbres el papel de Oughourlian se observa cada vez menos necesario, por no decir molesto, dada la obsesión que muestra por resarcirse como sea de sus fallidas inversiones. La impaciencia de Amber se ha hecho más ostensible en los últimos tiempos, máxime después de que el Gobierno haya frenado en seco el plan estratégico concebido para que Vivendi se convirtiere en el príncipe azul de Prisa con la adquisición de un 20% del capital.

Oughourlian busca tender puentes con Feijóo desde Indra

Tiene guasa que el célebre escudo antiopas para proteger a las empresas españolas en la crisis de la pandemia haya sido utilizado única y exclusivamente para echar por tierra la solución que Oughourlian había formulado de común acuerdo con sus amigos franceses. Barroso y compañía han puesto la proa desde el primer momento a la pretendida alianza entre Amber y Vivendi que obligaría a muchos de los altos cargos del País y la Cadena Ser a invocar la cláusula de conciencia si no quieren modificar sus más dignos principios doctrinales. Está visto que ni con Sánchez ni sin él tienen fácil remedio los males de Prisa por lo que el inversor armenio ha virado su instinto activista hacia Indra en busca de un nuevo lugar al sol aprovechando el cambio de rumbo que ha supuesto la designación de José Vicente de los Mozos como consejero delegado.

Oughourlian quiere sacudirse la etiqueta socialista que tuvo que asumir por exigencias del guion y ha visto el cielo abierto con la llegada del primer ejecutivo de Indra, que viene avalado no solo por su amistad de antiguo con Pablo Casado sino también por una recomendación expresa de Fátima Báñez. La que fuera ministra de Empleo con Mariano Rajoy representa un buen enlace para conseguir que Núñez Feijóo se ponga al teléfono y acepte sus nuevas cartas credenciales. Otros empresarios están haciendo lo propio y no muchos disponen de ofrendas tan suculentas como las que puede proporcionar el presidente de Prisa en esa misión proclamada de derogar el sanchismo. El dueño de Amber sólo necesita hacer honor a su condición y comportarse, sin más, como lo que es. Un fondo activista al servicio únicamente de sus inversores.

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