¿Fue María León víctima de un montaje policial?
No me gusta que se difunda la idea de que en este país los policías agreden a la gente sin razón y se inventan montajes por entretenerse
Antes de empezar tengo que explicar que yo he sido detenida dos veces.
La primera, en Miami. En aquella ocasión, saliendo de una discoteca, me peleé con mi acompañante, me negué a entrar en su coche, y no se me ocurrió mejor idea que intentar dirigirme a Pine Creek sola y andando. Yo llevaba tacones, minifalda y unas medias de rejilla. La Policía me detuvo porque una mujer vistiendo así, en la calle, a aquellas horas, y sola, parecía una prostituta. Bueno, al menos para ellos. Y ellos consideraron que yo lo era. (Y sí, en Miami, en aquella época, la Policía te podía detener por eso). No acabé en dependencias policiales porque les expliqué a los agentes toda la historia, y finalmente me acompañaron a casa y me advirtieron de que había corrido mucho peligro, pues estaba caminando sola por una zona particularmente conflictiva.
La segunda ocasión está narrada en la novela Amor curiosidad prozac y dudas. De eso hace ya treinta años. Yo salía de una discoteca en la carretera de Majadahonda con unas amigas, nos subimos a un coche, pusimos rumbo a Madrid, y en la rotonda había un control policial. Registraron nuestro coche y encontraron en la guantera una bolsa con unas pastillas. Nos llevaron detenidas a comisaría y pase allí varias horas. Resultó que las pastillas no eran ilegales. Que a mi amiga quienquiera que se las hubiera pasado le había estafado y le había vendido unas pastillas perfectamente inocuas. Y eso fue lo que nos salvó.
Voy a explicar que yo sí que sabía que mi amiga pasaba droga y que, emulando a Tamara Falcó, estoy agradecidísima a la Virgen de que me sacara del lío. Y que muchos años después, no soy la misma persona, que me arrepiento de los líos en los que me metía, de los personajes con los que me relacionaba y de las locuras que hacía. Y que, por supuesto, he aprendido de mis errores.
Por lo tanto, no soy yo quien para erigirme en juez moral de lo que haya hecho o deje de hacer María León con su vida. Es el juez al que deberá hacerlo en su momento.
Pero creo que es importante que se aclare un bulo que está corriendo por Twitter y por diversos medios. Un bulo que para colmo está corriendo desde la cuenta de un abogado prestigioso y desde una asociación de no menos prestigio.
Contrariamente a lo que se pretende hacer creer, sí, la Policía sí que te puede pedir la identificación si les estás grabando. Basta con echar un vistazo a la LO 4/2015 de Protección de la Seguridad Ciudadana, concretamente al artículo 16, que dice lo siguiente: «En el cumplimiento de sus funciones de indagación y prevención delictiva, así como para la sanción de infracciones penales y administrativas, los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad podrán requerir la identificación de las personas en los siguientes supuestos:
a) Cuando existan indicios de que han podido participar en la comisión de una infracción.
b) Cuando, en atención a las circunstancias concurrentes, se considere razonablemente necesario que acrediten su identidad para prevenir la comisión de un delito».
Es decir: se entiende que le han pedido el DNI a María León porque en el caso de que las imágenes de la Policía aparecieran en una cuenta anónima acompañadas de algún mensaje vejatorio estilo «atención al calvo éste: ¡ los de Sevilla! ¡a por él!», la Policía ya sabría quién habría filtrado esas imágenes. Y si esta prevención la marca la ley es precisamente porque en muchos casos han corrido imágenes de agentes. Las imágenes se editaban convenientemente para que pareciera que los agentes agredían a una persona, sin que se viera que en realidad estaban respondiendo a una agresión, y se incitaba a que si alguien reconocía a este agente en la calle le señalara públicamente. Ahora, si esto sucede, al menos se sabrá quién ha difundido las imágenes.
Mi miedo se centra en cómo se está vendiendo la moto de que vivimos en una república bananera con una Policía corrupta
Más allá de lo peligroso que es que un abogado afirme públicamente que unos policías se han extralimitado en el ejercicio de sus funciones cuando no lo han hecho y que demuestre no conocer la Ley de Seguridad Ciudadana, mi miedo se centra en cómo se está vendiendo la moto de que vivimos en una república bananera con una Policía corrupta.
A la extensión de esta idea se ha unido a la asociación pro derechos humanos de Andalucía. APDHA ha denunciado «la irregular actuación de los agentes que procedieron a la identificación de la actriz por el mero hecho de realizar una grabación con su móvil de la intervención de la Policía«. Y continúa diciendo en su comunicado: «Por desgracia, se trata de una práctica muy extendida entre las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado solicitar la identificación de la persona que está grabando una intervención policial, como forma de desalentar la fiscalización de la actuación de un servicio público».
Pues me parece a mí que, por desgracia, APDHA no se ha leído la ley. Y también me parece que, por desgracia, están contribuyendo a crear un debate falso.
Recordemos cuando Samantha Hudson se presentó en la gala de los premios Feroz con un top en el que se leía ACAB, acrónimo de All Cops are Bastards (Todos los policías son unos malnacidos). Esta frase la hemos visto en camisetas y en chupas en manifestaciones en todos los rincones del mundo, y se ha convertido en un lema para los movimientos anarquistas y antisistema. Y en estribillo de muchísimas canciones. El ejemplo más conocido es ACAB de la banda londinense The 4-Skins. (Un juego de palabras, que se pierde en la traducción, entre «Los cuatro skinheads» y «Los Frenillos»).
La liga antidifamación en Estados Unidos ha solicitado en numerosas ocasiones que se considere este acrónimo de ACAB como delito de odio. Atención: que la liga antidifamación es judía y que quería que la frase se considerara delito de odio porque se asociaba a movimientos skins y neonazis.
El drag queen Samantha Hudson fue premiado por el Ministerio de Igualdad, que lidera Irene Montero, con el Reconocimiento Arcoíris ‘Orgullo de País’ por su «esfuerzo y dedicación para hacer normal lo que es normal». La verdad es que yo no sé si la gente ve muy normal llevar esta frase impresa en una camiseta, pero les aseguro que si yo llevo una camiseta con esa frase en, digamos, Aberdeen, mis amigos que residen allí no lo verían muy normal. Y desde luego no me permitirían impartir una conferencia en la Universidad con semejante camiseta, mucho menos presentarme a una entrega de premios.
Desde cuentas afines a determinado partido político y, sobre todo, desde ese partido político, se nos vende la idea de que toda la policía de este país son una panda de corruptos. Últimamente se ha venido reforzando el mensaje cuando se ha sabido sobre el retraso en la ejecución de la sentencia de Isa Serra. Cuentas y más cuentas han incidido en el mensaje de que Isa Serra ha sido víctima de un montaje policial. El propio ex vicepresidente del gobierno ha hecho unas declaraciones tremendamente polémicas reforzando esa afirmación desde la ironía.
Aclaremos esto. He escrito un artículo sobre ello y pueden ustedes leerlo aquí.
En fin, que basta con haberse leído la sentencia para empezar a dudar de la teoría del montaje policial. Pero como en España sólo cuatro periodistas y unos cuantos curiosos nos hemos leído la sentencia, la tesis de que Isa Serra fue víctima de un montaje policial se ha extendido como la tinta entre los votantes de Podemos.
Recapitulando: La Ministra de Igualdad premia a una persona que aparece en una gala con un acrónimo que insulta a la Policía. El ex vicepresidente del gobierno realiza unas declaraciones en las que afirma que cree que ha habido un montaje policial contra Isa Serra. Los señores de Iglesias-Montero desconfían mucho de la policía.
Y, sin embargo, confían lo suficiente como para que en su momento reclamaran para proteger su casa un fuerte dispositivo de seguridad integrado por agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil. Un dispositivo de 50 agentes, con el gasto que esto conllevaba. Actualmente, en el 2022, se mantiene la vigilancia que una veintena de agentes del Cuerpo Nacional de Policía, en varios turnos, llevan a cabo en su chalet. Y se mantiene a pesar de que no se producen manifestaciones ni concentraciones cerca de su hogar.
Si realmente la Policía española fuera tan poco fiable y tan susceptible de realizar montajes en contra de los ciudadanos en general y de los políticos de Podemos en particular… ¿No sería lo más recomendable que dos políticos de Podemos no tuvieran apostados a unos agentes en la puerta de su casa todo el día?
También resulta tremendamente triste que cuando defiendes la actuación de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del estado te llamen fascista. Fascista es ahora el insulto comodín que usan personas que no han vivido nunca el fascismo y que por lo tanto no tienen ni puñetera idea de lo que es o lo que ha significado.
Yo vivo en una zona peligrosa, en el distrito centro, el segundo distrito más peligroso de mi ciudad, según los datos de la propia Policía. La Policía informa de que, en un año, aquí, en mi distrito, se han producido alrededor de 1500 delitos peligrosos. Y alrededor de 600 detenciones por otros diferentes motivos. Es decir: 2000 detenciones al año ocurren en este barrio, generalmente por hurto y por asaltos a mano armada.
Obviamente, viviendo aquí durante más de 20 años he sido víctima de atraco navaja en mano. Han entrado en mi domicilio a robar. He auxiliado a turistas a los que les han quitado el bolso por el famoso método del tirón. Me he peleado con el portero de un garito que amenazó con pegarme porque me llevaba a un perro. Un perro cuyo dueño había dejado al animal en la calle atado durante cuatro horas, mientras él estaba dentro tomando copas con unas amables señoritas.
Pues eso: que después de más de 20 años viviendo aquí tendría material para varias novelas en las que se narraran mis cuitas habituales contra el crimen nada organizado. Y de la misma manera que puedo contar que la Policía me arrestó cuando yo era joven, también puedo decir que en todos los casos en que he solicitado ayuda de la policía, la policía me ha ayudado y ha sido extremadamente amable conmigo.
¿Hay policías corruptos en España? Los habrá, por supuesto, como en todas partes. ¿Es la Policía española un cuerpo particularmente corrupto? No. Ningún informe internacional lo señala así. De hecho, en el ranking de los 100 países del mundo con mayor percepción de corrupción policial por parte de sus habitantes ni siquiera aparecemos. Y sí que aparecen Italia, Israel o Francia.
¿Fue Isa Serra objeto de un montaje policial? No. Cuando los policías señalan a Isa Serra, Isa Serra no era en absoluto conocida como miembro de Podemos, un partido que se había fundado cuatro días antes. Isa ni era un personaje mediático ni salía en medios.
¿Agredieron los policías a un ciclista en Sevilla? Sabemos que la Policía recibió un aviso de que un ciclista iba conduciendo con una copa en la mano y en evidente estado de ebriedad y que podía suponer un peligro para los transeúntes. ¿Qué narices iba a ganar la Policía agrediendo a un señor al que no conocían de nada y contra el que no tenían nada en absoluto, puesto que no le conocían? Y, sobre todo, ¿qué gana la policía acusando en falso a una actriz famosísima y muy querida por el público? Más bien, yo diría lo contrario: que haciendo eso solo se van a crear problemas, como ha quedado demostrado.
Que María ha podido tener un calentón, o que haya podido haber un malentendido, o que allí estuviera todo el mundo borracho a las tantas de la mañana y se liara todo… Yo no sé lo que pasó. Como digo al principio de este artículo, no soy yo quien para lanzar la primera piedra, ni para juzgar a nadie por ir borracho en la calle a las tantas de la mañana, porque a mí me han detenido dos veces y más que alcohólica anónima he sido una borracha conocida en mi barrio, ese barrio peligroso del que ya les he hablado antes.
No sé lo que pasó, ni quiero demonizar a María León en absoluto. Ya le juzgará un juez si es que en algún momento tiene que juzgarle. Pero no me gusta que se difunda la idea de que en este país los policías agreden a la gente sin razón y se inventan montajes por entretenerse. Sobre todo cuando semejantes ideas se mueven desde las cuentas afines a un partido cuyas cabezas visibles más importantes son un matrimonio que no tiene ningún prurito ni pundonor en servirse de la Policía para que les custodie la casa. Un privilegio al que el resto de los mortales no podemos acceder. Entre ellos, los mortales que vivimos al lado de narcopisos y a los que alguna vez los responsables de los susodichos narcopisos nos han amenazado. Y me dirán ustedes que la Policía tampoco entra en los narcopisos. Y no, no entra. Porque los jueces no le suelen dar la autorización.
Claro que en España hay Villarejos, por supuesto. Pero, en mi experiencia viviendo en el segundo distrito más peligroso de Madrid, en general los policías de a pie de calle son personas en las que puedes confiar.
La conclusión de este artículo es que creo que son muy peligrosas las declaraciones de un ex vicepresidente y de sus cuentas satélites, que viralizan entre la sociedad unos mensajes corrosivos para sus cimientos: uno, que solo hay Justicia si me dan la razón. Y dos, a que la Policía mola cuando me protege a mí… pero no sabe proteger a nadie más.