Cuando te cortan la cabeza en directo
«En cuanto uno pone el pie en una cadena de televisión, lo primero que debe asumir es que su vida, no hablemos ya de su salud mental, corre serio peligro»
¿En qué momento se jodió el Perú? La pregunta más importante de la historia de la literatura latinoamericana pudo, al fin, encontrar una respuesta: el 3 de junio de 2023, cuando los demonios de las erratas poseyeron al productor José Malpartida, que cerró el sobre que contenía un interrogante dedicado a una candidata, sin percatarse que el texto decía «¿Cuál consideras tú que es tu mayor medio?» en lugar de «¿Cuál consideras tú que es tu mayor miedo?».
El silencio de la miss no auguraba nada bueno, aunque de todos es sabido que las misses son más de desfilar que de declarar, pero la muchacha, demudada, no sabía a qué se enfrentaba, sin imaginar que estaba a punto de ver cómo el Perú se le venía encima a Malpartida, qué digo el Perú, el mundo entero, que hoy en día todo se viraliza y cualquier memez se cuela por las rendijas de todos los rincones mundo.
Al abrir el sobre y darse de bruces con el fallo, el conductor Andrés Hurtado sintió una punzada de vergüenza que, en vivo y a la velocidad de la luz, se transformó en ira. Con su cara compuesta por una suerte de máscara barroca post hispánica que parecía haber hundido su cuello en su cuerpo por el enorme peso, su dentadura perfectamente encajada, su cabello cincelado a laca y mano, Andrés reaccionó como la diva que no contempla quedar como simple mortal ante un público que lo idolatra: «Yo al frente del país no voy a quedar mal como conductor. Como productor, me gustaría que te cerciores antes de darme la pauta, porque no se trata de hacer un programa así como así. Yo soy quien da la cara».
«Incluso Risto ha querido hablar con él. Ya saben, el que humillaba a adolescentes que soñaban con ser cantantes»
Y su cara ocupa mucha pantalla. Tanta, que apenas podía verse la de la Malpartida, empequeñecido ante la furibunda diatriba del presentador estrella de Panamericana TV: «Te pido, por favor, que des un paso al costado como productor del programa Sábado con Andrés. Deja tu puesto a uno de los chicos. Acá las cabezas se cortan inmediatamente. No lo puedo permitir. Termina el programa y dejas tu trabajo, ¿sí?». No es la primera cabeza que ha cortado Andrés en su programa. Hace un mes le tocó el turno a un técnico de sonido.
Las imágenes del despido han despertado el interés por Andrés Hurtado. Ojo que no hay que perder de vista al tipo, que aspira a convertirse en presidente del Perú tras haber mostrado en distintas ocasiones sus aspiraciones a dar el salto a la política nacional. Veremos cómo se dan los consejos de ministros, al menos prometen tensión y suspense. Y las televisiones, tan dadas a mirarse el ombligo, han encontrado un filón en su excéntrica figura.
Incluso Risto ha querido hablar con él. Risto. Ya saben, el mismo que humillaba a adolescentes que soñaban con ser cantantes y se daban de bruces con un amargado que lo más elegante que les decía es que parecían un consolador («perfecta en la ejecución, pero fría en el sentimiento», en este caso, palabras dedicadas a Lorena Gómez), ahora metido a defensor del débil: «Lo que has hecho es de sinvergüenza», le ha espetado el catalán al peruano, que ha terminado por hacerle una oferta al entrevistador: «Lo que pasa es que tú le tienes miedo a tu productor, tú le dices amén. Si a ti te pasa eso. No tengas miedo, yo te doy trabajo». Si al final toda esta bronca ha servido para que Andrés se lleve de refugiado a Risto, bienvenida sea la polémica. De hecho, rogamos que siga.
Por esas cosas, aunque les cueste creerlo, decimos que la televisión es una profesión de riesgo. Y no nos referimos solo a quienes alimentan su ego delante de las cámaras, no: en cuanto uno pone el pie en una cadena de televisión con un contrato debajo del brazo, lo primero que debe asumir es que su vida, no hablemos ya de su salud mental, corre serio peligro. Uno de los primeros gremios en asumir esa realidad y adaptarse a ella es el maquillaje y peluquería, que poco a poco se fue convirtiendo en el CNI de cualquier cadena.
Si la información es poder, por debajo del CEO está maquillaje y peluquería: todos los rumores, la noticias, los nombramientos o los despidos pasan por esas sillas y esos espejos iluminados. Ahora mismo, entre coloretes y espuma para el pelo, en las salas de peluquería de Panamericana TV ya sabrán si, Leonardo Bigott, gerente general de la cadena, ha contratado de nuevo a José Malpartida. No es una broma, no sería la primera vez que lo hace.