Más gasto y menos déficit igual a impuestazo
«Según Montero, el techo de gasto va pareciéndose cada vez más a las inalcanzables bóvedas de una catedral gótica»
Ilustración de Alejandra Svriz.
Los Presupuestos Generales del Estado dan sus primeros pasos entre dudas fundadas sobre su coherencia no sólo con las necesidades reales de la economía española, sino con las normas de control fiscal que restablecerá la Unión Europea con el nuevo año. La ministra de Hacienda y vicesecretaria general del PSOE se deja llevar más por su compromiso partidario que por su ministerio y promete una especie de cuadratura del círculo en la que crecen los gastos de la Administración Central, aumenta la dotación a las comunidades autónomas y, a pesar de ello, se reduce el déficit para llevarlo al 3 por ciento. Es como un cuento de Navidad.
Según la ministra y vicesecretaria general del PSOE y así se lo creyó el Consejo de Ministros, el techo de gasto va pareciéndose cada vez más a las inalcanzables bóvedas de una catedral gótica. Ya está en la cota de los 199.120 millones, supongo que con un esfuerzo ímprobo por no alcanzar o superar los 200.000 millones psicológicos. La cifra supera en el 0,5% la del año anterior. Sin contar los fondos europeos, el aumento sería del 9,3% y, a pesar de ello, la autora del cuento interminable los califica de «prudentes», categoría difícil de precisar.
Hay razones para desconfiar de los propósitos del Ministerio de Hacienda. Además de la coerción de las reglas fiscales de la Unión, las propias previsiones económicas del Gobierno apuntan a un ejercicio 2024 en el que la economía a duras penas crecería el 2% (cuatro décimas menos que en su penúltima previsión). Más gasto, menos ingresos por la caída de la actividad y menos déficit. Conclusión, impuestazo a la vista con efecto desde el primero de enero, aunque los Presupuestos no se aprueben hasta marzo o abril. ¿Tragarán todos los socios del Gobierno con una subida considerable de impuestos?
«Esta oferta de permitir déficit a las comunidades autónomas también tiene truco, aunque a algunos en el PP parece que no les interesa verlo»
La señora Montero ha buscado para la ocasión la complicidad de las comunidades autónomas, convocando esa cínica asamblea denominada Consejo de Política Fiscal y Financiera. Lo de cínica va porque el reglamento del citado Consejo fija que el Gobierno central cuenta en cualquier caso con el 50% de los votos. Es decir es una reunión para decir que sí a lo que proponga el Gobierno, porque en ningún caso será que no. (Lo llaman ley del embudo).
La rebatiña de Hacienda aumenta las transferencias a las autonomías el 14,9%, sin embargo, no habrá posibilidad de incurrir en el déficit del 0,1% que les ofrece la señora Montero si el PP con su mayoría en el Senado maniobra para obstaculizar la aprobación de la senda de déficit y con ello frena los Presupuestos.
Es decir que el Gobierno, lejos de estimular la austeridad y el equilibrio presupuestario en las comunidades autónomas, lo que hace es brindar la posibilidad de gastar más de lo debido. Así podrán mantener la escandalosa cifra de organismos, fundaciones, consorcios, entes públicos, sociedades mercantiles, etcétera que constituyen la administración clientelar paralela, formada por casi 1.400 chiringuitos, para el conjunto de autonomías. Esta oferta de permitir déficit a las comunidades autónomas, como ven, también tiene truco, aunque a algunos en el PP parece que no les interesa verlo.
