La baja autoestima es cosa de ganadores: las lecciones que nos deja 'Succession'
«Succession me viene que ni pintada para explicar el concepto equivocado que solemos tener sobre la autoestima»
Succession se llevó a casa el Globo de Oro a la mejor serie dramática de televisión. La serie de HBO ganó su tercer Globo en la categoría, tras sus victorias en las ceremonias de 2020 y 2022. Y se ha llevado unos cuantos globos más: mejor actriz, mejor actor, mejor actor de reparto. Un récord histórico.
Recibí con entusiamo la noticia de que Succession se ha llevado una avalancha de premio en los globos de oro. Y la recibí con entusiasmo no porque me haga particular ilusión que gente a la que no conozco de nada se lleve premios , sino porque estuve verdaderamente enganchada a la serie y llegué a verme la última temporada casi entera en un atracón (binge watching, lo llaman). Teniendo en cuenta que casi nadie comparte mis gustos y que en general veo series rarísimas que no le interesan a nadie más que a mí, comprobar por primera vez en mi vida que mi gusto lo compartían un montón de ciudadanos y de críticos me llenó de orgullo y satisfacción y me hizo sentirme un poquito menos rara.
Succession es el sueño de cualquier psicólogo. Y de hecho tengo entendido que hubo psicólogos y psiquiatras asesorando en la serie. Es más que obvio que los personajes nos captan porque están muy bien creados y porque en cierto modo representan a partes de nosotros mismos que desearíamos ser… y a otras partes que tenemos dentro pero que no queremos ver.
Pero esta serie me viene que ni pintada para explicar el concepto equivocado que solemos tener sobre la autoestima. La idea popular es que una persona con autoestima es una persona que aparenta ser muy segura de sí misma. Y que por lo tanto una persona apocada, calladita, tímida, poca cosa, no puede tener autoestima. Pero esto no es así.
Tener autoestima básicamente significa amarse a sí mismo y estimarse a sí mismo y tratarse con afecto y respeto. La autoestima en psicología se refiere al sentido general que se otorga una persona a sí misma en función de su visión subjetiva de valor o valía. Y a partir de ese sentido, se tratará y se respetará a sí misma mejor o peor. Una persona aparentemente tímida, calladita y poca cosa puede tratarse bien y escoger para así una pareja que le complemente, un trabajo que le guste, y una casa que perciba como un refugio seguro y cómodo. Mientras que esa otra persona carismática y aparentemente tan segura de sí misma, que impone su presencia en cuanto llega a un local y sobre cuya figura se abaten todas las miradas, muchas veces toma las peores decisiones, bebe como un cosaco, fuma como una chimenea, se droga con todo tipo de sustancias legales e ilegales, se lía con lo peor de cada casa, elige los trabajos más estresantes y peligrosos y vive en un cuchitril que ni cuida ni limpia ni decora (estoy segura de que alguna lectora se habrá liado con alguien así y reconocerá la descripción).
Los personajes de Sucession son del tipo dos. De los aparentemente muy seguros de sí mismo que luego se dedican a destrozar su propia vida y de paso las de los que tienen la mala suerte de cruzárselos en el camino. Todos están heridos y todos se dedican a herir de paso a los que tienen alrededor. Son infieles a sus parejas, traicionan a sus hermanos, pisotean a sus compañeros de trabajo, y van sembrando el caos a su alrededor. Pero son, eso sí, guapos, carismáticos e inteligentes y ricos.
Hablemos un poco de autoestima, y de por qué ningún personaje de Succession tiene una autoestima sana.
Logan , el tirano
Logan Roy: Psicópata, narcisista y maquiavélico – Inmediatamente retira la atención de sus hijos después de dársela, se burla de cualquier signo de vulnerabilidad emocional.
Logan encarna el arquetipo del gobernante poderoso, que exuda dominio, control y autoridad. Como jefe de la familia Roy y del imperio mediático, ejerce un poder inmenso y valora la lealtad y el mantenimiento del control.
Logan arrastra un pasado traumático desde su dickensiana infancia en Dundee, y su no menos agradable adolescencia y juventud en Canadá. Logan carga con una mochila casi imposible de llevar. Sus padres han muerto, ha pasado por la escasez y la miseria y luego por el maltrato, tanto físico como psicológico, de su tío. Y, por si esto fuera poco, se culpa a sí mismo de la desgracia de su hermana. Se odia a sí mismo, y para no tener que enfrentarse consigo mismo, crea un enorme imperio en el que pueda controlar prácticamente al mundo entero y que le tenga entretenido para distraerle del odio que lleva dentro. Se odia tanto que odia a sus propios hijos, a los que enfrenta entre sí solo por diversión.
Una de las pruebas más obvias de su baja autoestima es su poco autocontrol. Sus accesos de ira son desmesurados y repentinos. Salta porque no puede aguantar que le lleven la contraria. Como en el fondo sabe que todo lo que ha creado es un personaje y una máscara, cuando alguien le contradice él siente que se abre una grieta en la armadura que se ha puesto y eso le hace percibirse como débil. Y no puede permitirse sentirse débil porque en su infancia cuando fue débil casi no sobrevive. Para Logan la supervivencia es fundamental
Recuerda esto: Las personas que sufren accesos de ira suelen ocultar así el miedo y la inseguridad. Suele pasar con los perros que han sido apaleados: es muy fácil que muerdan, porque viven con miedo. El carácter pendenciero no es signo de una buena autoestima, sino de todo lo contrario.
Logan no ha superado una herida primaria, y lleva dentro un vacío enorme, que intenta regular a través de la grandiosidad, el poder, el control y la dominación. Él cree que mientras tenga éxito, gane, supere a sus competidores y controle a todos en su órbita, estará bien.
Como tantos magnates archimillonarios del mundo real, no puede parar, porque está motivado por un ego megalómano y una fuerte necesidad de convencer a los demás (y a sí mismo) de que es el más grande. Y al igual que otros narcisistas muchimillonarios hechos a sí mismos, lo impulsa un hambre insaciable de ser reconocido por los demás y recibir lealtad y respeto incondicionales de los demás: cualquiera es el enemigo, en el momento que no le diga a todo que sí y no baile al son de sus caprichos.
Logan también exhibe claras tendencias psicopáticas, en el sentido de que carece de empatía o preocupación por los sentimientos o el sufrimiento de los demás, incluidos sus propios hijos. Se siente con derechos sobre ellos y así refuerza el vínculo traumático que tienen con él al ofrecerles algo que parece amor o validación ( solo lo parece) y luego retirarlo. Este juego de refuerzo intermitente (te doy lo que quieres y te lo quito después) mantiene enganchados a sus hijos y a su mujer. Es el mismo juego que mantiene enganchadas a tantas mujeres que son adictas a una relación tóxica.
Shiv, la vampiresa
Shiv Roy: maquiavélica, manipula a su marido y a su entorno para conseguir lo que quiere.
Si bien Shiv parece muy segura ante el mundo exterior, anhela la validación externa. Shiv no recibió ni sigue recibiendo mucha atención y amor de su padre y de su madre ausente, una «madre nevera» que intercambió a sus hijos por dinero. Por tanto, Shiv busca este amor en fuentes externas, principalmente dos: un trabajo en el que se la vea como muy inteligente y una pareja que la apoye y que piense en ella con el mayor respeto. Está claro que Shiv está luchando contra una bajísima autoestima.
Al igual que el resto de los miembros de su familia, Shiv tiene un ego frágil que protege mediante logros profesionales. No importa cuánto logre, parece que nunca es suficiente para ganarse el respeto y el amor de su padre. Shiv valora constantemente su vida en términos de avances profesionales y reputación.
En principio parece la imagen misma de la seguridad y el control. Parece bellísima, incluso si en realidad no lo es, pero actúa como si lo fuera y ése es el secreto de las grandes seductoras. Flirtea con unos hombres guapísimos y seduce o casi seduce al mismísimo Alexander Skarsgård ( bueno, al magnate sueco interpretado por Skarsgård). Va siempre impecablemente vestida, tiene la réplica irónica adecuada a cada ocasión, y uno pensaría que Shiv es exactamente la mujer que una querría ser en un universo alternativo, pero…
Shiv presenta un fallo de autoestima muy grave que reconoceréis como común en algunas de las mujeres que conocéis. Es la típica mujer que no puede amar a un hombre que la ame a ella. Prometida primero y casada después con Tom, que está desesperadamente enamorado de ella, Shiv sabe que ella tiene el control de esta relación y no la querría de otra manera debido a sus problemas de control. Pero si por un lado necesita a un hombre que esté a sus pies, por el otro, le molesta que su pareja le profese esa devoción perruna, y por eso Shiv le es infiel. Pero no se conforma con serlo. Para acabar de dinamitar su matrimonio se lo cuenta a su marido. Y, como suele suceder en estos casos, su marido solo le empieza a interesar en el momento en el que él deja de estar interesado por ella. Estoy segura de que conoces a alguna mujer así cuya aparente seguridad aplastante esconde un constante auto boicoteo que es en realidad una manifestación del autodesprecio que se esconde tras la fachada compensatoria.
Kendall, el perrito apaleado
Kendall Roy: Psicópata, narcisista y maquiavélico: fluctúa entre acciones grandiosas y crisis existenciales, y sus luchas se manifiestan como adicción a las drogas. Casi con seguridad, también es bipolar.
Parece un perrito maltratado que pone ojitos de «ayúdame, arréglame». Lo curioso es que se presenta como desvalido pero a la vez es poderoso y millonario. Kendall se muestra como indefenso, patético y necesitado. En un momento, Kendall toca el cielo y al siguiente se derrumba en un lamentable desastre autodestructivo, obligado por sus adicciones, buscando coca, speed, lo que tenga a mano. Se enfurece, se derrumba, destroza el baño de su padre y luego ordena todo el desorden como un buen niño. Todavía es un niño debajo de su traje cortado a mano que cuesta veinte mil dólares. Actúa como un superhéroe, el hombre en el que su padre nunca le ayudó a convertirse, pero en realidad está vacío y carece una fuerza auténtica. Para algunas mujeres, esta mezcla es embriagadora: quieren acercarse, romper su fachada y ayudarlo en sus luchas contra sí mismo.
A algunas mujeres les gusta el hecho de que Kendall Roy actúe como un adolescente de mal humor. Se identifican con sus problemas, sienten que participan en su dolor. Quieren cogerlo en brazos, apretarlo contra sus pechos, acunarle, mimarle, mecerle Cuanto más lo abrazan, más creen que crecerán ellas mismas. Creen que cuando arreglen a Kendall, se recuperarán a sí mismas. Le darán lo que nunca recibieron. Quieren ser su madre y amarlo. Complementan a Kendall. Por eso su exmujer sigue manteniendo con él esa relación en la que nunca le suelta, por eso rápidamente él puede sustituirla por otra, también adicta, también millonaria.
Seguro que conoces a una mujer así (o eres así tú misma). Mujeres que se cuelgan por hombres que les dan pena y que quieren asumir el papel de rescatadoras. Esas mujeres también tienen un problema de baja autoestima.
Ronan, el payaso
Roman Roy: Narcisista – Avergonzado por su sexualidad, vive desesperado por impresionar a su padre. Los constantes comentarios crueles muestran su frágil ego
Inmaduro, creído y secretamente inseguro. La vida privilegiada de Roman lo ha dejado desconectado de las realidades del mundo. Pero su vida ha sido privilegiada en lo económico, ojo, no en lo emocional. No parece tomarse nada en serio y hace una broma inapropiada incluso en las ocasiones más formales. Como dice en un momento característico: «Hablo en serio, como el cáncer. Pero mucho más serio. Maldito cáncer del dinero». Es grosero, desconsiderado e indiferente, aunque, hay que reconocerlo, hilarante. Sin embargo, la actitud frívola de Roman es en realidad sólo un mecanismo de defensa.
Ronan creció sintiéndose no amado ( al igual que sus hermanos) y desde entonces ha estado buscando una sensación de validación. Cuando realmente se lo propone, en realidad no es un mal hombre de negocios.
Al principio de la serie creemos que está casado y tiene dos hijos. Más tarde nos daremos cuenta de que esa no es su mujer y esos no son sus hijos. En realidad, Roman es incapaz de tener relaciones estables. Su extrañísima relación con Tabitha, que se había liado con su cuñado en su despedida de soltero, probablemente replique una sucesión de relaciones anteriores; todas las relaciones de Roman parecen estar llenas de tensión y dinámicas desiguales.
Teniendo en cuenta su pasado y su constante necesidad de la aprobación de Logan (un rasgo que comparte con todos sus hermanos), en última instancia, es bastante comprensible que su vida amorosa haya sufrido. Está demasiado ocupado concentrándose en sus propios problemas pasados como para dedicar algún tipo de atención a su pareja. El verdadero problema surge de la constante competencia entre Roman, Kendall, Shiv y Connor, que parece definirlo como personaje. Esa es la relación que le define, no las relaciones incompletas que intenta mantener con mujeres.
Roman representa a ese tipo de persona que todos hemos conocido que es muy gracioso o muy graciosa, el alma de las fiestas, siempre con un chiste sarcástico a flor de labios. El sarcasmo constante se convierte en su armadura. No se puede tomar nada en serio porque si lo hiciera sería consciente de lo destrozado que está por dentro. Su estilo de humor negro , sarcástico y desadaptativo es típico en personas que han sido rechazadas por los padres. Es un humor que se basa en la negación. El típico humor negro extremadamente punzante, virulento, cínico y manipulador que suelen tener las personalidades oscuras. En realidad, ningún espectador un poco listo se le escapa que el pobre Roman está destrozado por dentro, y que muy probablemente es el superviviente de un abuso sexual que también probablemente tuvo lugar en la academia militar a la que le envió su padre. Aunque esto solo se insinúa y la serie no lo deja claro jamás.
Con una persona como Roman te lo puedes pasar muy bien para ir de fiesta, pero , por mucho que te divierta y te haga reír, no le puedes dejar entrar en tu vida.
Connor, el tipo majo
Connor Roy: Narcisista – Se postula para presidente de los EE. UU. a pesar de su falta de experiencia política, está satisfecho con la relación transaccional con su esposa más joven.
Es fácil, incluso tentador, identificar al hijo mayor de Logan como el simpático e inofensivo hermano Roy. Nacido de una madre diferente a los demás, Connor no tiene ningún interés en hacerse cargo del imperio Waystar. Es una presencia tranquila y relajada y parece tener poco en común con sus intrigantes hermanos y hermanas. Pero escarba debajo de la superficie afable y encontrarás a un hombre con exactamente las mismas debilidades que el resto de su familia: una ambición desenfrenada, un ego fanfarrón y desbordante y un hambre paralizante de amor y validación. Esa dualidad engañosa y de dos caras es lo que lo hace tan fascinante.
Dentro de Connor, en el lugar donde debería estar la autoconciencia y la autoestima, no hay nada, excepto , quizás, una profunda tristeza. Incluso la forma en que llama a Logan «pop» en lugar de «dad» huele a triste desesperación por ser notado por el patriarca Roy. “Pop” es mucho más casual, y parece que lo usa para hacerles notar a los demás que él se lleva mejor con tu padre, lo cual no es cierto. Su padre no le maltrata tanto como al resto, pero en realidad no lo hace porque le aprecie más, sino porque casi no lo ve.
Que Connor sea un tipo simpático es peligroso, porque te distrae de lo malvado que es. No sólo se ha apoderado del suministro de agua de Nuevo México para obtener ganancias cuando llegue el fin del mundo, sino que también concedió gustosamente sus votos electorales a un peligroso político de derecha a cambio de la promesa de ser nombrado embajador
El resto de la familia suele ignorar a Connor. Sus medio hermanos y su padre parecen verlo como irremediablemente tonto. Pero el tema principal de Succession lo destaca su personaje: es el hijo mayor y , pese a ello, es irrelevante. Incluso tiene que recordarles a sus medio hermanos que él, y no Kendall, es el hijo mayor. Cualquiera diría que a Connor nos lo han puesto ahí para que nos riamos de él (su campaña presidencial, hay que reconocerlo, es hilarante), pero incluso a través de las risas que hacemos con su personaje, se las arregla para transmitir patetismo. Su reacción honesta ante los acontecimientos realmente dramáticos, sus intentos sinceros de consolar a sus hermanos menores te dicen precisamente quién es Connor: más absurdo que los otros tres pero también más humano. Más amable. Aparentemente. Es narcisista, pero al menos no es psicopático ni maquiavélico.
El hecho de que se case con una ex prostituta de alto nivel es una prueba de su baja autoestima. Al igual que sus hermanos. él no cree que nadie pueda amarle por como es, de forma que cree que está predestinado para comprar el amor. Seguro que también conoce usted a algún tipo similar. Hombres que se relacionan siempre con mujeres a las que compran con dinero ( coches, viajes, cenas, joyas, restaurantes caros , hoteles de cinco estrellas o lo que sea menester). Hombres de esos que dicen que nunca querrían estar con una mujer que ganara más que ellos. Hombres de esos que dicen que nunca permitirían que una mujer pagase su parte de la cena. Sí, le puede parecer a usted encantadoramente anticuado y romántico, pero en realidad ese tipo de comportamientos se esconden una bajísima autoestima. Ese hombre cree que debe comprar el amor con dinero porque piensa que nadie podría amarle por sí mismo. Connor lleva este comportamiento hasta el extremo al casarse con una antigua call girl, pero a nuestro alrededor creo que todos estamos hartos de ver a hombres en situaciones parecidas. Incluso su pareja Willa, no se avergüenza de estar con él por su dinero , ni lo oculta. Willa cree que no merece amor de verdad, que solo se merece estar en una relación en la que le tratan como un objeto, y por lo tanto acaba con un hombre que le trata como una posesión Sucede igual que con el caso de Kendall: las personalidades con baja autoestima atraen a otras personalidades con baja autoestima ,complementarias.
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